3. La directora nos apoya

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- Bien chicas, ¿estáis todas? -preguntó Patricia y todas asentimos ya con el chandal del internado puesto- No estáis todas, os falta una persona.

- ¿Y a quién se lo podemos pedir? -pregunté con el ceño fruncido y miré a cada una. En ese momento Raquel se mordió el labio- ¿quieres decirnos un nombre, Raquel?

- Em... Bueno, sí -dijo ella y todas la miramos expectantes- Thalia.

- ¿La del fútbol que perdió con los chicos?

- Esa misma.

- Os falta una persona, la necesitáis Holly -recordó Patricia y asentí. Si quería revolucionar aquel internado, necesitaba ayuda. Empezando por que el equipo de baseball sería también el grupo que me ayudase.

- ¡Volveremos con Thalia! -grité y empecé a correr gritando. Atrás oía a las demás gritar y correr detrás mío contentas al igual que yo. Llegamos al edificio de las habitaciones y abrimos, ya en el ascensor no supimos qué número marcar.

- Vive en el cuarto piso -aclaró Raquel y le agradecí. Marqué el cuarto piso y llegamos- habitación número 429.

Fuimos a la puerta número 429, cansadas claro, ¿por qué cada planta tenía que tener tantas habitaciones?

Llamamos a la puerta y abrió una chica de pelo rubio, a pesar del uniforme tenía un pañuelo de calaveras en la cabeza dejando parte del pelo de abajo a la vista, tenía los ojos marrones y era grande y alta.

- Hola Thalia -dijo Raquel haciendo un saludo con la chica y entró en la habitación-, déjalas entrar son amigas, te vamos ha hacer una oferta. Son Holly, Bailee, Cameron, Shailene y Sam.

Nos hizo un hueco para entrar y lo hicimos. Ella cerró la puerta y se cruzó de brazos delante nuestro- Dispara.

- Bueno, vamos a hacer un equipo de baseball y nos falta una persona -comencé con voz firme-. Raquel te ha recomendado.

- No lo haré.

- ¿Por qué no? Jugaremos contra los chicos -la intentó convencer Raquel-, una revancha de lo de hace tres años.

- No quiero -repitió decidida-. Se burlarán de mi de nuevo.

- Vamos Thalía, eres una chica fuerte, se te nota, nadie debería enfrentarse a ti -comenzó Bailee impresionándome-. ¿Qué más da lo que piensen un grupo de niños mimados? Seguro que si se ríen de ti será porque envidian que tú seas menos nenaza que ellos, estoy segura que cuando supieron que habíais hecho un equipo les sorprendió ni que lo intentaseis.

- Los vamos a machacar y por fin podrás ver sus caras de derrota -la anime cada vez alzando más la voz.

- Vaya par de marimachos -dijo una voz en la habitación y todas miramos a aquella dirección. Era una chica de pelo pelirrojo bastante guapa, pero también bastante tonta-, ¿en serio creéis que los vais a ganar? No tenéis nada que hacer, y además queréis caerles mal, ¿no preferís ser femeninas y coquetas delante de unos chicos guapos?

- No -dijo Cameron y reí-. Queremos ser las primera chicas de este internado que no se estén pintando las unas cada hora, que no sean unas pijas. Queremos demostrarles de lo que están hechas las chicas, aunque perdamos.

- Que eso no va a pasar -recalqué yo decidida.

La pelirroja rodó los ojos, sabía que no decía nada más porque no sabía qué decir. La habíamos dejado sin palabras, todas chocamos los cinco entre todas.

- Está bien, participaré -contestó Thalia poniendo los ojos en blanco y todas la abrazamos.

- Vamos al campo, allí entrenaremos con Patricia -dijo Shailene por primera vez y todas asentimos para que después Thalia se pusiese el chandal y salir de la habitación sin despedirnos de la pelirroja y llegamos de nuevo al campo.

Internado de chicasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora