♡~One-Shots a pedidos~ ♡

Kasamatsu Yukio

Gritaste fuertemente, las miradas se centraron en ti y en el hombre que estaba a tu lado.

__ [T.N]: ¡Un ladrón! –Antes de que alguien procesara las palabras, él ya estaba huyendo.

No pudo continuar.

Un fuerte golpe en el rostro lo hizo caer en el piso, tú sonreiste. Allí estaba tu héroe, siempre te ayudaba, desde que eras la mánager de Kaijo, el siempre fue amable contigo.

Kise Ryoūta.

Soltaste un suspiro, típico de enamorada. Mientras el rubio se acercó a ti, mirándote fijamente.

Kise: ¡__ (T.N)Cchi ¿Estás bien?! –Te tomo suavemente de los hombros, y te abrazo preocupado.

Carmesí.

Ese color se posicionó en tu rostro, tu corazón se agitó, tus temblorosas manos agarraron la polera del modelo.

__ [T.N]: Estoy bien Ryo-kun... –Soltaste con voz suave.– Gracias.

Kise: Menos mal. –Se separó levemente de ti, dándote una sonrisa de alivio.– Me preocupe al escucharte.

__ [T.N]: ¿De verdad? –Lo miraste con nerviosismo y el asintió.

~O~

Te sentaste en tu pupitre, allí sonreiste como tonta, soltando una que otra risita.

Kasamatsu: Pareces una pervertida. –Comentó, dejando su bolso en la mesa que estaba detrás tuyo.

__ [T.N]: Hola Yu-kun. –Le sonreiste a tu amigo de infancia.

Kasamatsu: ¿Sucedió algo bueno?

__ [T.N]: Con ver a Ryoūta mi día se convierte perfecto. –Un aura rosa llena de corazones te rodeo, haciendo que el peli negro pusiera una mueca de disgusto.

Kasamatsu: No creo que Kise este interesado en ti. –Le diste una furtiva mirada molesta.– No me mires de esa forma, no quiero que salgas lastimada.

__ [T.N]: Le estás dando muchas vueltas al asunto, además yo no decidí enamorarme de él, simplemente paso.

Golpe bajo.

Kasamatsu: ¿Enamorarte? –Un distintivo brillo de dolor surco sus hermosos ojos.– ¿De Kise?...

__ [T.N]: ¡Completamente! –Le diste una gran y hermosa sonrisa. Sonrisa que destrozó al peli negro.– Sospechó que Ryo-Kun siente algo por mí.

Kasamatsu: No lo creo... Solamente está siendo amable.

Egoísta.

__ [T.N]: ¡Yu-kun! –Frunciste el ceño y pusiste tus manos en tu cintura, como jarra. Levantandote de tu asiento.– ¿Por qué siempre dices ese tipo de cosas? Me molestan.

Kasamatsu: No quiero ver que después andes sufriendo, ni llorando. –Miro al piso, buscando las invisibles partes de su ahora roto corazón.