Capítulo 5

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--Oscar--

Ha pasado una semana desde lo que dijo Chris acerca de que a Matt le gusto y aunque el primer día me di cuenta de que parece no ser así, a mí sí que me ha pasado algo con eso pues cuando lo veo siento un nudo en el estomago y un calor intenso en el rostro. Esta semana la he pasado evitandolo o simplemente guardando distancia con él, pues no quiero que piense cosas raras de mí.
Quiero...mejor dicho, necesito tiempo para saber qué estoy haciendo y por qué.
No he querido decirselo a Chris ya que quizá piense que es a mí a quien le atrae Matt, y yo no estoy seguro de eso.
--Diablos...
Volteo al techo para cerrar los ojos un rato, pero no puedo.
--Oscar-- me llama mi madre desde el comedor.
--Ya voy-- contesto con flogera levantadome de mi cama.
Salgo de mi habitación y me siento en la mesa no sin antes lavarme las manos y la cara.
--Cielo, ¿te sientes bien?
--Sí mamá.
Suelta un leve bufido y luego se sienta a mi lado--Es que desde hace un rato te ves deprimido.
--No lo estoy.
--¿Estas seguro?
--Lo estoy mamá, no es nada. En serio-- sonrío para hacerla sentir más tranquila. Me sorprende que cpn nuestro rostro poco expresivo ella sepa que algo está fuera de su lugar. Bueno, por algo es nuestra madre.
--Bien, sabes que puedes contarnos lo que sea, ¿de acuerdo?
--Claro mamá.

[...]
Después de comer, ya que es sábado no es necesario salir al parque para encontrarme con Matt y luego buscar una escusa para volver temprano a casa; sin embargo las cosas no parecen funcionarme muy bien ya que al celular me llega un mensaje de su parte para salir a pasear y comer algún helado ya que estamos a inicios de primavera y el calor poco a poco se hace presente.
--Bien, sólo relajate y haz parecer que no ocurre nada fuera de lo normal-- me digo a mí mismo tomando aire y expulsandolo repetidas veces hasta que, sin temblar, le respondo por mensaje que iré allá.
--Oscar, ¿vas a salir?-- me pregunta mi padre mientras lee un libro en la sala y mi madre está recostada a su lado viendo una película.
--Sí. Voy al parque.
--Pasa a comprar algunas cosas.
--¿No puede ir Damián?-- pregunto irritado.
--Voy de salida-- Damián sale con su mochila al hombro tomando las llaves de su auto.
--¿Vas?-- me pregunta mi padre con burla al ver que soy el único ahí de pie.
--Ah...bien.

[...]
En cuanto paso por el parque me encuentro a Matt.
--Hey, Oscar-- me saluda con una gran sonrisa que causa que mi pecho retumbe con fuerza y velocidad.
--Hola-- respondo con una leve sonrisa involuntaria.
--¿Caminamos?
--De hecho tengo que comprar algunas cosas, ¿me acompañas?
--Claro.
Nos encaminamos a la tienda mientras intento no olvidar el pedido de mi padre.
Tras un rato llegamos, compramos y salimos de ahí, ahora para ir a mi casa.
--Ahora que lo pienso-- corta Matt para detenerse un segundo y mirar a la nada, haciendome esperarlo sólo unos pasos delante--, es la primera vez que voy a tu casa.
Me quedo pensandolo también.
--Tienes razón.
Al llegar a mi casa, Matt se detiene en la entrada donde se encuentra Rex.
--¿No entrarás?-- le pregunto ya que parece nada motivado con la idea de acercarse más que eso.
--No. Te esperaré aquí.
Me encojo de hombros y entro a mi casa para, segundos después, salir con las manos vacías y volver al parque.
Toda la tarde -gran parte de ella- hablamos acerca de cualquier cosa, pero no pude mantener la mirada por más de unos segundos ya que me quedaba ensimismado viendo el color azul tan claro que tienen sus ojos.
También me pone nervioso su cercanía y cada leve rose que damos al caminar o al sentarnos, sé que debería actuar más sereno pero al parecer Matt se está volviendo más y más cercano a mí, tanto que el hecho de alejarme y evitarlo se vuelve difícil.
--Me tengo que ir.
Su voz me saca de mis pensamientos y volteo rápidamente mi vista hacia él.
--Ah, claro.
Ambos nos levantamos del asiento esperando a que el otro se despida.
--Bueno yo...
--¿Te acompaño a casa?-- me apresuro a preguntar sin saber si quiera por qué.
--¿Qué?
--Puedo acompañarte a tu casa si quieres-- digo fingiendo no darle importancia al asunto, mi boca actua más rápido de lo que mi mente puede procesar en estos momentos.
--¿Por qué tan de repente?-- Matt parece asombrado y se le dificulta el hablar sin trabarse.
--Pues tú ya sabes donde vivo, da igual si te acompaño, ¿no? Para estar parejos.
--Amm...-- parece pensarsela bien y no puedo evitar observar su boca cuando aprieta los labios--. Está bien.
Ladeo una sonrisa y le sigo detrás para saber el rumbo que llevaremos hacia su hogar.
--Es aquí-- señala una casa de dos pisos con fachada de ladrillos.
--Pues...hasta luego entonces.
--Hasta luego.
Matt entra en su casa y yo me dirijo a la mía sin poder evitar darme prisa pues mi respiración está algo agitada y mi palpitar es muy veloz. Sólo nos hemos despedido y pareciera que fue una maldita escena típica en cualquier película romántica.
--Joder.
Es oficial, necesito detener esto de cualquier modo.

Situación sentimental: COMPLICADO (gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora