Comprando Regalos..

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Seung Hyun (T.O.P) tocaba la guitarra mientras los demás cantaban y aplaudían al mismo tiempo. Estaban sentados en el césped del pequeño patio que poseía la casa de Taeyeon, todos alrededor de un asador viejo que quemaba leña para simular lo mejor que se podía una fogata. La mayoría estaban ebrios y pasándola bien sin hacer escándalo, excepto Sunny que era la conductora designada y que, por ende, no podía beber nada de alcohol. Tiffany descansaba el rostro en el hombro de Taeyeon, su cuerpo se había relajado completamente después de contarle a todos los demás que ambas estaban comenzando una relación. Era increíble que nadie se sorprendiera del todo, decían entre sonrisas que era la clásica historia de "el odio al amor", quizás no les impactó porque los últimos días ambas se sonreían y saludaban en un ambiente que era todo lo contrario a la tensión.

Fue extraño cuando todo quedó en silencio, se habían ido entre risas y gestos torpes pero con la promesa que pronto harían esto de nuevo en la casa de alguien más.
El reloj marcaba la una y media de la noche, Tiffany había avisado que llegaría cerca de las 3 am y aunque la tentación de quedarse era grande no podía aceptarla, necesitaba estar en casa porque la situación era un poco delicada. 50 millones de dólares era una fortuna, no tanto para los Hwang pero para los "no tan ricos" y gente común sí ¡¿Quién mierda se había atrevido a tocar el dinero de su padre?! Meneó la cabeza, no podía arruinar lo poco que le quedaba acá con los pensamientos negativos y personales. Terminó de lavarse los dientes y las manos antes de encontrarse con Taeyeon en la sala de estar. Ella no había oído sus pasos y eso le dio el chance de poder observar su cuerpo y perfil con calma. Si se detenía a mirar su físico sin duda que era hermosa, sus ojos se veían más oscuros con la luz tenue que había, su nariz era pequeña, perfecta, y la punta un poco respingada... ¡Un rostro labrado por ángeles! pero si miraba más allá de lo que se podía palpar, podía asegurar que era igualmente bella como persona y Tiffany era la afortunada de corresponderle. Estaba tan perdida en Taeyeon que no se dio cuenta que la bajita sonreía de medio lado tratando de adivinar sus pensamientos.

-¿Tienes sueño? -murmuró Tiffany, caminó hasta Taeyeon para acomodarse sobre sus piernas, era una posición cómoda
-"No" -moduló- "Teniéndote aquí es difícil tener sueño"
-Ya me doy cuenta -con sus dedos empezó a acariciar el rostro de Taeyeon, le gustaba escuchar cuando suspiraba o le daba un complejo de felino y ronroneaba- Tae, me gustaría que me dijeras una cosa y que seas sincera conmigo -asintió de inmediato, sus rostros estaban cerca el uno del otro- ¿Por qué te gusto? ¿Qué tengo de especial?
-"A veces uno no puede explicar porque le pasan cosas con una persona" -la miraba con cariño, se daba el tiempo de fijarse en sus detalles- "Pero sí puedo decir que tu sonrisa me vuelve loca, la forma en la que tu riqueza no te ahoga, el cómo me tratas y miras, no lo sé... es un conjunto complicado de cosas"
-Así que soy complicada ¿Eh? -Tiffany rió abrazándola por el cuello para capturar su boca y darle besos. Le gustaba recorrer con su mano el cabello de Taeyeon, sentir como sus rostros, labios y lenguas se sincronizaban para deleitarse de algo tan exquisito como era esto, un beso que empezaba lento y luego tomaba un rumbo pasional.

Esta vez hicieron el amor en la cama de la bajita, las sábanas que tenía se metieron varias veces entre sus cuerpos desnudos cada vez que se posicionaban de alguna manera. Era increíble lo amada y adorada que se sentía cuando Tae besaba tan llena de sentimientos cada rincón de su cuerpo, la textura de sus dientes y lengua cuando quería comportarse un poco más salvaje. Pero no todo fue recibir, también quiso demostrarle con su cuerpo que ella la quería también. Recorrió su cuerpo con atención, mesura, no quería perderse ningún detalle, ni siquiera quería pasar por algo si tenía un lunar o algo, quería recorrerla entera y usar sus manos, boca y alma para complacerla.

Taeyeon descansaba sobre el pecho desnudo de Tiffany, estaba jadeando pero con una sonrisa bobalicona en su cama porque hacer el amor con ella era tan perfecto. Se sentía como un felino porque cada vez que los dedos de la castaña se mezclaban con sus húmedos mechones de cabello. En ese estado entre consciente y somnolienta le llegó un pensamiento a la cabeza, quizás un deseo. Movió un poco el rostro y sostuvo un pezón de ella entre sus labios para poder lamerlo, Tiffany se estremeció y quería más pero no podía quedarse más tiempo. Antes de poder levantarse la bajita la retuvo bajo su cuerpo y aunque sabía que no tendrían de nuevo un encuentro fogoso, estaba ansiosa, sus ojitos ónice brillaban de anticipación.

"My Cinderella"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora