Tessa Potter y los Herederos Tenebrosos.

10.- A.S

-¿Te besó? -chilló Claire, tan fuerte que Tessa hizo una mueca de dolor.

-Joder, Claire. Los del tercer piso aún no se enteraron, ¿por qué no lo gritas más fuerte?

-¿Estás hablando en serio? -dijo esta vez en un tono más moderado, aunque sus ojos y boca aún estaban completamente abiertos.

-Por milésima vez, sí. Estoy hablando en serio. No hará más de media hora.

Después de que Scorpius la hubiera dejado parada en medio del pasillo, Tessa se había ido inmediatamente a buscar a su mejor amiga. Necesitaba su consejo y, aunque sabía que iba a ponerse como loca, necesitaba hablar de eso con alguien. Estaba completamente confundida.

-¡Mierda, lo sabía! -gritó Claire alegremente, mientras comenzaba a saltar y dar aplausos.

Tessa se rió. -¿Qué cosa sabes, Claire? El que me haya besado no significa que esté enamorado de mí, ni yo de él.

-¡Tessa Potter! ¡Gran y gorda mentirosa! ¡Estás loca por Malfoy, admítelo!

-Por supuesto que no. -se opuso Tessa rotundamente-. Él nunca podría gustarme. Es un imbécil, y siempre está molestándome.

-Dime, Tessa. Cuando él te besó, ¿se lo seguiste?

-No. -confesó-. Pero tampoco me aparté. -Claire le hizo un gesto, como diciendo «¿Lo ves?». -¡Pero eso no significa nada!

-¡Claro que significa algo! ¡Estás enamorada de Scorpius Malfoy! -gritó.

Inmediatamente Tessa miró alrededor para asegurarse de que nadie la había oído, y fue entonces cuando el corazón se le subió a la garganta al ver a dicho Slytherin recostado sobre la pared, una engreída sonrisa adornando sus carnosos labios, labios que hace unos momentos estaban sobre los suyos.

-Así que, ¿estás enamorada de mí, Ángel? -se burló.

-Ya quisieras, Malfoy.

-Te sientes atraída hacia mí. Admítelo.

-Tú eres el que me besó, idiota.

Claire miraba a uno y luego a otro, como si estuviera presenciando un partido de tenis.

-Sentí como te estremeciste cuando te besé.

El cabello de Tessa cambió al color rosa, y sus mejillas se sonrojaron, lo que hizo que Scorpius sonriera aún más.

-Me estremecí de asco. Nunca podría sentirme atraída hacia ti.

-¿Ah, no? -su cuerpo se despegó de la pared y comenzó a avanzar hacia ella.

-No. -Tessa se mantuvo firme.

-Entonces, si no te sientes atraída hacia mí, ¿no te estremecerás si hago esto, verdad? -antes de que supiera lo que estaba haciendo, la mano de Scorpius se elevó y sus dedos fríos le rozaron el cuello expuesto. Por supuesto, obtuvo la reacción deseada.

Tessa maldijo interiormente, ¿por qué de repente no podía controlar sus emociones cuando estaba cerca de Scorpius?

-Como dije, asco.

Scorpius se rió profundamente y se separó de ella. -Sigue diciéndote eso, Ángel. Pero tú y yo sabemos la verdad.

Él se fue después de eso, y Claire parecía tan feliz como una niña en Navidad.

-Wow. -exclamó.

-Yo... no sé qué pasó.

-Eso, mi amiga, se llama atracción.