2.- De regreso a Hogwarts.

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Nota: Antes de comenzar, quiero aclararles que sé que Lily es tan solo dos años menor que Albus, pero en esta historia haré que es más pequeña, ¿sí? Tengo ideas e.e Ahora sí, disfruten del capítulo.

Esto no estaba yendo muy bien.

—¡Teresa! ¿No te olvidas nada? —le gritó Ginny por encima de todo el alboroto que se estaba formando en la sala.

—¡No, mamá! ¡Todo está listo! —le respondió su hija mientras le robaba una tostada a su hermano James, quien la fulminó con la mirada. Tessa le guiñó un ojo y se la metió en la boca, sujetando su baúl con una mano y con la otra la jaula de Hedwig.

—¡Niños, ya vámonos! El tren parte en media hora. —les avisó Harry mientras acariciaba el cabello de su hija menor Lily, quien estaba que no cabía en sí de gozo.

—¡Apúrense! ¡Ya quiero llegar! —gritó esta de una forma extasiada. Sujetaba con ambas manos a su pequeña gatita blanca llamada Armonía, quien ronroneaba completamente a gusto. Harry era quien sujetaba su baúl.

—Lily nos volverá locos todo el camino. —se lamentó James mientras todos caminaban hacia la salida de la casa.

Tessa sólo se rió, pero en cambio, Albus contraatacó. —No seas así, James. Lily sólo está emocionada. Tú tampoco estabas muy calmado tu primer año que digamos.

Dos puntos color rosa florecieron en las mejillas del hermano mayor, lo que provocó que Tessa y Albus se rieran a carcajadas. James refunfuñó todo el camino hacia el auto, el cuál su padre había hechizado para que se expandiera, y así los cuatro hijos pudieran sentarse cómodamente en el asiento trasero.

Tessa miró hacia la casa de al lado y vio a Andy Scott observándola por la ventana. Le sacó el dedo del medio, y ella le devolvió el mismo gesto. No se llevaban mal, pero esos "encuentros" eran comunes entre ellos. Andy era su vecino, y el año pasado se graduó de Hogwarts.

—Espero quedar en Gryffindor. —dijo Lily una vez que se encontraron sentados en el asiento trasero, lo que provocó que James soltara un suspiro, murmurando por lo bajo "Aquí vamos"—. Tampoco estaría mal quedar en Ravenclaw, pero realmente quiero estar en Gryffindor. ¿Ustedes piensan que quedaré allí? —Les preguntó la niña, girándose hacia sus tres hermanos mayores.

—Por supuesto, Lils. Sin ninguna duda. —le respondió Tessa, sonriéndole cariñosamente. Lily le devolvió una emocionada sonrisa y continuó parloteando todo el camino.

Finalmente, llegaron a la estación de King's Cross. Como era de esperarse, Lily fue la primera en bajar del auto y correr hacia la barrera, seguida de cerca por sus padres. Tessa iba caminando junto con James, con Albus detrás de ellos, cuando se tropezó con alguien, y por poco no cayó al suelo.

—Fíjate por dónde vas, imbé... —comenzó a decir, pero se detuvo al ver con quién se había chocado, y maldijo entre dientes. ¿Por qué su suerte era tan jodida?

—Vaya, vaya... Ni siquiera nos subimos al tren y ya andas insultando. —dijo Scorpius con una burlona sonrisa, mientras se cruzaba de brazos—. No has cambiado nada, Ángel.

Él mentía, por supuesto. Tessa había cambiado bastante ese verano. Había aumentado unos cuantos centímetros, y las facciones de su cara ya habían dejado por completo la niñez. Su cuerpo también había presentado diversos cambios, y tenía curvas donde antes no las tenía.

—No estoy de humor para soportar tus idioteces tan temprano, Malfoy. Apártate. —le gruñó ella, con su entrecejo fruncido.

—Vaya humor. —se rió Scorpius—. Cualquiera diría que es por mí, pero no quiero hacerme ilusiones. —sus labios se curvaron en lo que suponía era una encantadora sonrisa.

Tessa Potter y los Herederos Tenebrosos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora