—Lo que no entiendo es, A.S en la carta menciona que querían lastimarte emocionalmente antes de matarte. ¿Qué ha cambiado? —preguntó Taylor.
—Tal vez piensen que ya la han lastimado lo suficiente. —sugirió Scorpius.
Tessa negó con la cabeza. Ella no creía eso.
Estaba en su habitación, unas horas después de que la hubiesen atacado. Taylor, Scorpius y su padre la acompañaban, ya que eran de los pocos a los que su madre no tenía trabajando. Tessa aún estaba recostada en su cama con un vendaje grueso rodeando la herida de su abdomen.
Taylor le había informado que, gracias a que se había apartado con la suficiente rapidez, la daga no había dañado ningún órgano importante. Y sus ojos brillaban de orgullo al decirlo, lo que hizo que Tessa sintiera un nudo en la garganta. Sin embargo, todavía estaba algo grogui por la pérdida de sangre.
—No creo que sea eso. —dijo—. La carta decía que querían asfixiarme emocionalmente. Y harán falta más que un par de muertes para que me desmorone.
Taylor frunció el entrecejo, oleadas de rabia brotando de él. —La muerte de Katy es más que eso, Tessa.
Inmediatamente reparó en su error. —Lo siento, yo... —comenzó a decir, pero su tío se puso de pie y abandonó la habitación. Miró a Scorpius de manera suplicante. —Yo no quería decirlo de la manera que sonó.
Él suspiró mientras se inclinaba para besar su frente. —Lo sé, Ángel. Taylor lo sabe, también. Él sólo está herido.
—Las personas no se comportan como ellas mismas cuando están heridas. —añadió su padre.
Tessa frunció el entrecejo. —Yo también estoy herida. Katy era mi tía, aunque no la conociera tan bien. Y Alex también sufre, pero Taylor está encerrándose en su propio dolor.
—Es lógico, cariño. Ahora, en lo único que es capaz de pensar es en que acaba de perder a su esposa. —le dijo su padre—. Pronto volverá en sí y se encargará de Alex. Pero por ahora, tú debes ayudarlo. ¿Por qué no hablas con tu prima luego de que estés recuperada? —ella inmediatamente aceptó la propuesta, y él sonrió. —Bien. Será mejor que ayude a tu madre con la cena de mañana o nos despellejará a todos. Nos vemos más tarde. —se despidió de su hija con un beso en la mejilla, de Scorpius con una palmada en el hombro y luego abandonó la habitación.
—Los Herederos Tenebrosos están avanzando. —dijo Tessa, mordiendo con nerviosismo su labio interior.
—Estaremos listos para cuando lleguen. —aseguró Scorpius, aunque un músculo palpitando en su mandíbula contradecía sus palabras—. No dejaré que nada te pase.
—No estoy preocupada por mí.
—¿Por qué estás preocupada entonces?
—Tengo miedo de que te hagan daño. —contestó—. Tengo miedo de perder a alguien más. A mis padres, mis hermanos, mis primos. No creo poder... —se vio interrumpida cuando Scorpius capturó sus labios en un beso devastador.
—Tienes un gran corazón, Ángel. —le susurró, sus labios a centímetros de los de ella. Sus ojos brillaban con algo que no supo reconocer—. Y entiendo que estés preocupada, pero todos somos capaces de protegernos. Además, la gran mayoría estará bien, pues son menores de edad y los obligarán a permanecer apartados de la pelea.
—Lo sé. —suspiró, mientras apoyaba su cabeza en el hombro de él—. Pero todo es posible.
Scorpius no respondió, y Tessa sabía que era porque ella tenía razón. ¿Quién estaba realmente seguro con los Herederos Tenebrosos? Había alguien allí que podía aparecerse de repente y apuñalarte, incluso en Hogwarts. ¿Qué les impedía matar a cualquiera de ellos, aunque se suponía que estuvieran seguros? La respuesta era nada. Nada podría detenerlos. Sólo podían esperar a poder derrotarlos, y regresar la paz al mundo.
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Tessa Potter y los Herederos Tenebrosos.
Fanfic"-Todo cae sobre nuestras cabezas, Tessa". Algunos de los personajes de esta historia son propiedad de J.K.Rowling, con algunos creados por mí. PROHIBIDA LA COPIA TOTAL O PARCIAL DE ESTA HISTORIA. Portada hecha por: @CuentaAyuda