SECRETOS (COMPLETA )

CAPITULO 3

-¿Gerardo?-preguntó el hombre fuera del auto. _________ se sobresaltó. Le sonrió a Gerardo, este parecía más bien a gusto con todo esto. Trató de bajarse de las piernas de él con dificultad. Una vez sentada en el asiento copiloto, Gerardo abrió la puerta.

- Ah... no es cierto... - dijo con una gran sonrisa. Bajó del auto y abrazó con fuerza al hombre que lo acababa de saludar. - joder estás más grande. - le dijo. Y sí, ahora tenía dos tatuajes más y había hecho ejercicio.

- Siempre he sido así, imbe.cil. - se abrazaron. _________ miró desde adentro del auto. - ¿se puede saber que haces aquí?

- ¿Nadie me ha extrañado en Kingston acaso? - Gerardo río.

- Vale sí, sí...como sea... y...- trató de observar quién seguía en el auto. - ¿es una amiga? - se volvió hacia Gerardo, brindándole una mirada cómplice. Gerardo negó con la cabeza mientras reía. Si tan solo supiera que _________ era más que eso.

Gerardo abrió la puerta de la Ford. _________ se volteó a verlo.

- Te quiero presentar a alguien... - le susurró con una bonita sonrisa. _________ salió del auto de inmediato. Quería ser atenta. Diferente. ¿Gerardo había tenido otras novias? Bueno, ella quería demostrar que podía ser algo más que solo eso. Gerardo la vio rodear el auto, dirigiéndose a los dos - Ella es _________.

- Un gusto... - este le cogió la mano, besándosela. Vaya. Gerardo era un maestro realmente. Lo admiraba de ciertas maneras. Sabía elegir a las mujeres. Y _________ no era la excepción.

- Mi novia. - aclaró Gerardo. Con una oleada de celos en su cuerpo. Pequeña, pero la había. - él es Nathan, un amigo...

- Un gusto también. - le dijo _________, de pronto sintió los brazos de Gerardo abrazarle la cintura, se volteó a mirarlo.

- ¿Y se quedaran un tiempo aquí? - preguntó Nathan.

- Sí, eso planeamos...

- Pensé que no vendrías más.

- _________ quería conocer... - la volvió a apretar contra su cuerpo, ella le dedicó una sonrisa.

- Sí...pero... - Nathan sonrió. Incomodo. - ya sabes... lo último que pasó no fue muy bueno y...

Gerardo endureció la mandíbula. Sintió la mirada de _________ sobre sus ojos. Buscando una respuesta. Una pequeña palabra proveniente de sus labios que le explicara que había pasado. ¿Qué era lo que ella no sabía? ¿Y por qué no lo sabía? Y al ver que no obtendría respuesta de parte de Gerardo, intentó preguntárselo a Nathan.

- ¿Qué fue lo que pasó? - le preguntó.

- ¡Gerardo! - un hombre rubio y alto se apareció por detrás. Tenía un enorme dragón en su brazo derecho, tatuado hace más de cinco años. Su favorito. - ¿Qué haces aquí niño?

- ¿Niño? - saludó Gerardo. Se volteó para abrazar a Larry. - ¡joder has envejecido!

- No, es el ejercicio... me tiene así... - mostró su bícep derecho. - guou... ¿y quién es ella?

- _________, mucho gusto. - saludó ella, estirando la mano.

- No, no... el gusto es mío bonita... - estrechó su mano. - no me digas que este campeón - palmeó el hombro de Gerardo. - te tiene en sus redes...

- Larry... - murmuró Gerardo, algo avergonzado. _________ sonrió.

- Nunca escoges mal, eh. - Larry río. Los años lo habían hecho trizas. O al menos Gerardo lo recordaba diferente. Más vivo. De otra forma. El color de su cabello había cambiado, al igual que su voz y su aspecto.

- ¿Tienes idea si Steve está en casa? - preguntó Gerardo. - me quedaré unos días en Kingston, pero él tiene las llaves...

- Lo he visto en la mañana. Seguro a de estar foll.ando por ahí...

- Larry. - volvió a decirle Gerardo, esta vez incomodo por _________. Ella soltó una pequeña risita. - ¿quieres decir que no está ahora?

- No, probablemente no... - negó él.

- Joder... - renegó Gerardo.

- Si viene por aquí le diré que has venido, ve y da una vuelta por ahí mientras regresa... Kingston es muy grande...

- Sí, tiene razón. - le dijo _________. Con verdaderas ganas de conocer más. Gerardo observó sus labios. Le provocaba besárselos en ese mismo instante. No se podía creer lo increíble que era con él. Lo poco que le importaban sus defectos. Oh, vaya. Las ganas se hicieron más grandes. Una idea se le vino a la mente.

- Vale... - dijo, y sonrió al ver que _________ se contentaba. - iré por ahí y regreso en una hora, si vez a ese gili.pollas por aquí... le dices que he venido y que quiero que se vaya de mi casa ¿esta bien?