CAPITULO 9

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Y si. Siempre le había gustado Gerardo. Desde la primera vez que lo había visto conducir esa preciosa Harley Davidson, saliendo con una que otra chica en Kingston. Siempre le había parecido un Dios, capaz de tratarla como se merecía. De extasiarla tanto como podía en la jo.dida cama. Con tan solo verlo la estremecía por completo, de pies a cabeza. Pero Gerardo siempre había tenido otros gustos. Otro tipo de tentaciones. Incluso le habían advertido que era uno de esos hombres que te folla.ban bien la primera vez y te dejaban con ganas, pero nunca confirmaban la segunda cita.

- ¡Gerardo! – corrió a abrazarlo. Sus padres la miraron desde atrás. Siempre habían sido muy cercanos a Gerardo. No como unos padres, si no como unos simples amigos. En especial Liam, el padre de Lena. - ¿Qué haces por aquí? – aplastó sus grandes senos sobre el torso de Gerardo. Quería demostrarle que ya no era esa simple niñata que él había dejado cuando se había ido a recorrer el mundo. A secuestrar personas... que era otra. Madura. Mejor. Y completamente para él.

- Jo.der... has cambiado tanto... - fue lo primero que dijo Gerardo. Y realmente si lo había hecho. Lena ya no era una niña. Oh, por supuesto que no. Lo tenía todo en su lugar. Y perfectamente ubicado. No era más la adolescente de quince que se pintaba las uñas y se escapaba de su casa, era una mujer. Le podría haber llevado a la cama de una vez para demostrar con exactitud que partes de su cuerpo habían madurado. Pero algo que nunca había sentido antes, se había apoderado de él. Y era el simple hecho de amar a una persona. Y no fijarse en nadie más que en ella. Estaba enamorado, y eso __________ lo sabía perfectamente.

Lena bajó la mirada mientras abrazaba a Gerardo, observando que entrelazaba su mano con la de alguien más. Miró a _________.

- Lena ella es...

- _________, mucho gusto. – se presentó ella misma. Como siempre. Estiró la mano y Lena se la recibió. Trató de fingir una sonrisa.

- Mucho...gusto... - apretó y rápidamente soltó la mano de _________ y aprovechó que no se había cogido de Gerardo todavía, para cogerlo del brazo e invitarlo a pasar. - ¡papá! – llamó Lena.

- Vaya, vaya... - reaccionó Liam. Traía la usual camiseta de algodón sin mangas. – no me lo creo... así que era cierto que estabas aquí...

- Todos me dicen lo mismo. – Gerardo apretó los hombros.

- ¡Joder has crecido! – le golpeó un hombro y lo invitó a abrazarlo, Gerardo lo hizo sin mayor esfuerzo. La mirada de Liam se centró en _________ ahora. – y...

- Es mi novia. – resaltó él. Y le rodeó la cintura. La piel de _________ se erizó por completo.

- ¿Tu novia? – Liam abrió los ojos. – es un placer... - le besó la mano de la misma forma que todos ahí la habían recibido. – espero que sepas que Gerardo venía aquí de pequeño, se orinaba las camas y no aparecía en un mes. - _________ no pudo evitar reír, Gerardo también lo hizo, aunque sin tomarle mayor importancia. – esta es como su casa.

- ¿Llevan mucho tiempo juntos? - Lisa apareció detrás de Liam. Tenía unos cincuenta años igual que Liam, o tal vez menos. Y había dejado la mesa lista para los cinco. Corrió hasta Gerardo para besarle la mejilla. Era una de las pocas personas que sabía a que se dedicaba él. Y que aun así le tenía un gran cariño. Sin importar que secuestrara para otras personas. – estás más grande...

- ¿De veras? Yo me veo igual. – respondió Gerardo.

- Estás más guapo... - le volvió a decir Lisa, apretándole una mejilla. - ¿verdad? – le sonrió a _________. Como preguntándoselo a ella en son de broma. Gerardo la miró a los ojos.

- Mucho... - susurró ella. Todos rieron, menos Lena.

- Mi nombre es Lisa. – se presentó la anciana.

- Soy _________. – correspondió ella. Ambas se sonrieron.

- He cocinado tu plato favorito... - le dijo a Gerardo.

- ¿Ravioles? – preguntó él.

- Como a ti te gustan. – inquirió Lena. Comiéndose a Gerardo con los ojos, con la simple mirada. Necesitaba hacerle saber muchas cosas. Y odiaba el hecho de que ahora tuviera novia. Aunque eso... no le importara mucho...

- Seguro habrás hecho ejercicio... - Lena le acarició el brazo derecho. Era tan incomodo tenerla a su lado de esa forma. Tan apegada a él, y con intenciones de seguir hablando sobre su aspecto corporal. _________ solo miró.

- No mucho. – respondió Gerardo. A su otro lado tenía a _________. Intentó fijarse en lo que hacía, y aunque comía los Ravioles al igual que él, sabía que algo le molestaba. Y no dudaba qué.

- ¡No mientas! – se rio sola, golpeando el hombro de Gerardo con amabilidad. Como si este hubiera hecho o dicho algo gracioso. Lisa volvió a la mesa, después de a ver colocado más Ravioles en el plato de Liam, su esposo. - si te vez muy bien...

- ¿Tú crees? – Gerardo le sonrió. En un intento por seguir la conversación.

- Por supuesto... - le respondió Lena. Al igual que él esbozó una bonita sonrisa.

- Mi hija tiene razón. – sentenció Lisa. La anciana codeó a Liam, queriendo que este también diera su opinión al respecto. Pero él solo siguió comiendo. – pero aquí la única que nos puede afirmar si eso es cierto es _________...

Lisa la miró con una sonrisa pícara, mientras que Lena se aguantaba las ganas de pedirle a _________ que se fuera de su casa. Ya mucho era con saber que era la novia de Gerardo. Las bonitas mejillas de _________ enrojecieron.

- En realidad no hace mucho ejercicio... - mintió ella. Pues él podía pasarse todo el día haciendo barras o planchas. Y además... por otras cosas...

- ¿Perdona? – Gerardo enarcó una ceja, mirando a _________.

- Eso, que no haces mucho ejercicio. – volvió a decir ella. Esta vez mirándolo divertida. Gerardo amaba sentir esa bonita química entre los dos.

'¿Y quién es el que te lleva por las noches en sus brazos cuando te quedas dormida en el diván?' Pensó él...

Lena se puso de pie. Observó que el plato de Gerardo ya no tenía ni un rastro de Ravioles por lo que se inclinó en su lado para recogerlo.

- Yo pienso que estás muy bien... - le dijo al estar cerca de él. Jo.der...pensó. Que bonitos senos. Redondos y provocativos. Intentó no fijarse en ellos mientras ella recogía el plato de su sitio. No podía dejar de admitir que Lena se había vuelto realmente buena.

- ¿De veras? – fue lo único que se le ocurrió preguntar. Esta vez mirándola completamente. ¡NO LO HAGAS! Se dijo así mismo, intentando desviar la mirada. Pero para su pésima mala suerte, _________ sí había notado lo que había atraído la atención de Gerardo. Lena se fue hasta la cocina.

_________ se puso de pie.

- Muchas gracias por la cena. – agradeció una vez puesta en pie. – a sido un gusto... - observó a los ancianos. 'Pero a ti no, zo.rra'. – conocerlos.

Y de esa forma salió de la casa de los Sander. Cabreada. Sí, oh sí. Por supuesto. Esto le costaría muy caro a Gerardo.

Disculpen si no las etiqueto pero de verdad no me dio tiempo espero y les guste y comenten q les pareció


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