CAPITULO 17

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-¿Dónde está _________? – preguntó Gerardo. Miró a Steve y este no supo que responder.- co.ño, te acabo de hacer una pregunta, ¿dónde demonios está _________? – volvió a preguntar, esta vez más alterado.

- Ella... - Steve se aclaró la garganta. – ella salió y dijo que volvería en unos minutos.

- Debe estar cerca. – afirmó Jimmy.

- ¡Jo.der! – se quejó Gerardo. Tenía los nervios en punta. No... no, _________ tenía que estar bien. Si algo llegaba a pasarle no sabría de que sería capaz. – todo esto es tu maldita culpa... - se abalanzó hasta Steve, en el intento desesperado por desquitarse de aquella gran culpa que sentía dentro de si. Pero Kenan lo detuvo, interponiéndose entre los dos.

- ¡Cálmate! – le gritó. Gerardo se soltó de inmediato de los brazos de Kenan. Golpeó la puerta con la palma de su mano haciéndola resonar. - si no viene en unos minutos...

- La ha secuestrado. - Gerardo tragó saliva. – ahora también a _________, estoy seguro que también ha sido él.

Entonces Tanya se hecho a llorar sobre el torso de Kenan, que la acogió de la cintura fuertemente. Era muy fuerte, pero había algo que lo hacía débil y era ver a Tanya de esa forma. Recordar junto a ella la manera en la que habían abusado de ella... le dolía...le dolía muchísimo...

- ¿De que hablan? – preguntó Jimmy.

- Es una larga historia. – contestó Kenan. – pero estoy seguro que tú también recuerdas a James Limbert.

El rostro de Jimmy empalideció. ¿Limbert? Jo.der...ese apellido le traía tantos recuerdos.

- Sí. – contestó.

- A sido ese quién a secuestrado a _________.

- ¿Cómo lo saben? – intervino Steve. – pero qué...¿qué tiene que ver Limbert con _________?

Gerardo solo se quedó pensando '¿Pero que tiene que ver Limbert con _________?' Esa era la clave. James Limbert no tenía nada que ver con ella, pero sí con Gerardo. Se estaba vengando justo como lo había sospechado. Y estaba tocando lo más preciado para él. Nada le importaba más que tener a _________ con él ahora mismo. Sentía tanta impotencia por dentro. Le había prometido que a su lado nada llegaría a pasarle, aunque sabía que iba a ser difícil se había propuesto cumplir esa promesa hasta que el destino lo quisiera, o mejor dicho... hasta que ella de algún modo dejara de quererlo si es que eso llegaba a suceder, pues él jamás lo dejaría de hacer. Una promesa que cumpliría así fuera lo último que tuviera que hacer.

_________, su _________... no podía ser secuestrada por nadie más que no fuera él.

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James Limbert solía vivir a tres horas de Kingston. Pero de pronto, sus más cercanos vecinos ya no lo habían visto más. Nadie sabía que había pasado con él. Unos decían que se había mudado a otro pueblo y otros... que había vuelto a Kingston. Lo cual sería imposible de creer para muchos, pues en ese lugar había muerto su hermana.

- Mnh... - le sonrió. Sacó una de sus más bonitas armas y la paseó por su cuello. - ¿te gusta esta?

Hasta sus más grandes amigos afirmaban que se había vuelto loco, otros decían que podía tener principios de esquizofrenia después del accidente de su hermana. Lo único que deseaban era ayudarlo de alguna manera.

- A mi sí. Está perfecta... - volvió a sonreír. Y la tiró al sillón que estaba a su lado. – pero yo quiero usar otra cosa contigo preciosa... – entonces abrió un pequeño maletín de cinco llaves. Navajas.

Tres años después de aquella gran pérdida, todos le habían perdido el rastro. Y el caso de la muerte de su hermana terminó perdido entre los expedientes policiales. Nadie nunca volvió a darle importancia. Nadie nunca volvió a mover un dedo por él y por la muerte de Andrea. Simplemente dejaron que esta muriera sin justicia alguna.

- ¿Viste como terminó tu amiga? – la mandíbula empezó a vibrarle sin control. - ¿la viste? – le preguntó gritándole. _________ solo logró afirmar con la cabeza, mientras las lágrimas le brotaban por los ojos sin retención. – así vas a quedar tú también, si es que antes no me provoca matarte.

El tiempo continuó. Y él ya no vivía tranquilo. Sabía que su hermana no descansaría en paz hasta que él o alguien de su familia hicieran justicia por ella.

- ¿Quién soy? – acercó su repugnante rostro hasta el de _________. Esta intentó cerrar los ojos. – pregúntaselo a tu novio muñeca... - fuertemente arrancó la cinta adhesiva de la boca de _________, esta soltó un grito ahogado. Intentó respirar.

Y él sería quién cobraría venganza por aquel accidente que había provocado la muerte de su hermana. Sería él, pues era el único que sabía toda la verdad. El único que sabía ese gran secreto.

- Él te sabrá explicar con exactitud lo que hizo... - le susurró, tuvo la idea de acercarse a los labios de _________. Ligeramente lastimados por la cinta adhesiva. Se los besó. Ella apretó los ojos, sintiéndose completamente sucia. James movió sus labios, moviendo los de ella. - ¿te gustaría saberlo?


SECRETOS (COMPLETA )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora