CAPITULO 14

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-Han abusado de Tanya. – comenzó Kenan. Los ojos se le llenaron de rencor, de odio puro. De ira. De muchísima rabia. Le hacía tanto daño recordar a Tanya tendida sobre el suelo, cubriéndose, apenas y podía hablar, temblaba y lloraba con temor...asco, repugnancia. Ese hombre había pasado su lengua por todo su cuerpo. Había jugado con ella. La había humillado de la peor manera. Se sentía dolido. Más que nunca. Pero sobretodo... culpa, sí... por no a ver estado con ella cuando eso había sucedido. Tanya era su chica. Lo único y más valioso que tenía.

- ¿Qué? - preguntó Gerardo, indignado.

- Fue hace menos de una semana, jo.der... - tragó saliva. Ahora lloraría de la pura rabia. Necesitaba ahogar sus malditas ganas de matar a alguien vengándose del imbécil que había abusado de Tanya cuanto antes. Encendió su Derby y aspiró el humo por la boca dejándolo salir después de unos segundos. – tú no sabes lo ha sido eso... - dijo herido. Se mordió la boca. Gerardo solo se limitó a escucharlo, necesitaba desahogarse. – ella... ella está muy mal, jo.der... muy mal, trata de disimularlo... pero aún le cuesta dormir por las noches o solo estar sola. – se tensó.

- Yo... yo lo siento mucho. – murmuró Gerardo.

- Tiene marcas por todo el cuerpo. – continuó Kenan. - ¿te das cuenta de lo que es esto? ¡yo le prometí que estando conmigo nadie le pondría una pu.ta mano encima! – gritó. Gerardo bajó la cabeza. – yo lo sabía... sabía que si ella llegaba a estar conmigo estaría expuesta a estas cosas... - tragó saliva, ahora tenía un nudo enorme en la garganta. Prefería morir. Morir mil veces en vez de saber que Tanya había sido violada. – todo es mi culpa...

Entonces Gerardo recordó. Él también tenía ese mismo sentimiento. Esa misma culpa que no lo dejaba vivir tranquilo. En especial al regresar a Kingston con _________. Ella ahora...corría los mimos peligros que él, tan solo por ser su novia.

- No lo es. No es de nadie. – Gerardo intentó calmarlo.

- Pero sí del hijo de puta que abusó de ella. – respondió Kenan. Seco. Tan frío y calculador como no lo había sido hace mucho. Tan lleno de rencor y odio. Tan lleno de miedo y a la vez rabia acumulada. ¿Miedo? Sí... miedo a que a Tanya le pudiera suceder alguna otra cosa. – y yo se quién es.

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- Te noto diferente. – le dijo _________. Tan inocente y sin intención de nada. Tanya intentó disimular, ahora sentada en el sofá principal de la casa de Gerardo.

- ¿Enserio? Estoy igual...eres tú la que está diferente. – ambas se sonrieron. – Gerardo te ha cambiado.

- Vaya, así que tú si conoces a mi novio pero yo no al tuyo. - _________ sonrió, divertida. Lo que no sabía era que Tanya sabía muSteve cosas más de Gerardo que ella misma. Secretos. Secretos que ella aún no descifraba.

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- Y vive en Kingston. – continuó Kenan. – está aquí y por eso he venido.

- ¿Cómo sabes que vive aquí? – preguntó Gerardo.

Entonces Kenan cayó. Se hizo un silencio entre los dos por un largo tiempo. Necesitaba meditar su respuesta. Una respuesta que significarían miles de recuerdos. Los peores y más repugnantes de su vida. Recuerdos para él. Recuerdos para Gerardo. Pero tenía que decírselo antes de que fuera demasiado tarde. Antes de que Tanya no fuera la única afectada, sino también... _________.

- Vive aquí. Y tú lo conoces...

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_________ intentó disimular su mirada. Pero había mirado las mismas marcas más de dos veces.

- No es nada. – le dijo Tanya. Tragó saliva y se cubrió los moretones del brazo con la chaqueta.

- ¿Cómo te lo hiciste? – preguntó _________, realmente preocupada.

Entonces Tanya prefirió callar por un momento. A pesar del tiempo _________ seguía significando mucho para ella. Seguía confiando tanto en _________ que empezaba a creer que también necesitaba saber la verdad. Verdad que Tanya ya sabía y que le había costado muchísimo afrontar. Los ojos se le envolvieron en lágrimas. Queriendo llorar tan fuerte como podía.

Desahogarse tanto...

- Abusaron de mí.

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- Sé que ha sido el hermano de Andrea.

Andrea.

Y entonces todo se volvió borroso. Como si un inmenso huracán hubiera atravesado su vista. Como si un enorme volcán hubiera explotado en frente de sus ojos. Un volcán lleno de recuerdos, de secretos, de miradas, de llantos, de lágrimas, de insultos, de miedo... miedo puro, de rabia, del peor momento de su vida. Del que se sentía avergonzado. Perdóname Andrea...

Gerardo endureció los pómulos.

- No tienes pruebas...

- Se está vengando Gerardo.

- ¡No! – gritó él.

- Él tiene una casa en el lago ¿lo recuerdas? Aquella que está justo al lado de la de mis padres... es ahí en donde me he quedado con Tanya todo este tiempo.

- Es imposible ¡jo.der! eso pasó hace tanto tiempo... - Gerardo tragó saliva.

- Él fue el imbécil que se atrevió a tocarla. Lo vi el mismo día Gerardo, no había nadie más en el lago que nosotros y él. – intentó hacerlo entrar en razón. – se está vengando... - lo miró. Gerardo colocó sus manos sobre su nuca. Esto... esto no podía estar pasándole. – por lo que hicimos con su hermana.

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_________ se puso una mano en los labios.

- ¿Esto lo sabe Kenan?

- Sí, por supuesto... - las lágrimas caían sobre sus mejillas rosas. A _________ le dolía la garganta de tanto aguantarse el llanto.

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- También tenía que contarte esto... yo...por un momento llegué a pensar que... _________ también...

- No. – respondió Gerardo. – no tiene ni idea de lo que le pasaría si llega a ponerle un solo dedo encima.

- Entonces acabemos con esto. – le dijo Kenan. – que sepa que se ha metido con la persona equivocada.

Gerardo asintió. Y de esa forma caminó hasta su casa. Con un punto claro. Lo que le habían hecho a Tanya no tenía nombre. Y sabía que a Kenan le había afectado más que nunca. Por eso demostraría que nunca nadie debía meterse con ellos, así esa persona involucrara su pasado. No debían meterse con ellos y mucho menos con las personas más importantes de sus vidas. Lo demostrarían, por algo eran los más buscados de Estados Unidos.


SECRETOS (COMPLETA )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora