CAPITULO 12

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Gerardo se inclinó para besarla. Un beso intenso. A la misma vez ella entreabrió un poco más su boca para poder sentir la lengua de Gerardo juguetear con la de suya. Oh Dios... todo esto empezaba a humedecerle la feminidad. Se estremeció. Era mejor aún saber que estaba atada de manos y que sería él quién tendría el control. Un gemido salió de sus labios, entonces él decidió no perder más tiempo. Bajó sus braguitas suavemente, mirándole el rostro, a pesar de que no podía ver sus ojos... se imaginaba que mirada le hubiera dado ahora mismo. Se mordió el labio. Se fijó en su pubis. Delicioso. Depilado. Le dieron ganas de mordérselo. De juguetear con su clítoris un buen rato hasta dejarla exhausta. El pe.ne empezó a movérsele de la inimaginable excitación que sentía ahora. Jo.der, que enorme estaba...

Entonces se separó un poco de su, ahora caliente, cuerpo.

_________ puso una mueca en desacuerdo.

- Espérame belleza... - le indicó él. Se estiró hasta la mesita de noche, donde estaba la curiosa bolsa que había traído hace un rato. La abrió y sacó un frasquito mediano. – te va a gustar...

- Todo lo que tú haces me gusta. – susurró ella. Necesitaba ver al menos un poco en que se estaba metiendo. ¿Que era lo siguiente que él haría con su cuerpo? No lo sabía. No lo podía ni siquiera percibir. Aunque... de pronto, Gerardo subió su bonita blusa hasta tocar sus senos redondos. Sintió un fino y helado líquido recorrerle el abdomen. Olfateo un poco hasta sentir que esa sustancia deliciosa también le tocaba la garganta ahora y poco después, los labios.

Mnh...chocolate. _________ intentó relamerse los labios, pero al intentarlo... se topó con él...

- Déjame a mí... - le pidió. Entonces bajó hasta el abdomen de ella, donde había empezado a esparcir suavemente el chocolate. Su lengua invadió por completo su cuerpo. Pasándola. De una y miles maneras. Sin dejar rastro de ese exquisito dulce.

- Ah... Mnh, sí... - gimió ella. La tibia lengua de Gerardo se posicionó sobre sus senos, se los besó primero, cada uno... para luego llevarse a la boca a uno de ellos. Un caramelo jo.didamente delicioso. Sus blancos dientes accedieron a morderlo. - ¡ah! – un espasmo recorrió su cuerpo.

- Mi.erda... sabes tan bien... - murmuró él. No podía más con su maldita erección. Tenía unas brutales ganas por meterse en su cuerpo, hundirse en él con todas las fuerzas posibles. _________ siempre lograba hacerle perder el sentido. La misma noción. El pe.ne empezó a latirle con fuerza. Aguanta un poco...

- Sigue... - le ordenó ella. Él notó que aún quedaba un poco de chocolate en su bonita boca. Pronto aplastó su cuerpo, chocando sus provocativos senos con su pecho. Haciendo la mejor conexión del mundo. Las piernas de ___________ le rodearon la espalda, bridándole una humedad entre ambas. Estaba mojada. De lo excitada que se encontraba. De las inmensas ganas por tenerlo foll.andola de nuevo. Gerardo le besó la boca, comiéndose el poco chocolate que quedaba en la comisura de sus labios. – quiero más... - le dijo ella entre murmullos. Más parecidos a gemidos. Un sonido ronco. Lleno de lujuria. Gerardo intentó mirarla. Pero no pudo encontrar sus ojos, definitivamente le hacían tanta falta ahora mismo.

- No puedo más... - le confesó él. – jo.der... me tienes tan empalmado...

- ¿No hay más que deba probar? – preguntó ella. Inquieta.

Tratando de jugar un poco más. Una sonrisa le adornó el rostro. Gerardo bajó la mirada, no podía con aquella humedad proveniente del se.xo de _________ que le rozaba el pe.ne. Era demasiado para un solo hombre. Ninguno se hubiera tardado tanto en fo.llarla como él, cualquier otro se hubiera vuelto loco con tan solo verla desnuda.

¿Probar? Mnh ... entonces se le ocurrió una idea.

Sin aplastarla trató de ponerse de pie, llegando a sentir el respiro de la nariz de _________ con el pe.ne. Ahora lo puso en bandeja muy cerca a sus labios.

- Abre la boca... - le ordenó. Ella no tendría idea de porque. No veía ni sentía nada desde su sitio. _________ abrió ligeramente su boca. Aún ingenua, hizo un hueco pequeño. – más mi amor. – le dijo él. Ahora desesperado. Explotaría ahí mismo de lo ansioso que estaba.

_________ la abrió un poco más. Esta vez haciendo un gran hueco, mostrando sus labios. No tendería idea de lo que estaba a punto de probar. Pero lo hizo. Cuando menos lo esperó, ya tenía la enorme polla de Gerardo en su boca. Ocupándola toda. Su lengua trató de probar un poco... conocía ese sabor.

- ¡Ah...! SÍ... - se desahogó él. Sacó su polla de la boca de _________. Ella intentó buscarla de nuevo, y al encontrarla muy cerca a sus labios, decidió palparla con la lengua. Gerardo se estremeció.

- Métela vamos... - le pidió _________. Él volvió a colocarla entre su boca, esta vez dejando un poco de espacio para que la tibia lengua de _________ le lamiera el pe.ne. Que sensación. Estaba en el cielo. Y más ahora, que _________ le apretaba la polla con sus dientes.

- ¡Ahh! Más nena... - gritó él. Completamente poseído. _________ apretó un poco más los dientes. Él sintió que moriría. Sacó su polla de ahí y respiró. No podía seguir sabiendo que eyacularía pronto ahí mismo. Trató de controlarse. _________ trató de buscar de nuevo el pe.ne de su novio con la lengua, pero en cambio solo encontró la de Gerardo. Se había inclinado para besarle la boca. Para compartir entre los dos el elixir de su masculinidad.

Ahora tocaba el turno de _________. Era ella ahora quién debía ser complacida. ¿Y que otra mejor manera que hundiéndose en su cuerpo? La cogió de la cintura, y sin previo aviso, abrió sus piernas y se metió entre ellas dos. _________ sintió que algo venía pronto y él así se lo demostró. La fo.lló con fuerza.

- ¡Oh Dios, sí! – gritó ella. Necesitaba cogerse de algo ahora mismo, necesitaba desquitar sus fuerzas en algo, pero no podía, seguía atada de manos. Y eso le gustaba más. Ahora sintió las manos de Gerardo cogerle los muslos, a la misma vez apoderándose un poco más de su cuerpo. Se los apretó, y entró en ella una vez más.

- Oh jo.der... harás que me corra primero... - le dijo él. Y era verdad, le faltaba un leve empujón para eyacular en el sexo de _________. Para llegar al clímax. Entonces trató de hacer lo posible por que ambos llegaran juntos. Nunca antes había sentido algo así. Nunca antes había hecho todo por llegar al orgasmo con alguien al mismo tiempo.

_________ se dejó hacer. Sus muslos terminarían morados por la enorme fuerza que Gerardo utilizaba con ellos. Era un fenómeno. Era así. Y así le encantaba. Metía y sacaba su miembro con todas las pu.tísimas fuerzas de sus brazos. _________ se retorcía. Gritaba y a la misma vez le entregaba más.

- Vamos, córrete... yo ya estoy apunto... jo.der... lo necesito... - ahora ninguno de los dos podía controlar la velocidad en la que iban juntos. La velocidad de sus caderas, él entraba y ella gemía con tanta fuerza, y ni siquiera le permitía descansar pues cuando ella menos lo percibía, él había vuelto a entrar y con mucha más intensidad. Hasta que él no pudo más. Su cuerpo jamás había resistido tanto. Su pe.ne se desvaneció y dejó salir todo eso que había estado guardando por varios minutos. Eyaculó, y para su sorpresa... _________ también dejó salir su maravilloso líquido de entre su feminidad.


SECRETOS (COMPLETA )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora