capítulo 3

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Gabriel

Más de lo mismo.
Otro año igual.
Cenare, charlare con lo colegas y gastare unas libras en las pujas.
Apuesto lo suficiente como para hacer una buena recolecta. El premio. Una cena, pero la verdad no tengo intención de cenar con nadie de la residencia. No lo he hecho años atrás y este año no va a ser distinto. Mi deber no es aguantar a las amigas de mi abuela y mucho menos a las trabajadoras de la residencia.
Hace un frío impresionante. Lleva nevando hace una hora y debo de conducir con cuidado.
Me dirijo a Caring Homes, la espectacular residencia para ancianos que construyó mi abuela en honor a su marido.
Desde que murieron mis padres en un accidente de coche me he criado con ellos. Y desde que mi abuelo falleció solo nos tenemos el uno para el otro.
Aunque ahora no vivo con ella nos vemos todos los días o por lo menos cuando mi trabajo lo permite.
Viajo mucho. Y me gusta.
Soy psicólogo y no tengo establecido un lugar fijo. Tengo tres consultas repartidas por Europa y mi tiempo de trabajo va en función de los pacientes que tenga en cada consulta con lo cual no me queda tiempo para mucho más.
Me sobresalto y doy un volantazo, un desliz con las ruedas me hace concentrarme de nuevo en la carretera.
El Lamborghini Gallardo al que mimo como a nadie me da la seguridad que quiero pero debo admitir que el clima no ayuda y la velocidad que llevo no se ajusta a lo que pide el motor y mucho menos al estado de la carretera.
Logro concentrar mi mirada hacia el frente y a lo lejos veo un bulto y a medida que me voy acercando voy reconociendo mejor la silueta de una mujer.
Pienso que debe haberle pasado algo a su coche porque sólo a un loco se le ocurriría ir andando con este tiempo.
Pero no recuerdo haber visto ningún coche, aunque también es verdad que tampoco iba prestando mucha atención.
Me paro al lado de ella y bajo la ventanilla.
Parece un pajarillo encogida de frío.
- hola. Sola...?- intento ser todo lo educado que puedo.
-perdona...
Creo que no le ha sentado bien mi pregunta.
- digo que si el coche te ha dejado tirada.
Pero qué le pasa, intento ser educado y así es como me lo agradece.
Reanudo la marcha pero esta vez al compás de sus pasos.
-por aquí hay pocos sitios a donde ir, con lo cual hay muchas probabilidades de que vayamos al mismo lugar ¿no crees? , y por lo que veo. - digo observando sus zapatos y lo que no son sus zapatos,- cada vez te cuesta más andar.
La metería a empujones dentro del coche. Como se puede tener tanta soberbia, pero si la estoy haciendo un favor.
- pero vamos a ver...-insisto, pero no me da tiempo a decir más.
Se me pone a gritar como una fiera y continúa andando.
No tengo ni tiempo ni ganas de discutir,sobre todo con alguien que ni siquiera conozco.Pues que te den bonita. Es lo que te lo has buscado. Yo no soy ni el que pasa frío ni el que va matándose a andar.
- nos vemos en la residencia. -digo todo lo calmado que puedo. Creo que la he dejado claro que doy por hecho que vamos al mismo sitio. Por aquí no hay nada más que la residencia y sin pensar en mi seguridad acelero dejándola atrás.

Cuando llego todavía no se me ha pasado el cabreo que llevo encima.
Jamás me habían tratado con tanta indiferencia y desprecio.
Me acerco al bar y saludo con la cabeza a algunos conocidos.
Me pido un whisky doble.
Lo necesito.
Necesito relajarme y respirar con calma.
Mi mente empieza a divagar.
Unas piernas perfectas.Unos gemelos muy bien desarrollados me están atormentando.
- otro por favor.- le digo al camarero.
No puedo saber más de su cuerpo porque el abrigo me lo impedía pero me lo puedo imaginar.
Después de tres whisky y no dar el resultado que buscaba me dirigió a saludar a mi abuela.
Se encuentra como siempre rodeada de sus amigas.
Sus ojos se agrandan al verme y se llenan de felicidad.
Siempre es así.
Aunque nos hayamos visto tan solo hace unas horas.
Pero esta vez no han sido horas.
He estado fuera más de un mes y aunque hemos hablado todos los días no es tiempo suficiente.
Me abraza y yo la beso.
- vergüenza me daría dejar sola a mi abuela tanto tiempo...
La sonrió.
Ni enfadada puede estar sería.
- sabes que no es lo que yo quiero.- la miento, me gusta estar fuera de Londres incluso fuera de Inglaterra. Y esta vez con más razón.
No me gusta que me controlen y aquí hay demasiada gente que intenta hacerlo.

Después de estar charlando un largo rato y prometiéndole que comeremos juntos al día siguiente me despido de ella sin llamar mucho la atención me ha parecido ver en la entrada a la mujer de la carretera.
La noto cambiada.
No parece la misma, pero estoy seguro de que es ella.Tengo que acercarme y comprobarlo.
No sé por qué pero, lo hago.
Sigo cabreado y mucho.
La observo y compruebo que está buscando a alguien. No hace más que mirar para todos los lados.
Una amiga.
Un amigo.
Un novio.
Afuera en la carretera había poca luz pero pude comprobar que prácticamente iba sin maquillar. Y la mujer que tenía delante si llevaba algo de maquillaje.
Muy suave.Muy sutil.
Lleva el pelo recogido y exhibe su largo cuello.Se le ve suave y muy muy deseable.
No se porqué pero me entran unas ganas locas de acercarme por detrás y besarla.
Me sorprendo a mí mismo.¡Vaya si se me esta pasando el cabreo!
Esta vez sí puedo detenerme en observar mejor su cuerpo.
El largo abrigo ya no lo lleva y puedo recrearme con pausa.
Unos hombros rectos se aprecian bajo esa blusa de raso y gracias a la textura de la tela compruebo que no anda mal de delantera. Respira con demasiada rapidez.
Se la ve nerviosa y parece intentar controlarse.
Sigo bajando la vista y una cintura estrecha es rodeada por una graciosa falda de vuelo lo suficientemente larga como para apreciar esas piernas que me llevaban martirizando desde que nos encontramos.
Sin lugar a dudas era ella.
Sonrió y me dirijo a saludarla. No sé por qué pero tenía la extraña necesidad de disculparme.
Cuando ya estoy a pocos pasos de ella.
- Gabriel!
No hago caso pero la persona que se dirige a mí me tiene agarrado el brazo.
La miro y sonrio.
- que tal Maya?
Maya es la prometida de Robert
Todavía no entiendo cómo se puede haber echado la soga al cuello tan fácilmente.
Sonrió para mí y observo a la criatura que se va a convertir en la mujer de uno de mis mejores amigos.
Aunque me cueste confesarlo se por qué ha caído rendido a sus pies.
Es un bellezón con un cuerpazo de infarto.
Aunque la respeto y también a Robert me es imposible no recrearme en ella.
Es una gran profesional y una muy buena persona.
-cuando has llegado? Robert no me ha dicho nada.
-Mmm?-Estoy distraído entre lo que tengo enfrente y lo que tengo a tres metros de mí no logró concentrarme.
-Gabriel. Despierta.
-si perdona. Me decías?
- que cuando has llegado?.
-e hhh,si.si- tengo que concentrarme.
La mujer de la carretera se acaba de dar cuenta que estoy a unos metros de su lado.
He conseguido que me preste atención.Contengo la risa y ahora si me concentro en Maya.
- he llegado esta mañana. Y tú qué haces aquí?, nunca te he visto acudir a estas fiestas.
Maya se ríe.
He dicho algo gracioso?
- mi hermana trabaja aquí. En principio no pensaba venir, pero Sara va a ser una de las chicas que van a entrar en la puja.
- así?- pregunto interesado.
No puedo resistirme y por un momento desvió la mirada hacia la mujer que tengo a unos metros de mí y compruebo que me está mirando.
Me hace gracia su estado.
Cualquiera diría que no esperaba encontrarme.
Sigo interesándome por la conversación que tengo con Maya.
- y como que no está contigo?
- sí. Se encuentra ahí mismo.
Girándose ,Maya señala en la dirección donde se encontraba la asombrada mujer.
- o por lo menos ahí la había dejado. Se habrá encontrado con sus compañeras. - dice si darle la importancia que le doy yo.
Puede que sean hermanas?
Por qué si lo son desde luego no se parecen en nada.
Pero me alegra saber que me va a ser más fácil acercarme a ella.
Más de lo que creía.

Siempre mia   #P.BigDonut. #wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora