CAPÍTULO 28

83 15 0
                                    

26 de Enero del 2020

—¿Qué carajo son?

El que nos trajo miró fijamente a Finn, y me di cuenta que él fue el que hizo la pregunta.

—Somos Ángeles —Respondió sin más.

—¿Qué? —pregunto.

—¿Eres sorda o que mierdas?

—No lo puedo creer —me digo a mi misma.

El hombre se va dejándonos junto al grupo de jóvenes de nuestra edad.

Miro a Finn como si el pudiera darme respuestas. Me toma en brazos y me apega más a él.

—Todo va a estar bien, te lo prometo —me susurra.

Está atardeciendo y los Ángeles están de un lado a otro dando órdenes.

Cuando por fin cae la noche lo único que nos alumbra son las luces de las calles.

Un hombre aparece de quizá 80 a 90 años. Se detiene delante de todos nosotros de todas las edades, nos mira a los ojos antes de hablar:

—Sé que tienen preguntas —su voz es demasiado grabe, más de la que debe aparentar, su voz es fuerte y clara pero también fría—, sé que están asustados y se pregunten ¿Qué está sucediendo?. Bien la respuesta es muy simple... Ustedes los Mortales están destruyendo la tierra —dicho esto los hombres y mujeres que lo acompañar dieron un grito como si se estuviera haciendo justicia a algo, y levantaron las manos en puños como mostrando lealtad—. Nos han mandado para ayudarlos, para protegerlos, para salvar a la tierra —otro grito y puños al aire—. Tenemos ordenes de salvar lo que queda de la tierra, y volver a formarla, de volverla construir, de volver a salvar a la tierra...

<<¿Volver? —me pregunto a mí misma>>

—Es momento de salvar a la Madre Tierra que ustedes —hizo énfasis en ustedes—, han estado destruyendo en el día a día. Y no tenemos más remedio que volver a empezar... y no de una forma muy agradable. ¡Les advertimos, les avisamos que podría suceder! —ahora grito molesto—, ¡Y no les importó! ¡Ahora sufrirán las consecuencias! —miro a cada uno de sus hombres y luego a nosotros— ¡Apunten!

Los hombres apuntaron con armas de fuego a los adultos de 31 años en adelante y a los niños, de bebés recién nacidos hasta los 10 años. Las personas gritaron horrorizadas o por sus hijos, o padres, hermanos o algún otro familiar.

Finn me pegó a su pecho y yo escondí mi rostro en su pecho, el me abrazo con las fuerza.

—¡Fuego! —gritó el hombre con más fuerza que antes.

El sonido de los disparos hizo que diera pequeños brincos. Pero el sonido de personas llorando, gritando y el de cuerpos desplomándose en el suelo es el sonido que jamás podré quitar de mi cabeza nunca.

Cuando el sonido cesó me separe lentamente del pecho de Finn, miré al hombre que ahora miraba a las pocas personas que quedaban.

—Ahora —su voz ya sonaba tranquila y más baja que al principio pero entendible—, Volveremos a comenzar —sonrio perversamente e hizo un gesto con la mano quitándole importansia— Encargense de ellos —dicho esto el hombre se va dejándonos.

Los ángeles se acercan a nosotros y el pánico vuelve a ser presente, levantan a las personas más cercanas a ellas y comienzan a llevarlas para después noquerlas lejos de nosotros, unos cuantos intentan huir pero al llegar a un lugar considerable les apuntan con las armas y sin puedad los matan. Cuando me toman del barzo comienzo a gritar horrorizada.

No Me AbandonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora