CAPÍTULO 29

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-¿Qué? -pregunto atónita.

-Te prometí...

-Pero no me prometiste nada -lo interrumpí-, no nos prometimos nada.

-Bien... entonces te quiero enseñar.

-En verdad no estoy de humor... y mucho menos después de lo que dijiste.

-Lo siento, ¿Sí?

-No -mi voz desapareció, estaba enojada, muy enojada pero no quiero discutir.

Suspiro exasperada, paso una mano por mi cabello y bajo la mirada

-¿Qué es lo que en realidad hacen ustedes aquí? -la pregunta sale de mi boca antes de cuestionarme si debo preguntar o no.

-¿A qué te refieres? -Preguntó confundido mientras fruncía el ceño-. Aquí vivo.

-No me refiero a eso.

-¿Entonces?

-¿Qué hacen los Ángeles en la tierra? Dicen que los Ángeles, ustedes no habitaba la tierra... solo los Mortales que eran llamados Humanos.

-Uff -dice mientras pone los ojos en blanco y respiraba pesadamente.

Permaneció así minutos pensando en algo.

-¿Ell? -lo llamé haciendo que volviera a la tierra.

-Eso fue hace muchos años ¿Sabes? En el 2020.

-Vaya -digo más para mí que para él.

-Lo sé... el mundo estaba a punto de morir, era un desastre... no humo más remedio que intervenir.

-¿Y lo permitieron? ¿Permitieron que los Ángeles gobernaran, así porque sí? -pregunto confusa.

El me mira un momento y en sus ojos demuestra un deje de vergüenza.

-Llegaron de improviso... los Ángeles de antes eran más... duros que ahora. Las personas entraron en pánico y ellos aprovecharon eso -froto sus manos nerviosas-. Se apoderaron del mundo en un día... millones y millones de personas murieron... por nuestra culpa. Ellos solo pensaban en el mundo. Que la tierra se salvara. Solo sobrevivieron niños de 10 a 20 años y de 20 a 30. Los demás murieron -suspiro entrecortadamente-. Se la diferencia de cómo viven los Mortales y los Ángeles, es bastante notorio aunque lo niegue. Ustedes trabajan, se matan día a día para sobrevivir, mientras nosotros tenemos cosas innecesarias. Sería estúpido decir que los entiendo, pero lo he visto y es tortuoso, aparte de intentar sobrevivir ser humillado por mi gente... me da vergüenza decir que soy un Ángel. Mi pecho se comprime y sufro al ver a gente suplicarme con la mirada que... que les salve la vida. Aún recuerdo el día que te encontré por las calles, tú rostro se descompuso, cuando te alcance podía per tu miedo... sentirlo -sus ojos estaban tristes y no dejaba de suspirar y pasar sus manos por su cabello negro, a veces negaba con la cabeza y se estiraba-. Te iba a dejar ir ese día, pero malditamente te ofreciste a ayudarme, y todo se fue a la mierda. Me vieron contigo y ya no había remedio, al final cuando te traje aquí todos creyeron que te había llevado, así que ya no había de que preocuparme.-Pero tu me pediste que te llevara al hospital.-Pero no creí que lo fueras a hacer, creí que me ibas dejar morir allí.

-¿Entonces creen que ahora estoy muerta? -cambio el tema.

Asintió.

-¿También mamá Lucy y Thomas?

Me miró un momento a los ojos, trago saliva y frunció su ceño.

-No... ellos saben que estás conmigo, saben que cambiaste, pero no saben tu aspecto.

No Me AbandonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora