CAPÍTULO 10

168 14 0
                                    

Después de un largo rato de ayudarlo a levantarse por fin logramos dar pasos. Se volvió incómodo pero tenía que soportarlo, era demasiado pesado, tengo que soportar mi peso, y el de él, nunca me imaginé que un Ángel logrará pesar demasiado.

-¿Nicole? -Me llamó Elliot interrumpiendo mis pensamientos.

-Dime.

Titubio unos momentos, no se está pensando si preguntarme lo que trae en mente o está considerando preguntar otra cosa.

Se detuvo en secó y me miró fijamente a los ojos.

-¿Qué? -Pregunto frunciendo el sueño levemente, mientras me quejaba ya que me dolía la cabeza gracias al golpe.

-Tienes sangre chorreando por tu frente.

Ruedo los ojos a tal idiota respuesta de el. Intento volver a caminar pero me vuelve a detener.

-¿Qué? -Pregunto ya con fastidió, sólo quería ir a casa y llorar como nunca, al ya haber arruinado mi vida y nisiquiera voy a poder casarme o tener hijos.

-Espera -Fue lo que dijo y con su pulgar izquierdo comenzó a tratar de quitar la sangre que chorrada por mi frente y al ver que casi no se quita lame su pulgar y vuelve a pasar por donde mismo.

Que quejó asqueada y haciendo una mueca de dolor y disgustos pero él la ignora. Cuando terminó comienza a ver si no quedaron rastros de sangre y al ver que no siguió caminando llevandome consigo. Estaba estupefacta a tal comportamiento pero decidí ignorar, en realidad no deje de pensar en lo que había hecho , ya que no era muy propio para ellos tener contacto muy directo con nosotros los mortales.

Al llegar al hospital una joven de quizá 23 años nos atendió rápidamente al ver que estábamos en realidad heridos.

-Oh, mierda -Dijo la chiquilla -¡Por favor una silla de ruedas! -pidió bastante alarmada.

De pronto un chico igual de joven que la que nos recibió traía una silla y con ayuda de el joven me ayudó a sentar a Elliot que sólo soltaba gruñidos. Cuando veo a Elliot fijamente a los ojos estos me miran a mi, en ese momento sentí que todo se me venía encima, la oscuridad me consumía rápidamente antes de caer al suelo.

-Thomas -Fue todo lo que puede decir antes de caer desmayada.

.....................

-¿Nicole? -Me despertó una voz que no reconozco, nunca antes la había escuchado.

Cuando abro los ojos veo a una mujer de piel algo morena, pelo castaño oscuro y ojos cafes oscuros, me sonrió, tiene unos dientes perfectamente alineados y blancos, algo raro en la cuidad de los mortales.

-Nicole -Vuelve a llamarme.

-Hola -Fue todo lo que pude decir, sentándome en la cama.

Me sentí desubicada, extraña, jamás me había desmayado, parpadeo un par de veces para poder concentrarme en lo que sucedía.

-¿Dónde estoy? -Bueno eso ya lo sabía pero no sabía que más preguntar.

-En el hospital, Nicole.

-¿Como sabe mi nombre?

-Yo se los dije -Dijo una voz Grave varonil a mi derecha y claro que era él, Elliot.

Rodé los ojos al saber que era él.

-¿Que sucedió? -pregunté masajeandome las sienes ya que tenía un dolor punzante en mi cabeza.

-Te desmayaste -Dice ella.

-¿Cuánto tiempo?

-Un par de horas

-¿Que hora es?

-2:15 a.m Querida.

-Joder -Maldije alarmada.

Intenté levantarme pero la mujer me detuvo.

-No te levantes, aún no.

Asentí con la cabeza y volví a acostarme con la espalda medio recargada en la cabecera de la cama. La mujer dijo un par de cosas y se fue.

-¿Estas bien?, Estas muy pálida -Dice Elliot, un poco amigable. Si que los Ángeles son bipolares.

-Si, ¿Tu? ¿Como estas? -Digo volviendome hacia el.

-Tengo que ir a la ciudad de los Ángeles, aquí no tienen cosas para ayudarme.

Resoplo frustrada al pensar que todo lo que tuve que soportarlo había sido en vano.

No Me AbandonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora