*Audrey PDV*
Pasaron 2 días, y yo todavía en el hospital. Ya mis heridas estaban sanando, no las podía ver porque estaban vendadas pero, se sentía una picazón horrible y aún nadie descifraba lo que había pasado. Como a las 6:00 a.m. del día martes la enfermera me dijo que me podía ir, pero tenía que volver cada 3 días para revisarme los brazos, en lo que entra un doctor alto de cabello castaño a la altura de los hombros con unos impresionantes ojos claros, de piel bronceada. Vestía normal, con unos pantalones negros, zapatos negros muy brillantes y una camisa roja manga larga, me pareció haberlo visto en alguna otra parte, pero estaba aún muy confundida.
-Buenos días, joven Johanasson. Como le va?- me preguntó con una amplia sonrisa. Yo aún impactada por su belleza tartamudeé y lo reconocí. Pero no le dije nada.
-Bi...bien. Creo...- y bajé mi cabeza.
-Ok-dijo dudoso.- Voy saliendo, y sé que no soy el doctor de su caso pero, me pareció muy interesante e hice mis propias investigaciones.
-A ver dígame! Todavía nadie me ha dicho que pasó, ni yo puedo recordarlo tampoco.- respondí ansiosa. Se sentó a mi lado y comenzó a explicar...
-Pues, definitivamente lo que usted padece se da en 1 de cada 500.000 personas y solo hay como 12 personas alrededor del mundo que lo desarrollan. Tiene un trastorno mental depresivo, en su caso lo puedo clasificar como crónico. Leí unos 3 diagnósticos de países europeos donde estas personas entraban en un estado donde no tienen control de sí mismos, a ellos les pasó lo mismo que a usted, solo sintieron que les daba sueño y cuando despertaban no sabían que había pasado. Algunos rompían cosas, otros hablaban como locos o hasta en otro idioma pero nunca se supo de un caso donde la persona se haya hecho daño a sí mismo como lo hizo usted; por eso es crónico.
-Y cómo puedo arreglarlo?-pregunté.
-Como se sintió usted antes de que le diera sueño?
-Pues, muy triste y... deprimida.- respondí.
-Lo único que puedo aconsejarle es que evite sentirse así, busque actividades que la distraigan de recordar cosas que la hagan deprimirse.
-Muchas gracias Dr. Taylor.- Recordé su nombre y lo miré con picardía.
-Como supiste mi nombre? No llevo mi placa puesta.- me miró.
-Te interesaste en mi caso porque ya me conocías. Aun así muchas gracias.
-La chica del avión eh.- Sí, sabía que te había visto. Pues me tengo que ir, ya sabes dónde trabajo si se presenta algo más.
-Que le vaya bien- le sonreí. Había llamado a Kz para que me viniera a buscar, en cuanto el doctor salió, la vi por la ventana.
-Audrey, él no es...
-Sí, el chico del avión resulta que es doctor.- le respondí.
-Qué bueno! Muy buen partido. Tenemos que irnos, te llevaré a casa para que arregles una maleta y nos vamos. – me dijo apurada.
-Vamos, a dónde? No ves cómo estoy? No puedo ni siquiera mover bien mis brazos.
-No vas a tocar. Vamos de vacaciones.- dijo.
-Dónde?
-Nos vamos a california! Lynn llamó a Taty ayer para decirnos que arregló con Black Veil Brides para irnos de tour con ellos!
-DE VERDAD? No juegues! Pero esas no son vacaciones...- respondí dudosa.
-El tour comienza a finales de octubre, te da tiempo de recuperarte.- me aclaró.
-Oh, ok. Vámonos pues. Me ayudó con una pequeña maleta que mi hermano me llevó y fuimos a casa.
Taty PDV
Martes 8:30 a.m.
-Desperté, y me levanté lo más rápido y sigilosamente posible para no despertar a Jinxx y fui a la cocina, no contaba con que él ya había despertado.
-Hola! Como dormiste?- me saludo con una sonrisa. Sinceramente yo no sabía cómo responderle, me sentía tan avergonzada, en ese momento me acorde de Zacky. ¡OH ZACKY! Que le iba a decir? Él es muy detallista y se iba a dar cuenta de una vez que yo había hecho algo malo. Y Audrey, la había traicionado. En lo que él interrumpió mi cavilación.
-Hola! Estas despierta?- se bajó a mi altura y me miró directo a los ojos. Quité la mirada y di un paso atrás.
-Eh, tengo que irme... me di la vuelta y caminé rápido, el me detuvo.
-Por qué? Hice algo mal?
-Hicimos todo mal!- exploté.- Esto no tenía que pasar! AAAAH- di un grito y me senté en el piso haciéndome bolita.
-Esa es tu solución? Hacerte bolita?- me preguntó con una risa burlona.- Somos amigos no?
-No sé! Es raro hablarte con todo lo que pasó ayer en mi cabeza. –levanté la mirada, pero no lo miré a él.
-MIRAME! Estoy igual que ayer!- puso mis manos sobre su cara- Nada cambiará, lo prometo.- se sentó en el piso conmigo.- Yo también me traumé un poquito cuando me desperté, pensé en Audrey pero, son cosas que pasan no?
-Eh, no! Los amigos no tienen sexo entre ellos, se supone que no.- respondí.
-Solo, no hablemos de esto ok? Y actuemos normal. Eres actriz no? Actúa.
-No soy actriz, quiero serlo.
-Si quieres serlo, lo eres! Solo tienes creer que eres y serás!
-Confuso.- me reí. Nos levantamos y arreglamos el desastre que había en la cama de la habitación. Sonó mi teléfono.
-JINXX!
-Qué?- respondió
-No hables! Es Audrey.- conteste.
*En el teléfono con Audrey*
-Aseguradora de Autos, cuál es su problema?- puse mi voz seria masculina.
-jajá, deja el juego. Ya vienes? –preguntó.
-Si ahorita me estoy alistando. Llego en unos 10 minutos.
-Ábreme la puerta.
-No estoy en casa, tu, estas en mi casa?- le pregunte con voz preocupada.
-Si. Tu no?
-Pues, no. Fui, a... a dormir con una a-amiga.- tartamudeé del nerviosismo.
-Okay. Pues rápido.
*Cuelga*
-Ok, tengo 10 minutos para llegar a mi casa. – dije en voz alta.
-Yo te llevo.- dijo Jinxx.
-NO! SABRÁ QUE ESTUVE CONTIGO! Osea, usa la cabeza. Caminaré.
-Son como 3 kilómetros!
-Correré! Pero ya, me voy.