Catherine odiaba las mañanas en que debía levantarse temprano para desayunar con gente. Le habían informado que vendría una duquesa desde muy lejos, y debía levantarse rápidamente para arreglarse.
No quería bajar, pero obviamente, como nunca se quejaba, la alistaron para su elegante mañana. Una vez lista, descendió por las escaleras y llegó al gran salón, donde la mujer acababa de llegar.
-Es un honor, su alteza-dijo la muy alta señora de respingada nariz.
-El honor es mio, Lady Marion.
Las tres mujeres caminaron hasta el amplio y espacioso comedor. Tomaron asiento en la mesa rectangular y los músicos comenzaron su melodía relajante.
Catherine paseó su vista por todos la comida variada. Bizcochos, pasteles y galletas se presentaban prolijamente deleitando la vista y gusto. Siempre le había parecido un desperdicio. Nadie alcanzaba a comer todo lo de la mesa, y algunas masitas se secaban con el aire.
Su madre y la duquesa hablaban animadamente de vaya a saber que. La chica asentía y fingía estar interesada en los temas que trataban, aunque claro, solo veía sus labios moverse.
-Mi marido odia a esos salvajes animales, pareciera que se dedican a estorbar en nuestros preciosos bosques-contó la extraña atrayendo la atención de Cat.
-¿Que animales?-cuestionó-Si no es molestia la pregunta.
-Oh no, claro que no, alteza-todos solían ser cordiales en demasía cada vez que hablaban con ella-Lobos, los odia, cuenta que al parecer ellos eran los responsables de robarles las gallinas en su infancia. No deberia contarlo, pero el no siempre fue un hombre tan respetado como ahora-explico bajando su tono de voz-Antes eran su unico sustento, y esos endemoniados animales le quitaban el pan de la boca.
La princesa intento mantener la calma al escuchar tal disparate. Debia poner en practica su autodominio y pensar que ella desconocia de lo que hablaba.
-Permitame contarle, segun mis conocimientos en zoologia y comportamiento animal, Lady Marion, que los lobos de aqui, poseen alimento en abundancia y nunca recurririan a torpes gallinas domesticas para alimento-explico-Los responsables de aquello, normalmente suelen ser los zorros.
La mujer la miro esceptica y enarco una ceja. Seguramente le parecia extraño que ella le negara tan pequeño detalle. No notaba la diferencia entre un zorro y un lobo. Los consideraba seres inferiores que no merecian su atencion.
-Oh, si, claro-asintio.
Cat se quedo pensando en cosas negativas. Se imaginaba que si su odio hacia ellos era tanto, no dudarian en asesinarlos. No descarto de su mente que esos pasos que habian escuchado esa vez en el bosque, podian ser de aquel hombre.
Luego del desayuno, la joven decidio ir junto con su hermano, el pequeño Timothy, a pasear al perro. Por mas extraño que pareciese, los dos hermanos se divertian viendo como el doberman esbelto correteaba como loco cada vez que lo dejaban olfatear nuevos lugares. Si bien las tierras reales eran extensas en demasia, ambos aprovechaban ese momento para visitar su parque favorito.
-Ay, mamá-se quejo el niño-¿Tienen que venir?
Los dos enormes hombres estaban parados como columnas al lado del carruaje que los llevaria. Parecia que casi no pestañeaban. Catherine nunca los habia visto sonreir
-Sabes bien que no pueden ir solos fuera de la fortaleza-explico su madre-No ensucies tus pantalones y portate bien.
Timothy bufo y tomo la correa de Rufus. El can era casi como un caballo para el, pero siempre que lo sostenia, no jalaba mas de lo necesario, se ponia educado. Al parecer, sabia que podia tirarlo al suelo.
-¡Comportense!-grito Juliet mientras veia el transporte alejarse.
Los dos chicos se sonrieron felices al ver que pasarian un lindo dia juntos. Ambos se ponian felices cada vez que salian del castillo, aunque tuvieran vigilancia constantemente. Podian correr carreras y acostarse en el suelo sin que la tutora del rubiecito molestara.
Cuando llegaron, Timothy corrio casi arrastrado por Rufus que lo llevaba feliz hacia otro perro mas grande que el. Uno de los guardias corrio atra para vigilar que el can no fuera devorado por la morsa de pelos. Cat coloco una manta y se sento abajo de un arbol, apoyando su espalda en un arbol. Habia traido una pequeña agenda y un lapiz para poder dibujar. Le gustaba retratar los pajaros que se posaban en la tierra del parque.
Un cardenal de cresta roja se asomo timido a una lombriz que se disponia a cavar tuneles. La chica se alegro porque era el primer pajaro del dia, asi que se apresuro a comenzar por su pequeña cabeza. Trazaba con cuidado, ya que se habia olvidado el borrador y no podia cometer errores. Todo iba bien hasta que un delgado perro galgo corrio hacia su pajaro y lo espanto violentamente. El can seguia ladrandole aunque ya se habia volado.
-Arrg-gruño Catherine viendo su obra a medio terminar.
Escucho una risa grave a sus espaldas y volteo para ver de quien se trataba. Un joven de cabellos rubios parecia divertirse al ver como su maleducada mascota espantaba a todas las aves que pisaban el suelo. Catherine no le encontraba la gracia a eso, asi que se levanto molesta y camino lejos de el y de su poco peludo amigo.
》Aqui parece tranquilo《 penso.
Volvio a extender la manta y tranquila, espero que algun pajarillo llegara y posara para ella. Estaba segura que vendrian tarde o temprano, ya que la tierra estaba fresca y los gusanos abundaban. Ademas, el sol se asomaba tibio y no quemaba.
Feliz al ver que un lindo especimen de pajaro carpintero parecia querer ayudarla, se concentro en cada detalle para plasmarlo en la nueva hoja de papel. Cuando se concentraba, solia sacar levemente la lengua y casi que no pestañeaba. Soplaba a los cabellos que se le escapaban del peinado, para no perder tiempo dejando el lapiz.
Estaba por culminar y solo le faltaban algunos detalles del plumaje. Amaba terminar un dibujo sin que el ave se volara y luego tener que andar terminandolo por puros inventos.
Cat abrio los ojos y abrio su boca con los ojos achinados, al ver que el endemoniado perro volvia a espantar el pajaro que ella se esforzaba por dibujar. Volvio a escuchar sus ladridos exasperantes y la risa del joven que venia corriendo atras de el. No pensaba quedarse callada, lanzo su libreta contra la manta y se acerco dando zancadas hacia el chico que la miro con sorpresa.
-¡Tu!-lo apunto con su delgado dedo-Tu ¡Me has espantado dos veces a las aves que intentaba dibujar!-si que estaba molesta, bastante molesta.
-Oh, oh, yo lo...lo lamento-tartamudeo sin saber que decir al ver como la mismisima princesa lo acusaba de molestarla-Fue sin querer, no queria enojarla, alteza-ella se cruzo de brazos y giro su cabeza para ver al otro lado del parque, alejando su mirada de el, como una niñita pequeña-Permitame presentarme, soy el principe Charles.
La chica parecia caer a tierra nuevamente y notar que su comportamiento no estaba siendo nada maduro. Carraspeo y volteo a ver lo apuesto que era.
-Princesa Catherine-dijo realizando un leve inclinamiento de cabeza, a modo de cortesia.
A sus espaldas, la castaña escucho que su pequeño hermano la llamaba y corria a su encuentro. Timothy llego a ella jadeando y cansado.
-Caty, Caty-asi solia decirle cuando podia-Rufus escapo y corrio atras de lo que parecia ser una perra de cabello rosa-tipica.
-Valla-no era extraño que el perro se escapara, aun asi, lo considero una buena forma para huir del principe que le seguia pareciendo molesto-Lo lamento, debo irme, hasta la proxima-ella comenzo a alejarse mientras movia la mano en despedida, el casi que no llego a responder.
Charles pensaba que la joven era bastante extraña, no le parecia muy logico que fuera princesa. Aunque el tambien tenia cosas raras, vamos ¿por que perseguia a su perro para ver como espantaba a los tranquilos pajaros? Aun asi, la chica habia sido un poco descortes, eran solo aves.
...
Principes misteriosos...jaja
De a poco se va armando la trama :3
Gracias gente♥ Sobretodo a las que me apoyan cuando esta novela recien empieza :3
Hasta la proxima♥
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Bailando con lobos ©
Hombres LoboUna reina encuentra a una salvaje niña en medio de una jauría de lobos. Decide "rescatarla" y criarla como si fuera su propia hija. Catherine no sabe nada de su pasado, pero hay muchas cosas que no le cierran. Comienza a desarrollar un profundo amor...