Capítulo 29 "Por favor"

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Nunca más iba a poder caminar junto a ella. Nunca más podría cabalgar y perseguirla como solía hacerlo. Nada volvería a ser lo mismo. Para los padres de Charles sería distinto, y para él, para él sería un martirio. ¿Por qué había salido de viaje?

La madre del joven, la reina, se acercó a la chica que sollozaba en el suelo. Se había hecho un bollito en el suelo y no había nada que la parara. Se bajó a su altura y puso una mano en su tembloroso hombro. Catherine la miró de manera desesperada y, sin apenas conocerla, la abrazó. Aquella mujer tardó en reaccionar, solía ser fría, pero luego de unos minutos le respondió y también comenzó nuevamente a llorar.

-¿Catherine?-preguntó una voz desde la cama-¿Eres tú?

¿La llamaba a ella? Se levantó de a poco y lo miró con dolor. Él paseó su mirada por el vestido de ella y luego, de una manera triste sonrió. Fue un momento extraño. Tanto, que sus dos padres sintieron sobrar. Se observaban en silencio, pero al mismo tiempo parecían gritarse muchas cosas. Se extrañaban.

-Papá, mamá, estaré bien. Hablaremos de esto luego, ¿si? Necesito hablar con ella.

Cat tembló al escuchar eso y los miró de manera suplicante. ¿Temía quedarse con él a solas? ¿No sabía que decirle? De alguna manera se sentía culpable por el accidente.

-Está bien-contestó el rey-Llámanos si necesitas algo...

Charles despachó hasta a las mismas sirvientas de la habitación. Quería estar con ella a solas. Iba a contarle todo de una vez. ¿Qué más podía perder? Ya no podía caminar.

-Siéntate.

Caminó hasta la silla tal y como había ordenado el joven de la cama. No quería discutir, no se sentía con el derecho. Le dolía demasiado la situación en la que estaba. Si tan solo hubiera sabido, tal vez hubiera impedido ese viaje.

-Quería huir, Catherine. Quería huir como un maldito cobarde-su voz era firme y decidida. Ella lo miraba para absorber cada palabra-Siempre pude enfrentarme a cualquier cosa. Intentaba darle ese ejemplo a mi hermano, el de la valentía. Pude ser su héroe y el de todos por mucho tiempo-suspiró con una sonrisa triste-De un día para el otro, conocí a una joven que dio vuelta muchas cosas en mi vida. No sabía que me gustaba, no hasta que la vi y confirmé además, que era la chica del bosque. ¡Soñaba contigo! No mentía. Desde ese condenado día, intenté todo lo que estuvo a mi alcance para lograr que cambiaras de parecer. Richard no te merece. Me parecías una chica hermosa y maravillosa. Amaba cada cosa que se te ocurría. La forma en que fruncias los labios cuando pensabas. Esa valentía que tenías para cumplir tantas cosas. Y ese don de entender a seres vivos como nosotros. Ninguno es superior a otro y tú, siempre marcaste la diferencia. Los cuidabas tal y como si fueran tu familia-a esa altura ella lloraba. Él ni siquiera la miraba y esa distancia le dolía-Me enamoré de ti. Te quise de mil maneras. Te quise como un amigo quiere a su amiga. Pero también te amé como un chico tonto ama a una extraña y única chica como tú. Nunca lo notaste y nunca me quisiste. ¿Sabes qué? Fui un cobarde. No soporté la idea de verte para siempre con otro. Pero más me dolía saber que te burlabas de mi. ¡Era un idiota enamorado que flotaba en las nubes!

-No, Charles. Yo nunca me burlé de ti-logró decir.

-¿Por qué mandaste esas invitaciones? ¿Con qué intención lo hiciste?-Charles estaba a punto de quebrarse.

-¿Qué? Nunca te envié invitaciones. A las tuyas las tenía en mi mesa de noche porque no sabía si era lo correcto. ¿Quién te dijo eso?

El rubio se quedó mirándola en busca de algún rastro de mentira, pero no había ninguno. ¡¿Cómo había sido tan tonto?!

-Richard. Richard me dijo q disfrutaste mandarlas. Soy, soy tan tonto.

-Nunca haría eso. Yo...yo...-¡tenía que decirlo! ¿Qué se lo impedía?-Yo también te amo. Nunca estuvo en mis planes enamorarme de ti, se supone que iba a casarme-por primera vez sonrió-Ahora ya no importa. Mi maldita boda no importa.

-No, deberías olvidarte de eso. Ya no valgo la pena.

Ella le había también abierto su corazón de una manera totalmente sincera y, ¿decía que no importaba? Si él era una de las cosas más importantes de su vida.

-¿Qué? ¿Por qué dices eso?-preguntó Cat con la vez temblorosa.

-Soy un inválido, Catherine. Tu vida se cortará si decides pasarla junto a una persona como yo. Debes ser feliz junto a una persona que pueda darte lo que tú mereces. Yo no puedo, simplemente no.

Ella lo miró. Pero no estaba mirándolo de una manera compadeciente, no. Aquella princesa estaba enojada. Furiosa.

-Tenías razón, eres un cobarde-dijo de manera firme-Huiste y no luchaste y ahora, ¡ahora haces lo mismo! ¡Nunca luchas! ¿Dónde quedó la valentía del chico que amaba? Luchabas por lo que querías. ¡Lograste que mi padre se interesara por los niños!

-No puedo hacer nada-murmuró él.

-¡Si que puedes!-exclamó-Lucha, Charles. ¡Lucha por recuperarte! El doctor habló de unos ejercicios de rehabilitación, no estas perdido. Por Dios, déjame estar contigo. Prometo con mi vida, que voy a ayudarte. Si me amas déjame ser feliz contigo. Por primera vez en mi vida estoy convencida de algo. Sé que te amo y que de ahora en adelante haré todo lo que sea para ayudarte.

-¿Y si no me recupero...nunca?-hablar entre las lágrimas no se le hacia nada fácil.

-Apretaré fuerte tu mano. Por favor, Charles.

Ese día en el bosque dijo que haría cualquier cosa por ella. Y la verdad es que su deseo de darle amor era lo que más le había enternecido en toda su vida. Ella lo amaba. Nunca, nunca nadie en su infeliz vida se lo había dicho. Ninguna chica le había tomado la mano con tanta ternura y amor, como Catherine hacía en ese mismo instante. ¿Cómo seguía tan hermosa? Se tuvo que repetir el hecho de que esa chica lo hubiera elegido para hacerla feliz. Y él, con movilidad o no de piernas físicas, daría cada uno de sus débiles esfuerzos por hacerlo. Se recuperaría por ella. Lucharía por la chica que cantaba junto a los lobos.

-Daré cada uno de mis momentos para hacerte feliz, cariño.

Y así fue, como ese día, ambos príncipes se fundieron en uno de los abrazos más sinceros, cariñosos y ansiados de toda la historia a su fecha. Y también, porque no, en el primer beso de los millones que se darían en toda su vida. Una vida juntos, una vida junto a la persona que amaban. ¿No es eso lo que todos deseamos alguna vez en nuestra vida? Sea ese o no el caso, este es el final de una historia. El final de la historia escrita. Porque se cuenta, que nunca termina.

...

Ooowwww :') ¿No son un amor? Último capítulo :3 ¿Les gustó? :3 Muchísimas gracias :3 Fue un viaje hermoso♥ Nos vemos en el epílogo :3 Kisses.

Bailando con lobos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora