-Sabía que no debía voltear-dijo Catherine nerviosa y un poco temblorosa.
¿Cómo se supone que lo iba a ver todos los días después de esto? Seguro ya la consideraba una especie de loca que hablaba con los animales. Además, él mismo había visto que ellos respondían a sus cariños. ¿Cómo se lo explicaría?
-Hagamos que esto nunca pasó.
-Quiero que me lo expliques.
Los dos hablaron al unísono. La chica rodó los ojos y se puso aún más tensa. Decidió que cambiaría de tema.
-Tu historia de la chica esa, de los sueños, no me la creí.
-¿Ah no?-enarcó una ceja y sonrió de manera pícara.
-Claro que no.
Las miradas se cruzaron entre ambos de maneras diferentes. Mientras que la chica quería huir y alejarse, Charles, se sentía más atraído hacia su compañera. Ya de por si, tenía algo que últimamente había cambiado con ella estos últimos días. Pero ahora, que la veía, de esa forma, de una manera tan salvaje y única...
-Debo irme-habló Cat.
-Espera, espera, espera-la detuvo tomando su mano. Ése pequeño roce hizo que ambos mirarán el agarre, como si fuera electrizante. Charles volvió a soltarla-No creas que esto quedará así, simplemente no.
-¿Por qué no? Dijiste que no dirías nada si volteaba-su voz casi tembló.
-Las cosas cambian. Yo no me pude siquiera imaginar que fueras tú. ¿Crees que puedo verte y saludarte así como así? Tienes una especie de don.
¿Y ella cómo se supone que iba a explicarle eso si tampoco lo entendía? Un viejo loco había aparecido confundiendola, haciéndola pensar muchas cosas. Ya no tenía claro nada.
-Oye, no se lo que sea. La verdad es que yo tampoco lo sé. Sólo quiero que me prometas que cumplirás tu palabra y no se lo dirás a nadie. ¡Mi madre enloquecería! Todo el reino pensaría que estoy loca. Además...-tragó en seco-No quiero que los lastimen.
-Soy un hombre de palabra, Catherine-sonrió él-Y ahora déjame decirte algo...
Ella quiso cerrar los ojos, pero permaneció mirándolo. Intentando no delatar sus nervios al ver que el joven príncipe se acercaba y la miraba con ese aire seductor que seguro, podía con muchas.
-Creo que ahora la chica en mis sueños tendrá rostro.
Ahora sí que estaba roja. Sus mejillas estaban ardiendo y odiaba admitir que fuera por él. Sí otro los viera, pensaría que coqueteaban. ¡Maldito Charles!
-No me importa tu subconsciente.
La joven apresuró su paso, casi corrió para alejarse de él. Pero claro, como siempre, él parecía divertirse. La perseguía con un pequeño trotecito y aprovechaba para ver su cuerpo más libre de telas que lo usual.
-Admitiré que si me importa el tuyo-y ella volvió a bufar-¿Sueñas conmigo?
¿Cómo decirle de su último sueño? ¡Claro que no se lo iba a decir!
-¡¿Qué te importa lo que sueño?! Es de muy mal gusto preguntar eso, Charles.
-Hum, eso me da una pequeña esperanza...
El sol comenzaba a irse. Por más que el chico quisiera retenerla, sabía que no podría detener la noche y su oscuridad. El bosque solía ser peligroso de noche, así que no intentó impedirle que se fuera. La siguió a paso apresurado mientras ella casi corría.
-Recuerda que más te vale no decir nada-volvió a replantear ella.
El viaje de vuelta fue en silencio. Charles había caído en la cuenta de que la misma Catherine era la que ocupaba sus sueños. La chica sólo quería llegar a su casa y revisar eso que había encontrado allí abajo. La otra noche, no recordó ojearlo.
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Bailando con lobos ©
Lupi mannariUna reina encuentra a una salvaje niña en medio de una jauría de lobos. Decide "rescatarla" y criarla como si fuera su propia hija. Catherine no sabe nada de su pasado, pero hay muchas cosas que no le cierran. Comienza a desarrollar un profundo amor...