CAPITULO 24; MENTIRAS

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Y las mentiras solo causan dolor.

Según el padre de Max tenía 1 mes de embarazo, que coincidía con la última vez que Tomás y yo...ya saben.

—No sube, Dars.—dijo Drina tratando de subir el maldito cierre del quinto vestido que me probaba.

—Señorita, creo que éste vestido le quedará, es una talla más y el único que queda.—lo tomé, era igual al que Drina trataba de subir.

Ellas me dejaron solas en el probador, saqué el anterior vestido de mi cuerpo con un poco de dificultad ya que tenía un poco de panzita. Subí el otro igual por mis piernas hasta que cubriera perfectamente todo, indiqué a Drina que intentara de subir el cierre y lo logró. El vestido era perfecto, y tenía un hermoso color carmín.

—Es...

—Perfecto.—la voz de Tomás irrumpió nuestra pequeña conversación.

—Tom.—sonreí caminando hacia él. Con los tacones puestos apoyé mis manos en sus hombros.

—No deberías usar tacones por el bien del bebé, amor.—quejó.—Me gusta que seas más bajita, aparte.

—Eso rige desde los 3 meses, cariño.—contrataqué.—No es mi culpa medir 1.63.—formó un puchero.

—Pero igual, quiero que crezca sano y fuerte como su madre, su hermosa madre.

Reí besando su mejilla, sus manos se aferraron a mi cintura y con sus pulgares acariciaba mi barriga hasta momento plana. Volví al probador y me cambié rapidamente volviendo a usar mis jeans, zapatillas y polerones anchos. Drina pagó los tacones blancos y el vestido regresando con dos bolsas.

—Vamos, parejita.

5 horas después.

Por los parlantes sonaba Be real de Kid ink y todos los chicos se movían al ritmo de la música, en cambio yo, Tomás y Danny estabamos sentados. Danny simplemente no quería bailar y yo tampoco, nadie aún se puede enterar del embarazo. Por ahora.

—¡alumnos y alumnas de Earl Robin School, el instituto más solicitado!—aplausos de filtraron por el resinto.—Ahora, anunciaremos al rey y a la reina de la generación 2014. Las candidatas a reina son Darcy Styles—asombrada, subí al escenario.—Drina McClaren, Taylor Adams y Ashley Down.—Tomás me guiñó un ojo.

Ashley le quitó el microfono al director.—Es obvio que ganaré de todos modos, así que gracias.—reí.

—Y los candidatos a rey son Tomás Marcotti, Jayson...—paró.—Bradden, Jake y Edinson.

Los chicos subieron. Todas las chicas aplaudían y decían estúpideses.—Y la reina es...—leyó la pequeña tarjeta y su cara fue épica, levantó la vista.—Darcy Styles.—sonreí, Drina me abrazó y Ashley me miró mal, otra vez le ganaba en algo y fue fantastico, tercer año después de todo no fue tan malo.—Y el rey escojido por ustedes mismos es...Tomás Marcotti. Me sorprende que la señorita Styles salga reina, pero, felicidades.

Tenía una corona plastica sobre mi cabeza, todos empezaron a decir lo típico que no creí que me pasaría jamás. El beso.

TOMÁS

Tomé la mano de Darcy arrastrandola hacia el exterior, cruzé la mirada con Drina que me suplicaba que no destroze a Dars pero Brad solo quería mi dinero y no se lo daría por nada. Y eso me arriesgaba a que el amor de mi vida me odiase.

—No me odies por esto Darcy.—supliqué.—Mira, no digas nada, pero yo jamás te he amado, todo fue una mentira.—me odiaba internamente y al ver el dolor en los claros ojos de mi novia me rompió. Ahuequé su rostro besandole por última vez pero me empujó.—Dars...

—¡Dars nada Tomás!—de sus ojos corrían lagrimas.—Tomás ¿qué hice joder, ¡qué hice!?—exclamó.—Sabía que todo era muy perfecto para ser real, ¡lo sabía! Te amo Tomás Elías Marcotti. Pero más te odio. ¡te odio!

—Darcy, solo te pido algo.—supliqué. Fue inevitable contenerme y sin mi consentimiento lagrimas brotaron de mis ojos hasta caer por mi barbilla. Ahuequé nuevamente su rostro.—Dame un último beso, te lo suplico.—con la voz temblorosa, tragué saliva, sus ojos estaban alrededor rojos.—Por favor.—susurré centrando la vista en sus labios.

Asintió lentamente, me acerqué rozandolos hasta que algo me hizo reaccionar, la besé con mucho temor. Disfrutando de lo último que tendría de ella. Fue lo suficientemente largo para que la sensación quedara impregnada en mi y al separarme caminó lejos de mi visión. Me tiré de rodillas al suelo llorando, llorando como todo un marica que perdió a su novia y a la madre de un bebé en camino por mi estúpidez.

DARCY

Caminé en cualquier dirección, confiando en mi orientación. Lagrimas inevitables corrían por mis mejillas brotando y brotando millones de ellas. Me senté apoyada contra una pared que daba al restaurante del padre de Drina que por casualidad Alex venía saliendo. Tapé mi rostro con mi cabello dolida, tratando de que no me notara pero los pasos sonaron rápidos y un par de zapatillas gastadas aparecieron frente a mi.—¿qué ocurre, enana?—negué con la cabeza, me daba terror levantarla y mirarle a los ojos. Un sollozo salió del fondo de mi garganta.—¿Darcy?—a traves de la cortina de cabello observé sus ojos tan claros como el agua, iguales a los míos, había una preocupación tremenda.

—Alex...—mi voz se rompió nuevamente y obligada miré a Alex.

—Joder ¿qué te pasó?—negué otra vez, no podía hablar sin que se me rompiese la voz.—Darcy, primita por favor, dime.

Se sentó a mi lado.—Tom...Tomás—fue lo único que pude decir, supe por su reacción que no habría nada bueno a continucación.

Irresistible TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora