CAPITULO 28; PADRE POSTIZO.

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La felicidad viene después de la tormenta.

DANIEL

-Darcy.-tomé sus manos.-Darcy, enana, hermosa.-murmuré viendo sus ojos.-¿me dejarías cuidar de la bebé como si fuera mi propia hija?-pregunté.

Ella sonrió.-Claro que sí, tontito.-sonreí.-Me encantaría que lo fueras.

Una sombra paró frente a ambos, levanté la vista encontrandome con la atenta mirada del señor Styles. En sus brazos aún tenía a la pequeña y una sonrisa plantada en el rostro. Depositó suavemente a Ángel en el regazo de Darcy.-Espero que le des el apellido, hijo.-comentó, dos pares de ojos más pararon en mi. Asentí acariciando la mejilla de Ángel.-Y dime, Darcy. ¿cómo se llamará la pequeña?

-Ángel papá, la llamaré Ángel.-ella con su dedo índice, tocó la punta de su nariz.

-Como el pequeño angelito que llegó a nuestras vidas.

La puerta chilló llamando la atención de todos, en ella, Tomás apareció. Los puños del padre de Darcy se apretaron al punto de que estaban blancos, blancos como una hoja y la dulce mirada de Darcy se entristeció. Tomé la mano de Darcy tratando de calmarla lo más posible. Pero su pulso aumentó y lagrimas empezaron a correr por sus ojos. Limpié las que salían con mis pulgares.

-¿qué haces aquí, Tomás?-pregunté enojado.

-Quiero ver a mi hija.

-Ya no es tu hija después de lo que hiciste.-reparó Darcy.

-Déjame explicarte.-suplicó.

-No Tomás, perdiste el derecho de tu hija cuando te acostaste con mi mejor amiga.

DARCY

-No tomás, perdiste el derecho de tu hija cuando te acostaste con mi mejor amiga.-me quejé. Daniel se paró de la silla pero lo detuve tirando de su camiseta, su mandíbula se tensó.

-No sabía que estabas con mi madre y mi hermana, lo lamento tanto pero tú embarazada y yo necesita algo de acción en mi vida. Mientras tu te mantenías en ese estado de...embarazo.

-¡eso no es una justificación!-mi vista se nubló notablemente al decir aquello. Me dolía, me dolía tanto que me engañase con mi mejor amiga.

-No significó nada para mi, te amo carajo.

-Sí tanto me amaras no habrías hecho eso.-miré a mi pequeña descansar sobre mi regazo, sus ojos estaban cerrados.

-Pero te amo.

-Yo igual te amo pero Tomás, pero nunca te perdonaré eso.-papá salió del cuarto y Daniel tomaba mi mano.-Vete Tomás, ¡vete!

La pequeña abrió los ojos, Daniel la tomó en brazos mientras yo le daba la espalda y me cubría con la manta. Me dormí rápidamente pero antes escuché a Daniel decir algo. Quizá fue un sueño. Una ilusión. O lo imaginé. Pero quizá en lo más profundo de mi ser creí que lo dijo de verdad. Que salió de su corazón. Y no fue una tonta ilusión para quitar de mi cabeza ese nombre que me torturaba cada vez más, ese maldito nombre del cual me enamoré y nació la criatura más hermosa del mundo que Daniel tenía en brazos.

-Te haré olvidar a Tomás, Darcy.

*

2 meses después.

Al fin saldría del hospital y junto a mi, Ángel vendría. La mano de Daniel se aferró a mi cintura a la vez que sus ojos se dirigían a alguna parte del resinto. Miré en esa dirección y me arrepentí. Tomás estaba ahí besando a Drina, pero orgullosa de mi misma, estaba superandolo. Apreté con mis palidos dedos la suave tela que cubría el cuerpo de mi pequeña hija, sonreí al ver sus grandes ojos dirigirse a mi.

-Que hermosa es ¿verdad, Dani?-me miró sonriendo.

-Igual de hermosa que su madre.-dejó un beso en mi mejilla, hubiera deseado que no fuera ahí pero era muy pronto para pensar en eso.

-Nada que, ver es más hermosa.

-No.

-Sí.

-No.

-Sí.

-No.

-Sí.

-No.

-Sí.

-No.

-Sí.

-No.

-Sí.

-No.

-Sí.-su rostro estaba muy cerca de mi, y la atmosfera había cambiado.-Es igual de hermosa que tu, enana.

Bajó la vista y cerró el espacio en un dulce beso, sus labios se movían a ritmo lento y le seguía, era el chico perfecto que esperé toda mi vida. No se comparaba con nadie, ni con Tomás o Jay, o quizá el idiota de Max Horan. Era único para mi. Sus manos se apoderaron de mi cintura apretando levemente, parecíamos una pareja más, una pareja que tenía a una criatura preciosa entre brazos.

-Debemos irnos, Dani.-murmuré sonrojada.

-Vamos.

Me robó un beso, sonreí apoyando mi cabeza en su hombro una vez dentro del lamborgini. En la radio sonaba Shake it off de Taylor Swift y las pequeñas y adorables manos de Ángel jugaban con la manta. La risa de Daniel se escuchó por todo el interior del auto junto a las de Ángel. Era tan lindo poder tener una familia, una hija a la que proteger, un padre responsable para ella y lo mejor, mi padre que me apoya. La abuela, Elena, había ido a estados unidos por apróximadamente 3 años y hoy volvía de su viaje al saber sobre la noticia de su bisnieta.

-Hija, Daniel.-saludó papá con una sonrisa.-Por aquí, alguien los espera.

Los padres de Daniel estaban sentados frente a nosotros y a un lado de ellos Elena. Su sonrisa se agrandó cuando vió a la dulce niña entre mis brazos, la tomó en brazos cuidadosamente sentandose nuevamente en el sofá.

-Daniel ¿de verdad quieres hacerte cargo de Ángel?

-Sí, papá, mamá. Si me lo permiten.

-Hijo, sería lo más hermoso que podrías hacer por Darcy. Claro que te lo permitimos.

-Lana, Erick.-mi madre apareció.-¿Elena?

-¿Angelica? ¡estás preciosa, mujer!

-Mamá.-me acerqué a ella abrazandola.-Pensé que no regresarías hasta junio.

-Quise llegar antes y conocer a mi nieta, hija.-Daniel tiró de mi mano haciendome caer sentada en su regazo, y unió sus manos.

-Te amo, Darcy.

Irresistible TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora