CAPITULO 29; DOS AÑOS.

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Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad.

2 años después.

-Daniel, no lo hagas.-la radio subió a un volumen muy alto, pasados dos años de que Ángel entró a nuestras vidas ha sido lo mejor, y que Daniel se encargara de cuidarla. Protegerla y amarla me dio esperanzas. Y después de dos años, Tomás no forma parte importante en mi.

-Ángel está grande.

-Sí, y tiene un loco parecido a ti.

-¿sí?-preguntó.-¿en qué?

-En lo desordenado, amor.-reí, en la radio sonó I want know what love it is.

Daniel comenzó a cantar el coro caminando hacia mi, tomó mis manos haciendome levantar del comodo asiento en el que mi cuerpo descansaba y ubicó una mano por mi cintura, continuó cantanto al ritmo y tono de la canción.

-It's my life.-canté las tres palabras subiendo el tono.

-Te amo, enana.

-Gracias Daniel.-dije sonriendo.-Gracias por hacerme olvidar de Tomás, cuidar de nuestra hija.-dejé un beso en su mejilla.-Y por mostrarme el otro lado de la moneda, te amo mucho. Sin ti seguiría en el mismo agujero y después de dos años reconozco que tu eres y serás mi amor por siempre.

Un beso bastaba para saber que los dos años que pasé a su lado funcionaron para poder hacer mi vida de nuevo con otras personas que no apuñalan por la espalda. Personas que te aman sin esperar algo a cambio. Algo tiró de mi jeans, levanté del suelo a Ángel sentandome nuevamente, le estaban empezando a salir los dientes recién y aunque eso tomara casi toda la noche no me importaba, solo me importaba cuidar de mi pequeña hija. Ángel indicó a Daniel, quien sonrió arrodillandose frente a la pequeña.

-Tan linda que eres, Ángel.-murmuró él.-Como mi propia sangre.

-Hey, viejito.-Dylan se sentó a mi lado.-¿qué se siente ser padre, Dan?

-Es lo mejor pero ni lo pienses, enano, aún eres muy joven.-bromeó.-Enana, ¿irás a la pelea?

-Obvio que si iré, pero no me abrazes con sudor.-quejé asqueada.-La última vez, quedé llena de sudor.

-Siempre te abrazaré aún teniendo sudor encima, amor.-reí.-Es en una hora, no vayas provocativa por favor, no quiero que imbeciles te miren.

-Dylan irá conmigo, y Ángel se quedará con mis padres.

Aseguré, asintió parandose. Dejé a Dylan abajo para que cuidase de Ángel mientras Daniel y yo subíamos a mi cuarto.

*

El combate comenzaba en menos de 2 minutos y Daniel ya estaba preparandose mental y físicamente, rodeé su torso antes de dejarlo libre, levantó mi barbilla con su mano vendada asegurandome que todo iría bien, aunque lo dudo mucho. Hoy peleaba con Tomás, y de sobra sabía que ninguno de los dos se llevaba de maravilla. Me besó por última vez antes de entrar al ring y que comenzaran las apuestas.

-Chicos ya saben las reglas del juego, ¡comienza el combate!-Daniel me guiñó el ojo antes de lanzar el primer golpe contra la mandíbula de Tomás.

Los golpes iban y venían, sobretodo por parte de mi novio hacia Tomás quien respondía como podía. Sentí un mal presentimiento cuando Tomás dio un golpe en el abdomen de Daniel y grité. Pero absolutamente nadie oía mis replicas, todo iba cayendo hasta que subí al ring en contra de todos y Daniel al verme. Negó preocupado, cerré los ojos sintiendo el golpe en mis costillas, un tras otro y los abucheos sonaban cada vez más. El dolor era mucho, escupí sangre por la boca sintiendo el sabor metalico salir expulsado y los golpes se detuvieron. Daniel corrió a mi sosteniendome, miré a Tomás con mi sangre sobre su cuerpo.

-Darcy.-la preocupación era evidente en la voz y mirada de mi novio.-Darcy, respira. Todo irá bien, solo respira profundo que pronto llegará la ambulancia. ¡joder!-otra vez escupí sangre manchando el brazo de él.-Aguanta amor, aguanta...-me senté cerca de las cuerdas que cerraban el cuadrilatero.-¡animal!-gritó Daniel dando un golpe seco en el abdomen de Tomás.

Uno tras otro, dejandolo en el suelo casi inconsciente. Subí la camiseta hasta la altura de las costillas viendo unos moretones grandes y profundos, me daba terror tocarlos, me daba terror mirar como Daniel golpeaba a Tomás. Pero lo vi, estaba sentado a mi lado secandose las lagrimas. Toqué su brazo, se sobresaltó al principio pero tal como no quería me abrazó con sudor nuevamente. Todo se quedó en silencio, y solo se oía la respiración de las personas. Sentía mi corazón en la garganta pero poco me importó, besé a Daniel impulsivamente y para hacerle saber que estaba ahí, bien, aunque con dolor pero bien. Comenzaron a aplaudir todos y el chico que presentaba a cada uno igual aplaudió, al separarme de él sonrió. Era maravilloso ver lo que el amor hacía, Daniel Vladimoff cuando llegó, sabía que iba a ser alguien importante en mi vida.

-Ya está todo bien, Darcy, todo bien.

Mi cuerpo fue elevado por alguien ajeno y al ver el impotente cuerpo de mi padre todos callaron, me sonrió.

-He vuelto, hace muchos años dejé de venir aquí justamente para pelear en otros paises y ciudades y he venido a quedarme-sonrió orgulloso.-A avivar este desertico lugar.

-¡el gran Monstruo volvió!-exclamó el chico con el microfono.-¡ha vuelto!

-Por mi hija sobre todo.

Todos los ojos llegaron a mi, reparando en lo que Tomás había hecho. El nombrado estaba de pie, lo veía, veía el odio de mi novio a él. El odio de mi padre. El odio de todo el mundo.

-No, hoy no peleo, es un principiante.-me dejó en el suelo.-Ángel te espera, hija, ve a casa.-susurró en mi oido.

Sonreí.-Claro papá, voy enseguida.

El dinero de las apuestas pasó a Daniel rápidamente, salimos del resinto a la media noche, mis manos se aferraron a su cuerpo una vez que caí en mi cama con él riendo.

-Debiste ver la cara del idiota al saber que tu padre volvió.-comentó.-Fue épico, y cuando todos quedaron sorprendidos de que eras su hija.

-Daniel.-llamé dulcemente.-Ve a buscar a Ángel ¿sí?-solicité.

-Obvio, amor.-me plantó un beso antes de bajar de la cama e ir al cuarto de Dylan. En sus brazos una criatura de ojos grandes y verdes apareció estirando los brazos hacia mi.-Deja curar las heridas de tus costillas, enana.-dejó un beso en mi cuello antes de subir la camiseta y ver las heridas.-Golpea fuerte el idiota.

-Sólo cura las heridas.-supliqué.

Pasó el algodón con cuidado sobre cada herida desinfectando, y cada algodón salía con un poco de sangre, una vez que terminó se tiró al lado de Ángel. Desordenó mi cabello haciendo reir a la niña.

-Enana.-llamó.-Duermete, yo hago dormir a Ángel y luego me uno a ti pero debes estár cansada.

-¡yo hago dormir a mi sobrina, hermana!-propuso dramaticamente. Sonreí dandole el permiso.

-Hazlo, Dyl, aprenderás a ser padre al fin.

Tomó a la pequeña en brazos llevandosela, saqué mis jeans de mis piernas quedando solo con la camiseta, al ver el gesto que hiso Daniel reí. Se posicionó sobre mi quitandose antes su suelta camiseta de encima y sin esperar más me besó. Desabroché sus jeans sin esfuerzo bajando a la vez el cierre, lo quitó tirandolo a alguna parte del cuarto. Bajó sus besos a mi cuello, haciendome soltar un quejido y reir, rió mandando vibraciones a todo mi cuerpo y así. Enrredé mis piernas con las suyas.

-Vamos a dormir, Dani.-susurré sobre sus labios.-Y tengo sueño.

-Bueno, durmamos.

Dentro de las mantas, con los brazos de Daniel rodeandome cerré los ojos conciliando el sueño y quedandome dormida sintiendo su perfume impregnado en su piel y el calor que emana su cuerpo. La paz que me consede tal gratitud de tenerlo a mi lado.

N/A;

El final se acerca, un capítulo más, el epílogo y la tercera temporada.

Irresistible TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora