DarkAngel† (Dominik Santorski)

Palabras que lastiman aún más que el cristal.

No había logrado todavía divisar su rostro ya que aún no había volteado luego de saludar a Nash pero reconocería esa voz en cualquier lugar.

-Calmate ¿si?- dije ya mirandolo a los ojos- Solamente nos hemos saludado, no veo el problema- dije como si nada.

-Es el idiota de Nash, es igual a estupido de Alecks y ¿sabes? ¡Tu eres igual a ellos, eres una maldita perra traicionera!- Oh Listo ahora si me había enojado.

Mal día para ti Dominik, hoy no estoy de buenas.

Mi mano impactó en su rostro en una sonora cachetada dejandolo con los ojos super abiertos y una mano en donde había tenido lugar el golpe.

-Escuchame bien, ¡Que a mi me respetas idiota! ¿Quién te crees que eres ah? ¿Y sabes algo? ¡Nash no tiene la culpa de que seas un estupido calentón!- dije y sus ojos se abrieron como platos y el odio nublo sus ojos azules.

No había querido decir eso pero el había sacado lo peor de mi al llamarme "perra traicionera" cuando lo único que quería era ayudarlo.

Pero todo eso había acabado en este mismo instante, no pensaba pedir perdón a menos que el lo hiciera primero, ahora no había vuelta atras, ya no más.

Con ayuda de mi orgullo volte y segui mi camino hacia el salón, dejando a un Dominik furioso y a muchos otros con la boca abierta mientras murmuraban sobre la escena que habian acabado de presenciar.

Volte a la derecha por uno de los pasillos y me adentre en el baño de chicas.
Cuando ya estube frente al espejo una lagrima se deslizó por mi mejilla pero la sequé rapidamente, arreglé mi maquillaje y salí de allí.

Me dolía y mucho, más de lo que me hubiera gustado admitir.

(...)

Dominik no había asistido a ninguna de las clases y eso me preocupaba, tampoco lo había visto en los pasillos a la hora del receso ni en el patio.

Faltaban pocos minútos para que el último timbre sonara y aún Dominik no daba señales de vida.

Con el pasar de los minútos me sentía peor por lo que le había dicho a Dominik, no tendría que haber mencionado aquel tema que le causaba tanto dolor, no solo sentimental sino también físico.

Al pensar en aquellos cortes que había notado en los brazos de Dominik se me erizó la piel y temía que eso volviera a pasar, jamas me perdonaría que a Dominik le pasara algo por mi culpa, jamás.

(...)

Estaba ordenando mi habitación, el tocador, los labiales, las chaquetas y demas cosas regadas por todas partes, con la mente en otro lugar hasta que me di cuenta de que mis mejillas estaban mojadas las lagrimas no paraban de salir.

Me reconste en mi cama y abracé a mi almohada para luego ponerme a llorar.

Los sollozos no paraban y sentía que en cualquier momento me quedaría sin lagrimas.

Me sentía la peor persona del mundo, ¿cómo podía haber tratado asi a Dominik? El tenía razón me había convertido en uno de ellos, lo había juzgado y roto aún más, si es que eso era posible.

Eres una idiota Alicia, ¿cómo piensas ayudarlo si lo tratas igual que los demas? Tu al igual que todos eres culpable de su dolor.

El llanto no cesaba y yo tampoco tenía ganas de hacerlo, la almohada estaba empapada y no me percate de que el telefono en la sala había comenzado a sonar.

Me apie de mi cama y me encaminé hacia la purta para luego ir hacia las escaleras y por último a la sala.

El telefóno se encontraba en una mesilla a un lado del sofa, solo me aproxime y lo tomé.

- ¡Hola que bueno que contesta! Digame, ¿puedo hablar con la señorita Alicia por favor? Es urgente!-Era la voz de Margaret y por lo visto estaba muy nerviosa ademas de que la voz le temblaba.

- ¿Margaret? Soy yo Alicia, ¿que pasa?- dije con una buena docis de preocupación en mi voz.

- Oh Alicia que bueno que eres tu lo siento por llamar asi, pudo haber contestado tu madre yo... lo siento- dijo llorando por lo bajo.

-No pasa nada Margaret pero dime que pasa, ¿Por qué lloras?- Dije sacando el pelo de mi rostro con mi mano libre.

- Es Dominik... el- el esta descontrolado, esta rompiendo toda su habitación, nunca había llorado y gritado tanto, ven por favor, temo que le pase algo- dijo llorando más fuerte.

Al escuchar eso se me paró el corazón, lo que temía, el lo haría, lo presentía, se dañaria... aún más.

- Descuida Margaret estare allí en unos minútos, no llores todo estara bien.- dije y de fondo se escucho un cristal hacerce añicos.

-Date prisa Alicia- escuché decir a Margaret para luego terminar la llamada.

Alejate del maldito cristal Dominik, por favor.

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Aqui otro cap a modo de disculpa por la demora con el cap anterior, espero que lo disfruten.

Den ☆ y comenten para que la siga.

Las quiero y gracias.

Ari †