Natalia
He despertado unas cuantas veces esta noche durante la madrugada, pero lo que me despierta ahora sí es el sonido de la alarma de mi móvil, la cual apago nada más escucharla sonar.
Enciendo la luz de la lamparita de noche, haciendo que esta misma me ciegue por completo durante unos instantes. Luego me incorporo con pereza sobre el borde de la cama para alcanzar la ropa que dejé preparada anoche encima del escritorio. Vaqueros y sudaderas es mi conjunto de hoy, es con lo que suelo vestir diariamente ya que voy más cómoda.
Una vez vestida voy al baño, hago mis necesidades y me coloco frente al espejo para comenzar a peinarme. Deshago el moño mal hecho que llevo siempre para dormir y cepillo mi cabello una y otra vez con el peine, tratando de quitar todos y cada uno de los enredos. Sujeto todo el pelo en mi mano, haciendo una coleta lo suficientemente alta pero entonces me pregunto...
¿Qué tiene Vir que no tenga yo?
Vuelvo a dejar el pelo caer sobre mi espalda, pasándomelo de un lado a otro un par de veces para acomodarlo, y una vez que lo encuentro bien lo dejo así. Noto como mis ojeras hoy están marcadas más que nunca.
—¡Natalia ha llegado por ti un chico que se llama Jorge! —grita mamá desde el piso de abajo.
—¡Ya voy! —le grito contestándole para que sepa que estoy despierta.
Mamá siempre suele venir a verme por las mañanas para ver si me he despertado, ya que en más de una ocasión me he quedado dormida.
Cojo la bolsita donde guardo el maquillaje y agarrando el corrector aplico un poco de de este bajo mis ojeras, y luego me doy un poco con el lápiz negro sobre la línea de agua de los ojos. Al terminar todo esto me miro por última vez. Ya estoy lista para ir a clase.
Bajo las escaleras rápido, al trote, y a medidas que las voy bajando me encuentro con Jorge en la entrada de casa mirando la pantalla del móvil que sostiene entre sus manos.
—Buenos días —le saludo para que sepa que estoy aquí.
Él enseguida aparta la mirada de su teléfono y me mira con una sonrisa dibujada en los labios.
—Buenos días Natalia —me saluda amablemente.
—Toma el bocadillo para el descanso y unas galletas para el camino, no has desayunado nada —me entrega mamá en mano ambas cosas.
Despidiéndome de mamá y caminando trato de meter el bocadillo en el bolsillo pequeño delantero que tiene mi mochila. Sujeto el paquete de galletas con los dientes para tener disponibles las dos manos y una vez que consigo meter y cerrar el bolsillo de delantero de la mochila cuelgo la otra asa en el hombro que me queda libre. Jorge me observa riendo y yo abro las galletas.
—¿Quieres? —le tiendo el paquete.
Él se encoge de hombros y me roba una.
—Gracias.
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La primera vez con mi mejor amigo.©
Ficção AdolescentePrimera parte de la serie «Destino». ~•~ «Es increíble como tu mejor amigo puede convertirse en tu peor pesadilla, y como el amor puede llegar a convertirse en tan sólo odio.» Dos amigos. Un secreto. Una casualidad. ~•~ Fecha de publicación: 21/08/2...