Natalia
Maldito lunes.
Una frase que la mayoría odiamos es esa.
Me encuentro frente al espejo del baño, dándome los últimos retoques antes de ir a clase. Alcanzo el teléfono móvil y compruebo que voy bien de tiempo. Las ocho en punto. Jorge estará a punto de llegar a casa por mí.
—Buenos días —escucho desde el piso de abajo y esa no es la voz de Jorge.
Es David está aquí. Bajo rápidamente las escaleras al trote para encontrarlo junto al marco de la puerta esperando. Esta guapísimo, hoy viene más guapo de lo que ya lo es de costumbre. Lleva unos vaqueros ajustados que tonifican por completo sus piernas, un jersey azul oscuro y unas zapatillas de deporte.
¿Es normal que me encante mi mejor amigo?
—¡David! —chillo lanzándome a su cuello.
Lo abrazo con fuerza, con mucha fuerza. El olor de su perfume varonil tan pronto como le abrazo invade mis fosas nasales. Hacía ya semanas desde que David no me acompaña al instituto y hoy está aquí de sorpresa, sin avisarme antes de venir.
Nos despedimos de mamá y echamos a caminar juntos hacia el instituto. Vamos hablando del examen que tenemos el viernes, el último del trimestre y seremos libres hasta pasadas las Navidades. Necesito un poco de relajación en mi vida. Es tanta la emoción del momento que hasta le había olvidado hasta que escucho su voz. Jorge.
—¡Nat! ¡Nat! —gritan mi nombre detrás de mí.
Abro los ojos de par en par al escucharle. Había olvidado por completo a Jorge.
Giro sobre mis talones para dar media vuelta sobre mí misma y veo a este corriendo hacia mí. Me siento completamente avergonzada por olvidarle. Siento mis pómulos arder, más que nada por vergüenza y David comienza a reírse a mi lado. Le golpeo fuerte con el codo justamente contra las costillas y él gruñe.
—Dios Nat, eres una bestia... —dice quejándose mientras agarra su parte dolorida.
—Y tú un imbécil.
Tengo ganas de reír pero no lo hago porque Jorge me lo impide con un beso bastante cerca de la comisura de mis labios. Me ha pillado completamente por sorpresa.
—Buenos días —saluda Jorge con una amplia sonrisa en los labios.
—Hola —David y yo decimos al unísono.
Caminamos en total silencio hasta llegar al instituto, ninguno dice nada. Se puede notar la incomodidad entre ambos chicos y yo estoy en medio de ellos dos tratando de sobrellevarlo. David se despide dándome un abrazo y desaparece acompañado por sus amigos, los músculos con patas. Nunca me cansaré de llamarles así.
—¡Tengo que contarte algo! —anuncia Jorge emocionado.
—Comienza... —le digo, dando paso a que comience su discurso.
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La primera vez con mi mejor amigo.©
Teen FictionPrimera parte de la serie «Destino». ~•~ «Es increíble como tu mejor amigo puede convertirse en tu peor pesadilla, y como el amor puede llegar a convertirse en tan sólo odio.» Dos amigos. Un secreto. Una casualidad. ~•~ Fecha de publicación: 21/08/2...