Capítulo 20: EL AVISTAMIENTO*PARTE 2

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Narra Celeste.

Los chicos me miran con una cara entre horror y curiosidad, creo que no les pareció tan mala idea.

-- Eso no será posible.- anuncia Alejandro.
-- Qué tiene de malo - le digo seria.
-- No voy a dejar que vayas. Si ellos vinieron por tu madre es por que algo malo tiene entre manos, algo importante.
-- Entonces quiero averiguarlo, no voy a dejar que se lleven a mi madre así nada más.- le contradigo.
-- Deberíamos averiguar que es lo que pasa.- se pone a mi favor André.
-- No van a desistir de la idea, ¿verdad? - pregunta Alejandro.
-- No.- decimos André y yo al mismo tiempo.
-- Entonces ya no hay nada que discutir.- se rinde al fin.

Salimos de la casa, cada uno con una mochila pequeña con nuestras pertenencias, no se como pero André convenció a sus padres para que lo dejen ir a un "campamento de verano" en Costa Rica. De verdad no entiendo como le dieron permiso si André es todo un idiota con los idiomas.
Caminamos por el bosque esperando a que el tutor de Alejandro llegase, creo que no sabe que llevará con sigo a otros dos jovencillos para cuidarlos.
Pasan unos cuantos minutos y llega nuestro extravagante transporte: una luz blanca se acerca hacia el lago, esta no es tan grande como de la que descendió Alejandro cuando llegó a la Tierra, al estar ya cerca se abre una puerta y unas gradas, las subimos con cuidado.
Cuando estamos ya dentro observo el interior, creo que los de Eris no conocen otro color además del blanco, todo es de ese color, a penas distingo las cosas que me rodean, mesas, repisas, floreros antiguos, etc.

-- Oye, en tu planeta no conocen los colores? - pregunta André.
-- Iba a decir lo mismo.- digo sonriendo.
-- La verdad es que si hay mucho color en mi planeta, pero para sus ojos no son distinguibles, todo allá es así.- nos comenta Alejandro.

Después de unos segundos escuchamos una voz:

-- ¿Alejandro eres tú? - pregunta la voz.
-- ¿Oliver? - pregunta Alejandro.
-- Te dije que te asesinaré si me vuelves a llamar así...- dice risueña la voz, dejando ver a su portador, un hombre hecho totalmente de luz.- ¿qué significa esto, Alejandro?- alza la voz la figura.
-- Ammm, yo... Ellos...- tartamudea Alejandro.- ellos sin mis amigos, humanos, ellos me ayudaron a adaptarme... Y...
-- ¿Por qué los trajiste? Sabes bien que esta prohibido.
-- Lo siento, pero yo...
-- Nada de lo siento jovencito, has que bajen ahora. - le ordena.
-- Debemos ayudarlos, al menos a ella, y creo que deberías escuchar primero lo que pasó.- dice Alejandro con la voz un poco elevada, pero respetuosa a la vez.
-- Si será así, más vale que me los presentes.- le contesta la figura, luego se da la vuelta y camina por el corredor. Nosotros lo seguimos en silencio.
-- Ellos son Celeste y André, mis mejores amigos, chicos el es Jhon Oliver, mi "padre". - al decir la palabra "padre" nos mira con la cara distinta, diciéndonos que el era su tutor.
-- Un gusto conocerlo, señor.- contestamos al mismo tiempo André y yo.
-- Hola niños - dice serio.- ahora si van a contarme lo que pasó que es tan imperante?
-- Zigat's, eso es lo que pasó. - le dice Alejandro.
-- ¿qué pasó con ellos?- pregunta ahora preocupado el hombre.
-- Ellos raptaron a la madre de Celeste, hoy mismo.- contesta André esta vez.
-- Den más detalles, por favor.- pide el hombre.
-- Íbamos de salida, se escucharon golpes en la puerta y luego la empujaron, nosotros corrimos a escondernos en el ático, cuando pareció que todo había terminado bajamos y mi mamá ya no estaba.- explico yo.
-- Interesante, saben en que lío nos metieron, deberían bajar de aquí que si ellos raptaron a tu madre no es por cualquier idiotes. - nos dice enojado.
-- Pero no los podemos dejar allí, ¿qué si vuelven?- reclama Alejandro.
-- Eso mismo te digo, ¿qué si vuelven y los encuentran aquí? Nos mataran y todo lo que hicieron tus padres por ti, todo su sacrificio, será para nada.

Los tres nos quedamos callados, y recuerdo lo que me dijo el ángel, que Alejandro tenía sangre real como yo.

-- Tengo sangre real...- digo en voz bajita.
--¿disculpa? - dice el tutor.
-- Sí, tengo sangre real y el don de curación, me lo dijo el ángel. - todos se detienen a mirarme con cara de incredulidad.
-- Qué estas diciendo?
-- Una vez tuve un sueño, cuando recién llegaste, Alejandro, el día en el que me curé. - le recuerdo.
-- ¿Qué te dijo exactamente? - pregunta el hombre.
-- Dijo que era un ángel del páramo, su nombre si bien lo recuerdo era Michael.
-- ¿Michael? El no es un ángel del páramo, bueno si lo es, pero no es un ángel de verdad, es un mensajero, a los mensajeros antiguamente se les llamaba ángeles del páramo, pero ahora dime, ¿qué más te dijo?
-- Qué yo era especial, habló conmigo en un sueño me ví a mi misma con mi padre, habló también de Alejandro y dijo que teníamos sangre real.
-- Eso es verdaderamente impresionante, vamos este será un cansador viaje hasta llegar a casa, les enseñaré sus habitaciones, antes de ir casa haremos unas cuantas paradas en otros planetas. Alejandro, enseñadles la nave por favor.- concluye el hombre.
-- Gracias.- decimos los tres a unísono.
-- Vayan niños.

Los tres caminamos por otro pasillo, el silencio es incómodo y molesto. Alejandro nos guía hasta un pasillo lleno de habitaciones, me dirijo a una habitación que a mi parecer es de chica.

-- ¿Cuanto tiempo se supone que estaremos en esta nave? - pregunta André con una voz apagada.
-- Un par de días, yo creo,- contesta Alejandro.- ¿a que viene la pregunta?
-- No pienso dormir solo en este lugar, es muy blanco y vacío, da miedo.- aclara André.
-- Yo tampoco, vengan.- les digo extendiendo los brazos, ellos casi inmediatamente avanzan hacia mí y me abrazan, nos quedamos un rato así.

Los tres nos sentamos en la cama, muy en silencio, pensando qué sería de nuestras vidas a partir de ese día, nos esperaría algo malo, bueno, no lo sabíamos. Lo único que nos quedó claro era que desde ese día todo sería distinto y que nuestras vidas cambiarían para siempre.

-- Aquí no tienen esas máquinas de revisiones o de control mental o si? - dice sonriente André.
-- No, pero hay un mini hospital, vamos a verlo? - sugiere Alejandro.
-- Que estamos esperando, vamos! - digo emocionada.

Caminamos un par de pasillos más, llegamos a una habitación con cuatro camillas, máquinas de todos los tamaños e instrumentos que encontraríamos en cualquier hospital, con la mínima diferencia de que allí todo era de color blanco.

-- ¿Tu tutor no nos va a revisar con esas cosas o si?- dice asustado André.
-- No lo creo, nunca lo ha hecho, ni siquiera se para qué está este lugar, si nunca tenemos visitas, a Jhon no le gustan.- contesta Alejandro con la mirada hacia el suelo.
-- No tuviste mucha vida social...- comento en voz baja.
-- Nunca me dejaron tener un amigo o amiga de verdad, solo ustedes...- nos dice con voz triste y apagada.
-- Es un verdadero honor ser los primeros.- dice André acercándose a Alejandro para darle una palmaditas en la espalda.
-- No hablemos de eso por favor...- nos contesta él.
-- Así que.... Aquí no hacen lo mismo que en las películas no?- pregunta André.
-- Sus películas acerca de los extraterrestres son deprimentes de verdad, siempre el extraterrestre es el malo.

En los tres meses exactos que tuvimos de amistad fuimos muchas veces al cine, y las películas nocturnas en mi casa son incontables. Alejandro se molestaba mucho en algunas, y otras le daban risa. Vienen a mi mente los recuerdos de la primera película que vio conmigo.....

EL AVISTAMIENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora