Capítulo 12: SE LO QUE SE SIENTE

33 2 0
                                    

Narra Alejandro

Vi alejarse a Celeste corriendo hacia el baño, la seguí lo mas rápido que pude, me detengo en la entrada del baño de mujeres. No iba a entrar a allí, eso no sería correcto; pero este caso debía tener una importante excepción, cuando me molestan los tipos de mi escuela lo único que yo quería era a alguien que me consuele o por lo menos que se quede a mi lado. Si sabía por lo que estaba pasando en ese momento y no la iba a dejar sola, no iba a abandonarla mientras ella me necesitaba de ese modo.
Me armé de valor para entrar, el baño estaba vacío para mi suerte, así que el único baño cerrado sería en el que está Celeste. Al entrar escuché sollozos apagados, estaba realmente afectada.
-- ¿Celeste? - pregunto mientras toco la puerta del baño.
-- Vete, por favor.- ruega ella entre llanto.
-- No voy a dejarte, no lo pienso hacer.- contesto sentándome en el suelo, apoyado en la puerta.- tranquila, no vale la pena que llores por eso.
-- Tú lo viste, esa maldita zorra volvió a avergonzarme frente a todo el mundo. - se quejó ella.
-- Esto te pasa seguido, no es cierto? - pregunto interrogante.
-- Últimamente ha sido más constante.- si, se parece a mí en mucho.
-- ¿Qué dices si te llevo a tu casa? - pregunto con un tono tierno.
Siento como se abre la puerta del baño y me pongo de pie, ella me mira con los ojos llorosos. Una lágrima sale de sus hermosos ojos, yo la atrapo en medio recorrido; ella cae en mis brazos, es tan delgada, tan perfecta. La sostengo con delicadeza, parece que se romperá si la aprieto con demasiada fuerza.
La cargo triunfante en mis brazos, ella sede sin presentar queja, se acomoda con facilidad. La saco con cuidado e intento pasar desapercibido, en mi planeta ni siquiera hubieran notado que estoy allí, pero al sacarla así de ese lugar, parecía que todos nos observaban.
La llevo hasta el estacionamiento, es facil pedir un taxi aqui.
Cuando este taxi llega la deposito con cuidado en el asiento trasero, luego subo yo. No tardamos en llegar.

EL AVISTAMIENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora