—¡Casi nos extingues de un susto! ¿Acaso te volviste loca? —pronunció Lina sobresaltada.
Yo no paraba de reír.
La expresión de todos era tan jocosa que con tan sólo medio mirarlos, una carcajada más escandalosa emergía de mí.
—Es sólo una broma —modulé recalcando la palabra «broma»—, sólo quería divertirme un poco; y verlos con los nervios desequilibrados me ayudó a realizar mi venganza. Pero tranquilos, estoy bien, no se preocupen —proseguí con una sonrisa burlona.
Después del asunto de las carcajadas, inocentadas y represalias, decidimos que era hora de irnos.
Me despedí y partí hacia mi hogar.
Cuando llegué, mi madre estaba en la sala fumándose un cigarrillo mientras veía un documental el cual trataba acerca de Halloween y sus secretos.
Debido a que las clases de filmes no eran de mi gusto, subí directo a mi cuarto a hacer tareas, no sin antes haber comido, chateado, y hasta hacer pereza —como era de costumbre—.
Pasada alrededor de 3 horas, por fin coroné mis deberes. Contemplé el reloj, exactamente las 6:00pm.
Por ser tan temprano y no tener nada que hacer, llamé a mi mejor amiga Lina.
—¿Hola? —cuestionó ella desde la otra línea.
—¡Hola!, hablas con la mejor de todas —bufé entre risas.
—Ya quisieras tú ser tan afortunada. Te falta mucho para ser como yo.
—¿Cómo tú? Uy... gracias al universo no lo soy.
—Basta —embromó—. No van ni 2 minutos de plática y ya andas con tu bullying.
—En fin, ¿estás muy ocupada?
—No, ¿por qué?
—Vamos a cine, yo invito —convidé con bastante ánimo para que aceptara.
—Dale, en 30 minutos llego a tu casa —indicó venturosa.
—Aquí te espero.
Pasó el tiempo estipulado, mi compañera llegó puntual. A continuación, nos encaminamos al cine a ver una película de suspenso. Ese género nos deslumbraba.
La verdad es que a ninguna de las dos nos gustaba el cliché. Todos esos films sobre amor y cosas así empalagosas nos forjaban abatimiento, ¿raro no?
•
Ya habíamos llegado, el lugar sólo quedaba a cuatro cuadras de mi casa —por lo que no tardamos en el recorrido—.
A lo lejos visualicé a Richard. No lo asumía.
—A-a... amiga, mira quién está po-por allí —balbuceé señalando sutilmente.
Estaba nerviosa... Mis manos temblaban, mi corazón palpitaba con inagotable fuerza —más de lo normal—, y mi sonrisa era fulgente, resplandeciente, algo de ensueño.
—¡Oh por dios! Es Richard, el chico que te gusta desde hace un año —expresó burlona.
—¡Basta! —rezongué mientras me abochornaba.
—¿Basta? Basta después de esto... —manifestó Lina vivazmente —. ¡Ey Richard, ven!
—¡¿Qué te pasa?! ¡¿Estás demente?! —pronuncié atónita, desconcertada y estupefacta.
Quería desaparecer, ser invisible, tele-transportarme o yo qué sé.
Tan sólo el hecho de pensar en él —aunque fuera meramente en su nombre—, me colocaba de manera desquiciada y exaltada. Y ahora, gracias a mi queridísima amiga, íbamos a estar más cerca, en el mismo espacio.
Él y yo relativas veces nos hemos comunicado —debido a que me quedo sin palabras—. Irónicamente la mayoría de veces nos toca estar en el mismo grupo de trabajo para la universidad, así que por lo menos hemos estado un tanto juntos como para conocer del otro.
Pero aquí, ahora... ¡No estaba preparada!
«No, mejor dicho, jamás» —cavilé.
Mientras conmemoraba esos vergonzosos recuerdos, él se conducía hacia nosotras. No sé si era mi percepción, pero notaba ansiedad en su aura; la verdad, no sabía si mi persona era su causa.
—Emmm, hola señoritas —emitió placentero, mostrando su dentición.
Su sonrisa... ¡vaya qué sonrisa!, tan perfecta y admirable como él. Sin duda puedo afirmar que es muy guapo, o bueno, por lo menos para mí.
Y eso era lo que importaba.
Un chico alto, con unos hermosos hoyuelos y una mirada eminente que te hacía sentir segura estaba al frente de nosotras. Nos miraba con sus ojos marrones que te atrapan ferozmente, casi imposible de no querer contemplarlos por un buen período. Y ni vocear de su cabello, tan lacio y rubio que parecía sacado de un cuento de hadas.
«Ya, ya, ya, ¿qué me pasa?» —interrogué para mis adentros—. «Pareces sosa diciendo todas esas cursilerías, y luego que no te gusta el cliché».
Mejor es hora de confrontar la situación.
—Hola Richard, ¿qué haces aquí?
«Diablos», me maldecí al haber dicho esa majadería. «Emmy, ¿acaso no era lógico el porqué estaba en el cine? Dios santo, esto es lo que pasa cuando el nerviosismo me consume».
Y antes de que pudiera contestarme solté una carcajada. Tocaba disimular mi gran error, para hacerlo suponer que lo dije con intensión, una bromilla por así decirlo.
—Buena ocurrencia —soltó donoso con una pequeña sonrisa.
¡Se la había creído! Punto para Emmy.
—Okey, okey... Estamos perdiendo tiempo. Es hora de ver ya la película, ¿no creen? —opinó mi mejor amiga interrumpiéndonos, pero a su vez salvando mi dignidad.
Luego de su comentario, asentimos y nos dirigimos a ver "Entre tu mirada y la oscuridad".
•
Una hora y media después, estábamos en la entrada del teatro para despedirnos.
—Esperen, ¿por qué no mejor vamos a comer? —aventuró mi amor platónico con alegría.
—Claro, ¿por qué no? —dijo Lina motivada.
Así que, como propuso Richard, fuimos a comer.
Puedo confesarles que, ninguna vez la había pasado tan espléndidamente. A tal punto que había olvidado todos mis problemas. Me sentía alegre, fausta, y, sobre todo, satisfecha con mi vida. Me reí de formas tan exuberantes que hasta desatendí mi nerviosismo hacia Richard.
«Ya era hora».
Al despedirme de él, percibí una conexión extraña la cual hizo impregnarme rareza, pero a la vez satisfacción.
Lo último que él me disertó antes de irse fue: «Que descanses. La pasé increíble al lado tuyo hoy».
¡Y qué palabras!
Sabía que jamás las iba a olvidar ni de mis pensamientos ni de mi corazón.
__________
Espero que les haya encantado demasiado este capítulo. La verdad quería hacer algo un poco distinto y dejar el suspenso a un lado. De todos modos eso no significa que más adelante no lo vaya a haber, porque enserio, créanme que esta historia está llena de eso.
Como siempre, espero que le den estrellita y lo compartan con sus conocidos.
Gracias por su apoyo.
Los quiere,
GLPR.♥
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No confíes. | En físico
Mistero / ThrillerGanadora de los premios #DreamersAwards y los #PremiosGemasPerdidas Emmy Hugsong está cansada de sufrir, de sentirse vacía, sola e incompleta. Lastimosamente la suerte no está con ella, sólo la pisotea. Y cuando pensaba que nada podía estar peor...