No logré seguir especulando, mi ser se fue apagando como modo de defensa.
•
Mi motor llamado cuerpo volvió a prenderse, a funcionar. Éste estaba en la cama desnudo, vacío y quebrantado.
—Tómate estas pastillas —estableció Óscar tirándome una bolsa con medicamentos.
—¿Por qué? ¿Para qué?
—¡No preguntes y sólo hazlo!
Odiaba que me manejaran, pero detestaba aún más tenerle pavor.
—¿Por lo menos me puede brindar un vaso con agua? —insté con la cabeza baja. Tenía miedo de él, de lo que me pudiese hacer; aunque bueno, la peor cicatriz ya quedó incrustada en mi recuerdo.
Atendiendo mi petición, me trajo un pocillo con agua.
Al cumplir su orden, lo divisé, él sonrió. Y sin control alguno mis ojos se acercaban a la oscuridad hasta que mi organismo —nuevamente—, dejó de responder.
•
—¿Estás bien?
—No mamá, no lo estoy —suspiré—. ¿Piensas que ésto es estar bien? —dije con impotencia.
—Sé que no estás entendiendo nada, pero ya pronto descubrirás la verdad.
—¡Espera! ¡Espera! ¿Cómo así? ¿Estás diciendo que todo esto estaba establecido, y no me lo advertiste?
—No me refiero a eso, hijita; sino que cuando tuve la oportunidad de sentir el aura de aquel hombre, yo también lo comprendí. Necesito que por favor descubras las pruebas.
—¿Cuáles pruebas? ¿Cuál verdad? Si la sabes, ¿por qué no me la dices?
—Es tarde hija. Te deseo lo mejor.
—¿Mamá? ¡¿Mamá?! ¡Mamaaaá!
•
En ese instante volvieron todos mis sentidos a la realidad. Sentía frío, bastante frío recorrerme por completo.
Reparé mi entorno.
¿Cómo no me había dado cuenta antes? ¿Cómo pude ser tan ciega? ¿Cómo dejé pasar por alto algo tan evidente?
Me hallaba en la cabaña que seguí cerca al riachuelo. Aquella cabaña de mis sueños donde percibía al individuo oculto. Aquel lugar donde me asesinaron con un machete.
¿Acaso mi "tío" tiene algo que ver con esto? Supongo que sí. Él tuvo que haberme traído aquí, pero... ¿Por qué?
Necesitaba revelar la verdad, necesitaba encontrar pistas, unir puntos, analizar la situación.
Sin perder tiempo me levanté del áspero suelo que me acogía. Estaba en la habitación de arriba, exactamente donde perdía la vida en mis pesadillas. Intenté hacer el ruido menor posible mientras oraba y suplicaba porque estuviera sola.
Abrí la puerta de la habitación. Al final del frívolo pasillo había otro dormitorio, mi sexto sentido me imploraba entrar en el.
Ingresé. Había dos nocheros, una desorganizada cama, y varias prendas desplomadas en el piso.
Aprovechando esa ropa me vestí. No quería seguir andando desnuda por este lugar aparentemente desconocido.
Investigué el nochero que había al lado derecho de la litera. Unos cuantos libros y notas se posaban en su interior. Me dispuse a examinarlos con precaución.
En el último compendio tropecé con algo interesante: Una nota.
Mis ojos no querían perder tiempo así que iban leyendo al ritmo de mis acelerados latidos. Mi mente se presenciaba trastornada, pero por fin iba a persuadir lo que ocurría.
Era una nota de mi supuesto tío Óscar.
"Han pasado 9 noches, y aún no me arrepiento de mis locuras. No hay necesidad de colocarme una máscara de pésame, si ni siquiera siento algún remordimiento dentro de mi corazón (...)
Esa tarde había tenido el peor día de mi vida, estaba devastado. Cada vez que venía llegaba a mi hogar, me sentía desértico; ver a aquellas personas tan felices con sus parejas en la calle me exponían a la tristeza; ver a aquellos niños siendo abrazados y besados con toda la ternura de sus madres, hacían que mi sangre hirviera; ver aquellos propios marcos sin fotos, era lo peor que visualizaban mis pupilas.
¡No tenía de otra!
Así que, para llenar mis oquedades, aunque fuera por solo una tarde, fui a beber. El alcohol en mis venas hacia que mi corazón se distrajera (...)
Cuando salí de la taberna en busca de mi carro la melancolía invadió mi alma; pero eso, era algo normal.
En la carretera, las lágrimas no dejaban de caer. La música a su máximo volumen apuñalaba mis témpanos con todo su empeño. Me encontraba en el infierno. Infierno el cual en un cerrar y abrir de ojos empeoró cuando la vi.
Yo la había matado...
Bajé del automóvil lo más rápido posible antes que me pudiesen reconocer. No la toqué para que mis huellas digitales no quedaran en su cuerpo ya sin vida.
Era la ex-esposa de mi amigo Hugsong.
Tenía que irme de allí.
Estando ya en mi cabaña, mis pensamientos no frenaban de atacarme, pero yo no les hacía caso.
No había sido mi culpa. Y me encontraba tan seguro de eso que opté por llamar al padre de Emmy. Urgía que él volviera a contactar a su hermosa hija para no hacerla sentir tan sola..."
¡Basta! ¡No puedo más! —grité entre sollozos.
Todo cobraba sentido. Por eso aquel día mi papá me llamó. Por eso mi mamá no quiso revelarme la realidad; ella sabía que yo la necesitaba conocer por mi propia cuenta.
Aquel maldito imbécil le arrebató la vida a mi queridísima madre, aquel maldito imbécil fue el que arruinó mi vida.
Vociferando extraje toda la impotencia que había guardado a lo largo de mi vida... ¡Tenía que matarlo!
Busqué con ansiedad ese machete hasta verlo guardado en una alacena de la cocina.
«Esta será mi compensación.» —imaginé al oír el motor de su carro llegar y apagarse.
Tenía que desplazarme a la entrada de la casa; así que corrí antes que él abriera el portón principal.
Reí cuando estábamos frente a frente.
La adrenalina fluía a toda velocidad. Mi cuerpo se sentía excesivamente bien.
_____________
Próximo domingo final de la historia. :(
Tanta tensión, Oh my gosh. :O
Como siempre espero un voto, comentario, participación por parte de ustedes. Gracias a los que me han acompañado hasta el día de hoy. Todo mi lofff para ustedes, gg.
Los quiere,
GLPR.❤

ESTÁS LEYENDO
No confíes. | En físico
Mystery / ThrillerGanadora de los premios #DreamersAwards y los #PremiosGemasPerdidas Emmy Hugsong está cansada de sufrir, de sentirse vacía, sola e incompleta. Lastimosamente la suerte no está con ella, sólo la pisotea. Y cuando pensaba que nada podía estar peor...