Capítulo 5

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No recuerdo cuando. Pero me quede dormida. Me estaba despertando y en lo primero que pensé fue en Efrén. Estaba por levantarme, cuando siento unos brazos que venían de atrás de mi. Eran de Efrén.

Sus manos estaban en mi pansa y una de sus piernas sobre las mías. Literal. Me aplastaba.

- Efrén. -Le susurro.

Al parecer no me escucho, así que baje su pierna y con cuidado me gire. Se veía tan guapo.

Su cabello se veía perfecto hacía un lado. Su rostro se veía tan en paz. Paso mi mano hacía su cabeza, sintiendo su lindo cabello. Luego paso mis nudillos hacía su sien y así hacía su barbilla. No quería despertarlo.

- ¿Qué haces? -Pregunta, causando que me asustará.

- Perdón. -Digo apenada.

- No te disculpes. -Dice abriendo sus ojos.

- ¿Cuando me quede dormida?

- Unos minutos luego de que nos quedáramos abrazados. -Dice retirando sus manos de mi.- ¿Quieres hablar de ello?

- N-no. -Digo nerviosa al recordar.

- Te seré honesto. -Me dice algo serio.- Tú amiga... también menciono algo sobre un tal Lucas.

¡Ahh... Holly! El lunes me las pagaría muy caro. ¿Cómo se atrevió a decirle?

- ¿Qué te dijo? -Pregunto seria.

- Me dijo que... que, no te estabas sintiendo bien por algo que te dijo. -Dice sin perder la mirada de mis ojos y yo no pude evitar pensar, 'no nada más es eso'.

- Fue hace tiempo.

- La mejor manera de desaugarte es hablando, ¿sabias?

- Él me gustaba, me gustaba tanto que le dije, -digo luego hago una pequeña pausa,- ese día le regalé una entrada, para una banda que nos gustaba. -Digo y me revuelvo en mi lugar.- Se lo regalé, le dije lo que sentía. Luego me comenzó a decir que... '¿cómo voy a ser novio de ti? Eres fea y también gorda. No tienes ni gracia para gustarle a alguien. Sólo eres un desastre'.

Agache la mirada. No podía verlo. Me daba vergüenza estar diciendo todo eso, más porqué es ya un hombre el cual esta escuchando tonterías de una adolescente.

- ¿Qué importa más, lo que dice un hombre o lo que dice Dios en su palabra?

- Lo que dice Dios, obviamente.

- ¿Para que crees lo que dijo el hombre pues?

- No entiendo tú pregunta.

- Tú eres una princesa. No porqué tengas a un príncipe, sino porque tienes un padre el cual es rey y él es Dios. -Me dice y yo elevo la vista hacía la suya.- Tú no tienes que escuchar a una persona que ni vale la pena. Dios te hizo perfecta. Todo tú ser es perfecto para Dios. Tú eres hermosa tanto físicamente, cómo en tu forma de ser y eso, ni un hombre, lo puede negar.

Lloré de nuevo. Todo era cierto. ¿Cómo fui tan ignorante? Dios me ama como soy, y es lo único que importa. No necesito la opinión de nadie, para saber si estoy bonita o no. Yo estoy bonita, porque Dios me hizo. Y todo lo que Dios hace, es perfecto.

- ¿No tienes otra cosa que decirme? -Pregunta separándome un poco de él.

Negué con la cabeza, a la vez sintiendo la necesidad de decirle que me gusta. Detuve mi llanto, luego me levante para ir al baño. Ahí si pude desaugarme en silencio. Nunca había llorado tanto, y se siente bien. Me desahogo, pero creo que ya es demasiado.

¿Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora