¿Por qué no?

Capítulo 25

Mis padres llegan hoy. Greg se ve mas pálido y se cansa mucho. Yo... no se que hacer. Pero saber que Greg y Dios están a mi lado me hace sentir bien.

Me gusta esté tipo de momentos. Cuando siento que los tres estamos muy unidos. La forma en que Greg me abraza al caminar por el parque. Vamos en camino a la empresa, pero Greg quiso parar. Hacía mucho frío pero aún fuimos. Su mano tomaba la mía y estaba dentro de su bolsillo de la chamarra. Sus ojos brillaban pero se veían cansados.

- Paremos un segundo. -Dice cuando llegamos a un campo de fútbol americano.

Se sentó unos metros después, un poco al centro del campo, y me uní a él. Estaba nublado el día pero pocos rayos de luz se veían a través de las nubes.

- Me cansé con tan poco. -Me dice y se acuesta en el pasto.

- No te preocupes. Descansa. -Le digo y me recuesto junto a él.

- Te amo Wendy. -Dice y toma nuevamente mi mano.

- Yo también te amo. -Digo y subo mi pierna a su panza.

- Esto no es normal de ti. -Dice refiriéndose a mi pierna sobre él.

- Solo quería saber si te estás poniendo gordo. -Digo y comienzo a reír, pero me doy cuenta de que él tampoco reía.

Otra vez esta sensación. Ese miedo de voltear a ver su cara. Lo voltee a ver y su expresión se veía muy calmada. Se había quedado dormido. ¿Cómo puede dormir tanto? ¿Cómo puede dormirse tan rápido? Bajo mi pierna de su panza y me acomode enseguida de él. Mis ojos también se estaban cerrando, pero no lo hice porque sonó mi celular.

- ¿Si? -Pregunto con la voz un poco dormilona.

- ¿Donde estás hija? -Me pregunta mi padre.

- Estoy con Greg. Estamos en el campo de fútbol americano que está por la empresa. -Le digo y me siento enseguida de Greg.

- Voy para allá. -Dice y corta la llanada.

Guarde mi celular y vi a Greg. Le quité sus lentes y acomode su gorro. Revisé su respiración y pude respirar igual. Está tan quieto que parece estar... bueno. Unos minutos después llega mi papá. Se le veían unas canas y sus hombros estaban encogidos por el frío.

- Wendy... -Dice a unos metros de donde estábamos.

- No hables tan recio. -Digo y me levanto del suelo.- Greg se canso. Se quedó dormido.

- ¿Cómo ha estado? -Me pregunta y no se que responder.

- Luego hablamos. Hay que irnos. -Le digo y me acerco a Greg de rodillas.

- Greg... Greg... Despierta... -Le digo al oído con sus palmadas en el pecho.

Sus ojos se abren lentamente, luego se sienta despacio. Se veía confundido por un segundo.

- Perdoname. -Dice y le ayudo a levantarse.- No me di cuenta cuando me dormí. -Dice y se acomodo su gorro.

- Mi papá está aquí. -Le digo y lo volteo puesto que estaba mi padre a sus espaldas.

- Señor Twain. -Dice y extiende su mano.

- Ustedes dos tienen algo. ¿Cierto? -Nos pregunta mi padre de la nada.

- Si. -Le respondo y Greg se tensa.- Te íbamos a decir en día de gracias. Los dos somos novios. Llevamos dos meses.

Mi padre no desviaba la vista de Greg. Sabía que se pondría todo tenso, pero ya era hora de decirle. Después de todo, no vino el día de gracias para enterarse antes.