Capítulo 7

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¿Qué hago? Piensa rápido Wendy. Caminé rápidamente hacía la cocina y esperé. Me hacía boba revolviendo los tenedores y algunas cucharas.

Escuche sus pasos mientras entraba a la casa y sentí a mi padre en la entrada de la cocina.

- ¿Qué haces? -Pregunta confundido.

- Buscando un cuchillo para embarrar mayonesa a mi sándwich. -Digo disimulando perfectamente.

Abrí el refrigerador y saqué todo para hacer un sándwich. La barra que estaba en medio de la cocina, quedaba justo enfrente de la puerta. Así que me puse para ver en esa dirección y esperé, mientras intentaba abrir el frasco de mayonesa. Mi padre se fue a con Efrén y yo me quedé ansiosa.

No le gusto, lo se. Pero a mi si me gusta. ¿Qué importa si no me ve? Al menos yo a él si.

- ¿Así que vive aquí al lado? -Escucho a mi papá preguntarle formalmente.

- Así es señor. -Le responde Efrén, el cuál se escuchaba más cerca.

- Disculpé por no haberlo notado. Estoy de viaje la mayor parte del tiempo.

- Está bien no se preocupe. -Dice y se detienen delante de la entrada de la cocina.

Levante la vista del frasco de mayonesa y lo vi. Traía un pantalón de vestir negro, una camisa de vestir azúl marino, zapatos de vestir negros y su cabello se veía despeinado.
Me dieron ganas de llorar en ese momento, por lo que regresé la vista al frasco de mayonesa. ¿Cómo es que me sentía tan desesperada por verlo, si me siento mal luego?

- Ella es mi hija Wendy. -Dice mi padre, el cual interrumpe mis pensamientos.

Levante la vista del frasco y lo mire a los ojos. Esos hermosos ojos verdes.

- Ya nos conocíamos. -Dice Efrén sin quitarme la mirada de encima.

- ¿En serio? -Pregunta mi padre sorprendido, pero sin dejar de lucir intimidante.

- Si. -Dice y por fin desvía su mirada de la mía.- Mi perro es muy travieso. Y por más que le tapó los hoyos de tierra que hace, de alguna u otra forma llega a su patio trasero. -Dice igual de formal que mi papá.- Es por ello que la conozco.

Se oía tan serio. Parecía que no le molestaba, ni sentía incomodidad con mi presencia.

- Así que... por eso se conocen.

- Así es. -Dice y me voltea a ver rápidamente de arriba hacía abajo.- Gracias por dejarme entrar por mi perro.- Le dice al final a mi padre.

- Por nada. -Dice mi padre y Efrén se gira para caminar hacía la puerta.

Mi padre lo sigue y al parecer, seguían hablando. Creo que era de negocios, porque escuche algo sobre el supermercado de Efrén y algo sobre un software de papá.

Terminé de hacer mi sándwich y me lo comí sin ánimos. Me fui hacía mi cuarto y me quede acostada. Aún comía de mi sándwich, pero no podía sentir nada.

- Iré a la oficina... -dice mi padre luego de tocar y entrar a mi cuarto- ¿quieres ir?

- Si. -Digo y me levanto.- Vamos.

No tenía ánimos de nada, pero mi papá se iría pasado mañana y la verdad, prefiero aguantar unas horas aburridas y sin ánimos con él, a lamentar no haber estado con él cuando estaba aquí.

Salimos por la puerta y cuando gire mi vista hacía la casa de Efrén, ahí estaba. Llega un carro a su casa y de el baja una mujer muy hermosa. Traía tacones, vestido pegado al cuerpo, se veía muy formal. Y me hubiera gustado mirar otra cosa. Se besaron de una forma tierna, y él sonreía cada vez que se separaban.

¿Por qué no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora