"El olor del miedo me excita demasiado. Soy muy dominante"
¿Cómo puedes pasar de un momento a otro del cielo al infierno? ¿Cómo pueden existir personas sin escrúpulos y sin corazón? Las apariencias engañan, no todo lo que ves es lo que hay, existen secretos que jamás deben ser revelados, hay amores enfermizos que te llevan al borde de la locura, esos amores enfermos que jamás terminan bien.
Louis había decidió rehacer su vida, después de la muerte de sus padres y de su hermana menor, se fue de Francia en busca de una nueva vida junto con su hermano Liam, sus padres habían sido grandes empresarios y tenían su dinero bien invertido, asegurándoles a sus hijos una estabilidad económica para el resto de su vidas. A los pocos meses de residir en aquel país, Liam conoció a una chica muy amable, se enamoraron y tomaron la decisión de vivir juntos, se gustaban demasiado era como una hermosa historia de amor, para la desgracia de Liam esa chica falleció en un extraño accidente, no hubo investigación ni nada por el estilo, el caso se cerro y consideraron que había sido suicidio, otra vez los dos hermanos se encontraban solos en el mundo, Liam con 23 años y Louis con 19 habían sufrido demasiadas cosas, Liam tuvo que hacerse cargo de Louis que para nada era fácil de manejar.
Louis era una cajita de sorpresas detrás de esas mejillas rosadas y esos ojos azul celeste se escondía algo realmente malvado, dicen que los psicópatas, asesinos, caníbales y toda clase de abominación que existe se esconden detrás de personas que lucen normales inclusive se han rebelado casos en que son personas "ejemplares". No se puede confiar en nadie hoy en día.
Otra vez a mudarse, su nuevo destino New York, Liam había conseguido una linda residencia en una zona bastante alejada de la cuidad, era un circuito cerrado, había pocas casas, un pequeño parque y al parecer todo estaba demasiado tranquilo, era el sitio perfecto para que nadie los molestara.
(...)
Louis decidió salir a pasear a un perrito que tenían, era muy lindo pero se solía estresar mucho. El castaño agarraba con fuerza la correa para que el perro no pudiera correr mucho, el animalito olfateaba todo lo que tenía a su paso, deteniéndose en cada árbol para "marcar" su territorio. La imagen de dos chicos se hicieron presentes, estaba corriendo por la acera como si estuvieran trotando o algo por el estilo, el castaño bajo la mirada y siguió caminando detrás del pequeño perro.
-¡Qué lindo perro!- Louis escucho una voz femenina, la chica se hinco tocándole la cabeza al pequeño perrito que movía demasiado la cola. El castaño la observo por algunos segundos, un lindo cabello castaño claro y complexión delgada.- ¡Me robare a tu perro!- sonrió al mismo tiempo que se levantaba, cruzaron miradas y ella sonrió amablemente- ¡Soy Gemma un gusto!- le chica estiro la mano y Louis dudo en saludarla.
-¿Supongo que eres nuevo por aquí no?- pregunto el chico que la acompañaba, Louis lo miro por algunos segundos.
-Supones bien- respondió con simplicidad.
-Me llamo Harry- sonrió un poco mostrando esos lindos hoyuelos en sus mejillas.
-Soy Louis- El castaño los miro fijamente ¿Quién eran y por qué se detenían a hablar con él? ¿No tenían mejores cosas que hacer?
-Un gusto- El rizado lo miro de arriba abajo, era más bajito que el pero lucia extrañamente tierno, su cabello castaño acomodado de lado como un pantalón azul que le hacía ver demasiado bien o quizá eran las piernas bien formadas que poseía, una playera gris, así como era de simple era guapo. - Ya nos estaremos viendo más seguido ¿Supongo no?-.
-Eso creo- se encogió de hombros restándole importancia, el rizado le dedico una sonrisa y lo volvió a mirar de arriba abajo.
-Vámonos Gemma- Harry comenzó a correr seguido por la chica, ella solamente se despidió con una media sonrisa.
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Los cinco rostros de Louis- Larry Stylinson.
Fanfiction"El olor del miedo me excita demasiado. Soy muy dominante" Harry lo conoció y jamas se imagino el terror que le esperaría a su lado, creyó que lo tenia todo controlado pero se equivoco. Harry se enamoro de todos los rostros de Louis, todos ellos nec...