Ni siquiera el ardiente círculo de fuego en el cielo brillaba tanto como los ojos de William. Mi mente se destruía a sí misma tratando de averiguar si las palabras del muchacho que tenía en frente eran sinceras o no. Si pudiera encontrar una palabra que describiera cómo me sentía yo en ese momento, sería acelerada. Cada latido de mi corazón se hacía notable en cada centímetro de mi piel y parecía que nunca iban a cesar. Si antes había sufrido calor, ahora parecía como si se hubiera vuelto invierno de un momento al otro. Tenía miedo, y aunque sonara estúpido, no hallaba otra manera de explicar aquella sensación temerosa que me recorría las venas. William acababa de decir aquello que yo pensaba que era imposible; no porque creyera imposible el hecho de que alguien se pudiera enamorar en tan poco tiempo—que quizás sí era un poco extraño—sino que el sentimiento era mutuo. Pero a pesar de lo que yo sentía, no era tan buena con las palabras y permanecí en silencio hasta que él volvió a hablar.
—No voy a decirte que nunca me había sucedido algo así porque sería demasiado predecible, pero en cierto modo así fue. No espero que me comprendas porque en realidad no puedes hacerlo si no sabes la historia completa, pero estaré encantado de contártela en cuanto todo esto termine.
Tomé aire y sonreí, intentando suavizar la escena. —¿Esa historia tiene algo que ver con aquella mentira de "aléjate de mí"?
Él también sonrió, pero creo que más de alivio por mi reacción que por lo que yo había dicho. No me importó, porque la sonrisa de William siempre era agradable.
—Sí, en cierto modo sí.
Arrugué la nariz. William siempre iba a ser de ese tipo de personas que adoran ser misteriosas.
—Bueno—dije, levantándome y comenzando a seguir a Greta, Nicholas y el pelirrojo Gregory, que ya habían retornado la caminata—.Quizás cuando me la cuentes consideraré creerte.
***
Esa vez, el grupo no se dividió en dos y tres. El bosque era amplio, y los cinco caminamos chocándonos los codos. La tensión se sentía, sin embargo. Aunque Gregory había sido el único de los agresores de Greta que había asistido, eso no significaba que estuviera perdonado o algo por el estilo. Al contrario, William y Nicholas se encargaban de excluirlo de todas sus conversaciones. Era gracioso que podían dejar atrás sus diferencias para hacerlo sentir mal. Por eso comencé a sentir lástima por Gregory, intentando comprender la razón de su ira hacia Greta.
Caminaba a mi lado, a un poco de distancia de Nicholas, que caminaba al lado de William y a su lado se encontraba Greta. Los tres parecían absortos en una conversación bastante interesante acerca de un plato típico de Eyre y Gregory y yo simplemente caminábamos, en silencio.
—Entonces...tú eres Gregory. Ya que somos compañeros de viaje ahora, podemos hablar de algunas cosas. ¿Has estado en este bosque antes?
Él rio suavemente. —No tienes que fingir que estás interesada en mí, puedes preguntarme algo que en verdad te interese, si quieres.
—De verdad me interesa saber si has estado en este bosque antes, porque yo no, y quizás alguien que lo conozca podría prevenirme de algunos riesgos.
—Claro que no has estado aquí antes, eres una forastera.
—Eso es lo que se dice de mí, ¿verdad?
—Y que engañas a tu novio Nicholas con Bellrose, pero probablemente eso lo hayan inventado.
—¡Claro que lo inventaron! Nicholas ni siquiera es mi novio.
El muchacho volvió a reír. —¿Entonces qué es? ¿Tu hermano?
Sonreí por la ironía de Gregory, pero en realidad estaba preocupada por lo que se decía en el pueblo que era, en algún modo, cierto.