Capítulo dos

86 4 0
                                    

Debo admitirlo. Estoy impresionada.
Primero, por el perfecto inglés de Minho, y segundo, por su manera tan natural de ser inoportuno.
¿Quién lo llamó a la discusión?
Aunque bueno, si no fuera por él, todavía estaría discutiendo... o estaría sentada en la sala con un vestido tan extravagante y pretencioso como mi madre.

Y esos sí que son parámetros altos.

No puedo creer que ese tipo vaya a convertirse en mi marido. Es más, ni siquiera puedo creer que vaya a casarme, dentro de... ¿cuánto? ¿Dos meses? ¡En dos meses no alcanzo ni a digerir la idea!
Estoy tan, pero tan frustrada-angustiada-cabreada. Me pregunto si uno puede caer en coma por frustración, angustia y cabreamiento. Si es que existe la última palabra, claro. Sería perfecto.
Toc, toc.

-¡No estoy!
-¿Señorita Essie?

Oh, es Mary. La única mujer que me entiende en este mundo, aparte de Emma.

-Pasa, Mary.

Entra cuidadosamente y cierra la puerta. Luego voltea hacia mí, se sienta en mi cama y me toma de las manos.
De la puerta de mi cuarto hacia fuera, ella respeta las formalidades por ser una "empleada", pero la he convencido de que cuando estemos a solas me trate como corresponde a una amiga.

-Mi niña, me enteré de lo que pasó allá abajo. ¿Te sientes bien?

Pues... ¿Qué? ¿Cómo se enteró?

-¿De qué te enteraste, exactamente? -la miro fijamente, ladeando la cabeza.
-De que tu madre te gritó y casi te golpea. ¿Estás bien? -repite la pregunta.

Aún no entiendo cómo rayos lo supo. No estaba ahí en ese momento. Y ni mi padre, ni mi madre volverán a tocar el tema el resto de su vida, estoy segura. Bastante bochorno pasaron frente al gigante ese.

-¿Cómo? ¿Quién te lo dijo?

Sus ojos delatan culpabilidad.

-Hace un rato, su padre tuvo que salir porque recibió una llamada de urgencia de una de sus empresas. Al rato, recibí una llamada para su madre, y en el momento en que ella se fue al teléfono, escuché al muchacho y al señor Choi conversar...

Perfecto. Ahora el alto es un bocazas.

-¿Y?
-Le dijo a su padre que te había conocido. Que te vio en pijamas, despeinada, justo en el momento en que tu madre te iba a abofetear. Que luego apareció tu padre, y cuando vio que tú ibas a aceptar ir a la sala, él interrumpió para impedirlo.
-¿Para impedirlo? ¿Por qué?

Se muerde el labio, como debatiéndose entre decirme o no.

-¡Suéltalo ya! -le exijo.
-Porque al parecer te detesta tanto como tú a él. Dijo que parecías caniche desnutrido.

¡Bingo! ¡Me detesta tanto como yo a él! Eso quiere decir que... Espera. ¡Caniche desnutrido! ¿Desde cuándo acá yo parezco poodle? ¿Y este quién se cree que es? ¿Mario Casas? ¿Robert Pattinson? ¿Brad Pitt?

-Bien, eso es bueno -respiro profundo-. Si él no quiere, es una buena señal. Si los dos nos oponemos, podemos evitar la boda.
-No lo creo. No le gustas, pero va a hacerlo. Su padre lo tiene amenazado -abro más los ojos-. No me preguntes con qué, porque no alcancé a escuchar más, tu madre entró a la sala y tuve que regresar a la cocina.
-Ya veo -me quedo pensativa.

O sea, que además de un entrometido, es un cobarde.
Yo al menos hago la pelea.
Él se resigna a la voluntad de su padre. Aunque, ¿qué amenaza de por medio puede existir para que él acepte una cosa así?

-Bien, te dejo, para que pienses en alternativas -Mary me besa la frente, y camina hasta la puerta-. ¡Ah! ¡Pero antes! -voltea y me mira-. Tengo otra noticia.
-¿Buena o mala?
-Depende...
-Nada puede ser peor, así que, adelante.
-Choi Minho se quedará aquí durante un tiempo. Con tus padres llegaron al acuerdo de que era lo mejor para que se conozcan.

Una cuestión de negocios ღ «Minho (SHINee) Fanfic»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora