Bienvenidos a mi mundo. Un mundo donde el chico que te gusta no te pide que seas su novia antes de comprometerse, sino primero se compromete, luego se enamora y te pide matrimonio inmediatamente, sin pasar por el noviazgo. Un gusto conocerlos, soy Essie, una chica que por primera y más que definitiva vez es muy feliz en este, su mundo.
Minho dice que él va a arreglar las cosas con su padre. Yo insisto en estar presente. No es justo que él lo enfrente solo. Después de todo es por mi culpa que se armó todo este lío. O por la culpa de Jack, pero de él no quiero ni ver la punta de su fea y grande nariz.Así que, aquí vamos, camino al hotel donde se hospedaron anoche los Choi.
Salir con Minho, tomados de la mano por la calle, resulta más alucinante de lo que pensaba. Todo el mundo nos queda viendo, y sé que en cierta forma se debe a que yo soy la hija de los famosos Nichols.
Como no estoy acostumbrada a salir, no estoy acostumbrada a los reporteros. Sin embargo, al lado de Minho me siento más valiente que nunca. ¿Qué si mañana aparezco en primera plana? ¿Y qué si mi foto aparece en todas las páginas web del estado de California? Tiempo atrás seguramente me habría puesto una bolsa en la cabeza, me habría convencido de que la vida fuera de casa no está hecha para una chica como yo. Pero ahora... ¡ahora quiero que todo ser con ojos vea lo feliz que soy por el simple hecho de caminar tomada de la mano con el chico que más quiero en esta vida!
Y al que más he querido, probablemente.
Porque por alguna razón infrahumana, él me completa. En sólo dos meses, me ha enseñado lo que se siente compartir mí día a día con alguien más. Algo que ni mis padres lograron. Porque Minho es alguien con quien puedes hablar de lo que se te ocurra, sin temor a parecer una tonta. Él siempre sonríe, él siempre comprende. Y discute, con fundamentos, lo que quiere decir que sabe usar el cerebro. Y el corazón.
Con él no hablo de chicos, ni de diseños de ropa, ni de colores que combinan. Con él hablo temas que van más allá de la trivialidad, y eso me gusta. Más de lo que algún día pude imaginar.
Cruzamos el umbral de la puerta del hotel y mis ojos duelen con el fulgor de la perfecta limpieza en cada sección de recepción. Y no sólo recepción. Cuando subimos al ascensor, las lámparas con piedras preciosas incrustadas tampoco ayudan mucho a mis pupilas. Para qué hablar de los pasillos de las habitaciones. Dios. Mi casa parece una pocilga al lado de esto, y eso que las treinta empleadas de limpieza sacan brillo a cada rincón de la mansión cada cinco minutos.
Los Choi tienen dinero. Recién lo estoy asumiendo. Sé que es algo que debería tener claro hace bastante tiempo, pero es que en realidad nunca me ha interesado.
Soy una boba despistada, por supuesto.
—¿Estás segura de esto? Todavía puedes esperarme abajo mientras hablo con él —insiste Minho sin soltar mi mano, antes de abrir la puerta de la suite.
—Seguridad es mi segundo nombre —respondo.
Me mira con el ceño fruncido.
—Tus padres tienen gustos extraños para elegir nombres.
Ruedo los ojos y le doy un codazo.
—Apúrate y abre la puerta, será mejor.
Sonríe. Estamos a punto de enfrentarnos al monstruo del armario, al hombre de las nieves, al gigante Goliat –aunque de gigante no tiene nada-, al viejo del saco, al mismísimo Lucifer, ¿y él que hace? Sonríe.
¿Cómo no quererlo?
—Padre —llama al colocar un pie dentro de la habitación.
El señor Choi está sentado en un escritorio, escribiendo a la velocidad de la luz. O del sonido. Ya olvidé cuál es más rápido. Creo que la luz.
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Una cuestión de negocios ღ «Minho (SHINee) Fanfic»
Fiksi PenggemarEn una sociedad avanzada en muchos sentidos, donde la libertad es un derecho que el mundo ha reconocido como vital, pareciera ser que cada quien puede elegir su destino. Pero ¿y si no? ¿Qué pasaría, si en pleno siglo XXI, eres obligada a casarte co...