Capítulo dieciséis

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Parezco una torta de tres pisos con merengue. Más o menos como la que mandaron a hacer mis padres para mi boda.

"Nada extravagante", pedí explícitamente, pero definitivamente no fui escuchada.

Estoy vestida de novia, en mi cuarto, peinada, maquillada y tan, tan estilizada que apenas me reconozco. Este yo es como si no fuera yo. Si no es por el espejo que sé que tengo delante de mí, llamaría a seguridad para que saquen a este yo mejorado de mi vista.

Mary dice que me veo bonita. Y mi madre no se ha despegado en toda la mañana de mi lado mientras me peinaban, maquillaban y toda la parafernalia. Es la primera vez que pasamos tanto tiempo juntas, aparte de mi gestación, creo.

Damon ha estado el día entero parado afuera de mi cuarto, para impedir que Minho entre y me vea. La superstición de Mary, qué le vamos a hacer.

El caso es que ya prácticamente no falta nada. Minutos, a duras penas. La boda se celebrará en mi casa. En el patio de mi casa. O más bien, en nuestra colina, con el mar de testigo. Minho y yo solicitamos que así fuera, después de todo, ese es nuestro lugar.

— ¡Por Dios! ¡Qué ven mis ojos! ¿Estoy bebida o es que de verdad existen los milagros? —entra Emma gritando a mi cuarto, ignorando a mi madre—. Te ves tan... tan... tan... ¿eres Essie verdad? —entorno los ojos—. ¡Sí eres Essie! —se me cuelga del cuello—. ¡Te ves tan hermosa! Tanto que creo que... —sorbe mocos forzadamente y se limpia lágrimas imaginarias—. Creo que lloraré.

— ¡Para el show! —tomo un cojín y se lo lanzo.

— Amiga —me toma de los hombros y me mira fijamente—. No todos los días se casa tu mejor amiga en el mundo, déjame sentirlo, vivirlo, dramatizarlo, por favor.

— De acuerdo.

— ¡Oh mi hermosa y extraordinaria amiga! ¡Qué gran doncella se llevará el noble caballero con el que te has de desposar!

— ¡Corta el rollo! ¡No dramatices tanto! —me entra la risa.

No puedo no reírme. Estoy a punto de casarme, con él, el chico extranjero que se ve jodidamente bien en pijama. Y ahora sólo yo tendré el privilegio de verlo todas las mañanas.

Me sonrojo de pensarlo.

— ¿Qué está pasando por esa mente de alcantarilla? —Emma me saca de mis agradables pensamientos.

— Nada... sólo... cosas...

— ¡Já! Y yo soy Britney Spears —se mofa, y luego se observa en el espejo—. Aunque poco me falta, la verdad.

Ella y su ego.

— ¿Ya viste como quedó la decoración? —cambio de tema.

— Claro que sí, ya anduve inspeccionando. Se ve... ¡Di-vi-no! De veras, que allá afuera hay magia, desde las estatuillas de hielo hasta los arcos de rosas, todo es perfecto.

— ¿Tú crees?

— ¡Deja de dudar Estíbaliz Nichols! Mira que me asustas. Si sigues así cuando tengas que dar el sí, probablemente te confundas y digas todo lo contrario.

— Eso nunca.

— Me parece. Hablé con el novio también. Creo que tiene un nuevo tic nervioso. No para de dar vueltas y vueltas por la sala sobándose las manos como el señor Burns.

Sonrío ante la idea. De seguro está tan nervioso como yo.

Espera, yo no estoy nerviosa. Estoy ansiosa. Ansiosísima.

— Amiga —continúa hablando Emma al ver que no respondo—. ¡Te voy a extrañar tanto! —me abraza de nuevo—. ¡No puedo creer que te irás tan lejos! ¿Ahora quién me ayudará a cargar telas? —entrecierro los ojos—. Sólo bromeo. Pero de verdad te extrañaré. Si no es por el hecho de que Minho es el hombre que amas le haría la guerra y lo odiaría hasta el fin del mundo por alejarte de mí.

Una cuestión de negocios ღ «Minho (SHINee) Fanfic»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora