No debería importarme. Es más, debería estar feliz, porque me han devuelto mi libertad.
Pero lo cierto es que sí me importa. Lo cierto es que a estas alturas, la última cosa que quiero de vuelta es mi libertad si eso significa soledad. Porque no soy feliz. No si libertad se traduce a mi vida sin él.Oh, Dios. ¿A qué niveles estoy llegando? Hace unos meses yo amaba mi soledad. Era suficiente para mí, estaba tan acostumbrada a ella que la sola idea de alguien invadiendo mi territorio y uniéndose a mí ante la ley me causaba pánico. Ahora, lo que me causa pánico es que ese alguien cruce el océano de vuelta a su hogar. ¿Por qué? Quizás porque antes nunca supe lo que significaba estar acompañada. Nunca supe lo bien que se siente el despertar en la mañana y salir sonriente del cuarto, consciente de que afuera hay alguien esperando a por mí.
Eso quizás ya no vuelva a ocurrir. Hoy llega mi padre de Francia, por lo que hoy terminará todo.
Anoche los Choi no durmieron en mi casa. Lo supe de inmediato en la mañana, porque cuando fui a tomar desayuno no vi a nadie comiéndose mis cereales con leche, ni luciendo una hojuela de maíz en la comisura de los labios. Y cuando vine a mi hamaca no había nadie ocupando mi lugar.
¿Pero qué es lo que pretendo? Tarde o temprano dejaría de ver a Minho. Porque si nos hubiéramos casado, nos habríamos divorciado de todos modos, como era el plan. Y aunque intentáramos ser amigos, con el tiempo nos olvidaríamos del otro, porque cada uno seguiría su vida en su país.
Sin embargo... compartir con él durante estas semanas ha sido como un regalo del cielo. Después de tantos años de aislamiento y reticencias, por fin alguien como yo estaba a mi lado.
No es que Emma no cuente. Es que Minho es alguien que puede entenderme desde la experiencia. Experiencia de tener unos padres avaros, experiencia de crecer y desarrollarse prácticamente en el olvido. Sin una madre que le cuente historias para dormir, porque está muy ocupada con su manicure. Sin una familia que le cante para su cumpleaños, porque andan de viaje de negocios por Europa.
Eso es algo de lo que Minho y yo sabemos.
Él mejor que nadie sabe cómo se siente, por lo que creí que él no sería igual si formábamos una familia. Qué tonta. Hasta en aquello pensé... En él vi la posibilidad de ser feliz. De tener una familia. Y no me importaba ser egoísta por ello. Porque cuando estábamos juntos riendo por ahí, sabía que él nunca me dejaría sola así como así. Que estaría para mis cumpleaños y para darme un beso de buenas noches. Todo eso quise para nosotros en tan poco tiempo.
¿Pero quién me asegura que todo eso que imaginé llegaría a suceder en realidad?
De alguna manera me convencí de que nuestro matrimonio falso terminaría siendo más real que el de nuestros propios padres. Demasiadas expectativas para seis meses. Por una parte, es bueno que haya acabado antes. ¿No?
Quizás ya no tenga a nadie que me acompañe en la inmensidad de mi playa privada, ni nadie con quien compartir mi hamaca. Ni tampoco alguien que coma la comida de mi nevera, o que me desordene los cabellos. Pero al menos me conservo intacta. Como una abeja que jamás ha picado a nadie, conservo mi aguijón. Si hubiese pasado algo más entre nosotros, probablemente le habría entregado a él todo de mí, y como una abeja sin su aguijón, habría terminado muerta. Muerta en vida.
Así que está bien, ¿verdad? ¿Por qué nadie está aquí para decirme que está bien, que todo pasará?
Oh, espera. Siempre ha sido así. Mary y Damon son mis padres postizos, prácticamente. Me quieren, pero si no les pagáramos, irían a por otro trabajo, porque así son los negocios. La ley de la vida.
Emma es mi mejor amiga, pero tiene una visión tan práctica de las cosas, que nunca entendería lo que estoy sintiendo ahora. Y que yo, Essie, crea que mi mejor amiga en el mundo no puede ayudarme, significa mucho.
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Una cuestión de negocios ღ «Minho (SHINee) Fanfic»
FanfictionEn una sociedad avanzada en muchos sentidos, donde la libertad es un derecho que el mundo ha reconocido como vital, pareciera ser que cada quien puede elegir su destino. Pero ¿y si no? ¿Qué pasaría, si en pleno siglo XXI, eres obligada a casarte co...