Orientacion Sexual (Choi Minho y Tu)

Capítulo 23: Cosas olvidadas en pequeñas maletas.

Siento una suave caricia en mi espalda, que me saca de mi sueño, lentamente voy abriendo mis ojos, dejo escapar una gran cantidad de aire de mis pulmones, y al girar mi cabeza sobre mi hombro izquierdo, me encuentro con los suaves labios de Minho posándose en mi frente, mientras me besa, me sostiene la cintura con su mano izquierda y con la derecha recorre mi espalda desnuda. Su contacto me estremece y una sonrisa sincera se dibuja en mi cara. 
No sé qué hora es, pero deduzco que debe ser cerca del mediodía, aun no quiero salir de la cama, me acurruco más contra el cuerpo de Minho, él solo me abraza con sus fuertes brazos y riega besos por toda mi cara. 

Lo de anoche fue intenso, muy intenso. Algo que no podría explicar bien con muchas palabras, aquello fue una explosión de amor; el amor puro que se tienen dos personas completamente diferentes pero que al estar juntas forman un solo amor.

Minho: - Susurrando sobre mi oreja - ¿Qué tal dormiste princesa?
TuNombre: - Sonriendo – Contigo a mi lado me sentía volar en la séptima nube. 
Minho: - Riendo – Así de bien dormiste. Yo no pude dormir. 
TuNombre: - Alzando las cejas - ¿Por qué?
Minho: - Tomando mi rostro con ambas manos – Ver tu rostro tan risueño mientras dormías, me quitaba el sueño. No podía dejar de observarte, y repetirme lo afortunado que era por estar a tu lado.

No sabía que responderle, fue tan sincero conmigo, acerque mis labios a los suyos, dando inicio a un apasionado beso, pero no uno cualquiera, a través de ese beso quise transmitirle lo que sentía por él. Al separarnos por la falta de aire, Minho aparto un par de mechones de mi cabello que caían sobre mi cara. 

Minho: Yo también te amo ________.

Me sonroje, sonriendo de lado feliz porque comprendiera los sentimientos que exprese en ese beso para él. Busque torpemente con mi mano derecha, su mano izquierda, cuando roce mis dedos con los suyos, Minho sonrió y entrelazo nuestras manos fuertemente. 

Minho: - Besando mis nudillos - ¿Tienes hambre? 
TuNombre: - Sonrojada – Un poco. ¿Y tú? 
Minho: Estoy famélico. Pero no quiero comer aquí en el hotel.
TuNombre: - Riendo - ¿Prefieres comer en casa?
Minho: Prefiero salir y comer en un buen restaurant con la chica que amo. 
TuNombre: - Sacudiendo mi cabeza a los lados – Eres tan romántico Minho. ¿Alguna ocasión en especial?
Minho: Todos los días a tu lado son especiales para mí. ¿Qué dices princesa?
TuNombre: Me encanta tu idea. Pero dime ¿qué hora es?

Minho pasó su brazo derecho sobre mi cabeza, hasta llegar a la mesa de noche al lado de la cama, tomo su móvil, desbloqueo la pantalla principal para ver la hora que marcaba, se rio alto mientras volvía a colocar el teléfono en su lugar. 

TuNombre: - Arqueando una ceja - ¿Qué es tan gracioso?
Minho: Son las 2:18pm. – Riéndose bajo – Esto es nuevo para mí. Desde que me gradué de la escuela secundaria, no había dormido toda una mañana. 
TuNombre: - Riendo – Eres un tonto, ¿lo sabias?
Minho: - Dándome un beso en los labios – Un tonto felizmente enamorado. Ven, vamos a ducharnos juntos. Luego iremos a nuestro edificio a cambiarnos y así salir a cenar. 

Me mordí el labio, sabía que no solo nos ducharíamos, y tendríamos otra sesión de sexo en el baño. Esa idea avivo mi fuego interior, el deseo y la pasión calentaban cada parte de mi cuerpo. Minho salió de debajo de las cobijas y se paró junto a la cama, nuestros dedos seguían entrelazados, y no me soltó hasta que yo salí de la cama y me pare junto a él. 
Ambos caminamos hasta el baño, Minho iba delante de mí, el movimiento de su cuerpo desnudo era tan seductor, se movía con tanta elegancia, confianza y sensualidad. Necesitaba con urgencia una ducha de agua fría, podía sentir todo mi cuerpo arder en las llamas de la pasión. Pase delante de Minho, soltando nuestras manos, me incline a propósito delante de él, para abrir la llave del agua caliente, me incorpore y gire para ver el rostro de Minho. Él sacudió su cabeza en negación, con una sonrisa pícara, me acerco a su cuerpo estrechándome en un abrazo, caminamos dentro de la ducha y el agua nos empapaba de cabeza a pies.