Orientacion Sexual (Choi Minho y Tu)

Capitulo 33: En la colina del cementerio.

Mis ojos ardían porque quería llorar pero ya las lágrimas se secaron en ellos, por la falta de sueño de estos dos últimos días de tristeza unas enormes y oscuras ojeras se marcaban sobre mis mejillas, combinaban con mi vestido de manga largas por las rodillas negro y unas finas pantimedias negras con zapatos de vestir del mismo color; me encontraba frente a la tumba de papá, justo detrás de mí estaban mi familia, amigos y socios de mi padre, todos llorando su muerte y perdida.

Para mí era la primera vez que permanecía sin hablar por tanto tiempo, desde que mamá me dio la trágica noticia de la muerte de papá no dije palabra alguna ni siquiera cuando el sacerdote me pidió dar unas palabras para despedirlo, no pude en estos momentos solo puedo sollozar. El cementerio se veía extrañamente hermoso, con la luz del sol de la tarde iluminando su verde césped y las piedras de mármol de cada tumba que había allí, incluso la tumba de papá se veía radiante, casi como se me dedicara su última sonrisa.

El sacerdote dio sus últimas palabras y bendiciones, se retiró ofreciendo su sentido pésame a mamá y a mí, las personas se nos acercaban dándonos algunas palabras de aliento y también el pésame por la pérdida de papá. Luego de que todos se dispersaran, mamá me abrazo y sollozo en mi hombro, contuve mis lágrimas y la apreté fuerte contra mi cuerpo.

TuMadre: Querida, voy a quedarme en casa de tu tía por unos días... - Se enjugo las lágrimas. - No quiero volver a casa sola; no puedo creer que tu padre... Que él, este... - Más lagrimas caían por sus mejillas.
TuNombre: Lo se mamá, para mi también es doloroso que papá haya muerto tan pronto. - Esas palabras, aunque eran la verdad, quemaban mi garganta. - Estaré bien, voy a quedarme con Minho por un par de días, te llamare para ir a verte. ¿De acuerdo?

Mamá contuvo un sollozo y asintió con un ligero movimiento de su cabeza, bese su mejilla y la abrace a modo de despedida; la vi alejarse bajando la pequeña colina, yo permanecí en la cima de esta junto a la tumba de papá, antes de girarme vi como Minho se acercaba con pasos lentos a donde yo me encontraba, aparte mi mirada de él porque ya sentía mis lágrimas acumularse y mi corazón oprimiéndose en el pecho, mordí mis labios observando por encima de la tumba de papá, más allá de los árboles que rodeaban el cementerio sin fijar mi vista en algún punto en específico, solo dejando mi mente divagar y asimilar todo lo ocurrido los últimos días. Sentí la presencia de Minho junto a mí, no quería verlo en estos momentos, no quería estar con nadie justo ahora.

Minho: Solo vine para decirte que nos iremos cuando estés lista. - Su voz era baja pero controlada. -
TuNombre: No creo estar lista nunca, Minho. - Mi voz era un hilo delgado que se rompería en cualquier momento. -

Minho dejó escapar una bocanada de aire, y coloco con delicadeza sus manos sobre mis hombros apretándolos suavemente, una lagrima rodo por mi mejilla; pasaron varios segundos cuando sentí su cálido aliento chocar contra mi oreja.

Minho: Se por lo que estás pasando, créeme, lo mismo sentí cuando murió mi madre. - Hizo una pequeña pausa antes de continuar. - Escúchame, __________, tienes que aceptar que tu padre no volverá, es doloroso lo sé, pero también debes saber que estaré contigo, reconfortando tu corazón y alma.
TuNombre: Es que... - Las palabras se atoraban en mi garganta, mi respiración hipo involuntariamente, los pulgares de Minho trazaron pequeños círculos sobre mis omóplatos, lo hacía para que me calamara, respire agitadamente y sorbí por mi nariz. - No pude, despedirme de él, como debería...
Minho: Aun no es tarde para eso princesa. - Sus fríos labios besaron mi mejilla justo donde caía mi lagrima. - Te esperare junto al auto, tomate el tiempo que necesites, __________.

Sus manos me soltaron, escuche como sus pasos se alejaban y cerré mis ojos. Una brisa de verano golpeo suavemente mi rostro, no se escuchaba ningún ruido, solo el del viento al golpear las hojas y ramas de los arboles cercanos a la pequeña colina; abrí mis ojos rojos por las lágrimas que caían de ellos, vi la tumba de papá y luego eleve mi cabeza hacia el cielo, viendo como las nubes avanzaban lentamente sobre el firmamento azulado, sentí un gran latido de mi corazón, trague con dificultad y me deje llevar.