-Fantasma del bosque.

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“-¿Por qué no se puede quedar con nosotras?-Le reclamo una niña a su mamá.

-Porque no y punto-Aparto a la niña de su camino y siguió caminando.

La pelinegra de cabello largo miraba por la ventana, como un carruaje iniciaba su partida, tenía entre sus manos una linda muñeca de trapo algo maltratada, con un extraño símbolo grabado en una de sus manitas. Entonces, totalmente indignada arrojó la muñeca contra la pared y pese a lo que pudiese a lo que su madre le haría después, salió corriendo de la casa, tras el carruaje.

Corrió lo más que pudo para lograr alcanzarla y de un impulso logró sostenerse de una de las partes del carruaje y subirse. Se agarró de donde pudo hasta lograr estar frente a la puerta, y lograr abrirle.

Y sin previo aviso, alguien la golpeo en el rostro, dejándola totalmente inconsciente a un lado de la carretera.”

No debió meterse en sus asuntos.

Ahora ella se encontraba sola, caminando por un frío y oscuro bosque, con una antorcha en la mano izquierda y una pequeña navaja en la mano derecha, un que se había encontrado en el camino.

“-Debí quedarme callada-“Pensó Danielle al saber que no estaba en la mejor disposición  para un ataque.

Solo llevaba una ropa simple, característica de la zona, que era un top de tela, un short un poco pequeño, unas botas sencillas de meter nada más, un par de guantes y un tipo suéter que se abotonaba en un costado que ella tenía abierto.

El aullido de un lobo la puso alerta, sonaba muy cerca y la navaja que llevaba no le era de mucha ayuda en realidad. Y en efecto, estaba muy cerca. Ahora tenía a un lobo negro, de metro y medio a unos  metros de ella, su pelaje parecía brillar entre la noche y sus ojos azules la miraban con cautela, gruñéndole.

“-Me serías muy útil-”Pensó con malicia.

Él lobo se le abalanzo, sacando sus filosas garras y enseñando los colmillos, ella guardo su navaja y lo trato de esquivar, pero él parecía leer sus movimientos y logró alcanzarla, quedando encima de ella, mientras sus patas eran sostenidas por su presa y trataba de alejarlo lo más que podía de su rostro.

-No tengo tiempo para esto-Dijo apenas.

Le dio la vuelta al lobo pero él se quiso intentar levantar y terminó, quedando sobre su lomo y sujetándose del cuello con los brazos y sus piernas enrolladas en sus caderas del animal mientras este saltaba de un lado a otro tratando de quitársela de encima, más su resistencia de su presa era más.

-¡IIe tzezthe !-Gritó enfurecida Danielle.

Y sin compasión le mordió fuertemente la oreja al animal pero no tanto como para arrancarle un pedazo, tardo unos segundo apenas cuando el animal se quedo completamente quieto, ella permaneció en la misma posición un momento más, pero aflojando poco a poco la oreja del lobo de su boca y solo hasta que se sintió segura, se soltó de él, cayendo de espalda y cansada al suelo.

-Espero que ya estés contento, me canse-Dijo fastidiada.

Él lobo se sentó sobre sus patas traseras, bajo la cabeza y empezó a chillar levemente, como pidiéndole perdón a la joven tirada en el suelo.

-Bien-Dijo cansada, se levanto al mismo tiempo que él lobo y se sentó sobre su lomo-Ahora andando-Dijo acomodándose ligeramente recostada sobre su espalda del animal, las piernas a los lados de las caderas de este y dándole un pequeño golpe en ese lugar.

Inmediatamente el animal empezó a correr sin quejarse.

Dylan permanecía afuera al igual que los demás aldeanos del lugar, solo los niños estaban en sus casas durmiendo y las madres preocupadas con ellos, Denovan estaba recostado en una banqueta hecha de raíces, no parecía preocupado.

El amo y la bruja.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora