-La sombra de la muerte.

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“Todo a su alrededor se sentía tan tibio y liviano que se sentía flotar en el lugar. Algo abrazaba su cuerpo con firmeza y delicadeza al mismo tiempo, era algo tan áspero que le daba miedo moverse y en su intento resultara lastimada.

-Friné-Escucho en un susurro distorsionado.

Lentamente abrió los ojos, su vista nublada solo le permitía ver sombras, entre ellas, una sombra larga que la rodeaba, la iba desenvolviendo lentamente pero su cuerpo parecía no tener fin. Cuando estuvo completamente liberado, otra sombra apareció frente a ella, acaparando toda su atención.

Quiso hablar pero su boca no se abría.

-Es tiempo-Escuchó decirle.

Unos ojos brillantes aparecieron frente a los suyos, tan atrayentes que sentía fundirse en ellos.

-Alis-Alcanzo salir de sus labios, antes de quedar profundamente dormida.”

En todo el pueblo el único sonido posible era el de la música que se escuchaba apenas por la lejanía. La cascada había quedado paralizada, congelándose en el tiempo. Una mano se sujeto de la orilla y arrastrándose logró salir.

Danielle respiraba como si el aire le faltara mientras mantenía una mano en su pecho sintiéndose quemarse por dentro. La cascada empezó a circular nuevamente, cayendo estrepitosamente y llenando el silencio del lugar.

-Con lo fácil que sería eliminarte ahora-Escuchó la voz de Angy.

Miró a través de su cabello, a aquella mujer de enmarcada figura mirándola fríamente a solo unos metros de distancia. Angy no lo demostraba, pero en su interior sentía una inquietud al verla y cuando Danielle la miró fijamente su corazón se paralizo en un susto: los ojos de Danielle tenían un ligero toque metálico que se hacían notar ligueramente como un leve destello a punto de extinguirse.

El gruñido de un animal la saco de sus pensamientos, Nubia aparecía de la cascada, con un pelaje ligeramente brillante y los ojos relucientes del mismo color que su dueña, rodeando el cuerpo de Danielle e interponiéndose entre ambas mujeres.

-Tranquilo-Suspiró más para calmarse así misma que a la fiera-No puedo hacerle nada… Como está ahora.

Danielle miro detenidamente a su mascota, había crecido un poco más y ahora sus colmillos salían de su boca. Agotada se dejó arrullar por el sonido de la cascada, durmiéndose al instante.

“Atente a las consecuencia de tus acciones”

Dylan miraba preocupado a Danielle, hacia unos días que la había encontrado durmiendo en su habitación con Nubia de almohada.

Ahora él se encontraba  abrazándola mientras Nubia seguía durmiendo en el mismo lugar donde lo encontró y que por alguna razón, despertaba una que otra vez al día, acariciaba el rostro de Danielle y volvía a dormir. Eran en horas como estas cuando Kina entraba, para bañarla y cambiarla y solo esos momentos en que él se apartaba de su lado y comía algo antes de volver a su lugar.

Algo en él le decía quedarse con ella y cada vez que se alejaba, el corazón se le oprimía entonces volvía hacia ella y no volvía a apartarse de su lado hasta el día siguiente.

-¿Qué fue lo que pasó?-Hablo Denovan, rompiendo con el silencio que recorría los pasillos.

-La única persona que nos puede decir yace dormida en esa habitación-Hablo Angy,  mientras miraba la puerta de la habitación da Danielle.

-Y el otro es un animal-Hizo una mueca Queen.

Todos miraron a la puerta y la única que aún teniendo indicios de lo que podría significar, era la que más guardaba silencio al respecto.

El amo y la bruja.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora