-El secreto.

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El amanecer se asoma y filtra sus débiles rayos en el agua, tiñéndola poco a poco de un azul cálido.  Mirando el amanecer, desde la rama de un árbol, se encontraba Danielle. Sus ropas estaban rotas y su cabello permanecía acomodado en su hombro derecho mientras ella lo peinaba ausentemente.

Algo o alguien pasó debajo de ella, deteniéndose por un instante. De la nada, otras más se acercaron y se tiraron encima de aquel ser, se escuchaban crujir huesos y el despedazar de la carne. Danielle bajo la mirada mientras una lágrima silenciosa se escapaba de sus ojos, miro detalladamente las figuras bajo ella y luego empezó a reírse, logrando la atención de todos, pero ninguno hizo nada, solo se quedaban mirando a la mujer en el árbol, que los miraba divertida.

-Y pensar que eran los seres perfectos-Les dijo Danielle mientras ellos continuaban devorando lo poco que quedaba de aquel sujeto.

“Una cuidad inmensa, la noche permitía poder apreciar los lujosos y luminosos anuncios de la zona. Perdida en esa gran cuidad se encontraba una jovencita de no más de 13 años, su cabello negro y sedoso se encontraba todo enmarañado y su piel se encontraba sucia y  moreteada.

Evitada por todo ser que cruzaba por su camino y con miradas lujuriosas por parte de vagabundos. Cansada de caminar sin un lugar a donde ir, dejo caer su cuerpo entre las bolsas de basura que se entraban almacenadas en un callejón.

-Este no es lugar  correcto para una tan bella señorita-Escucho una voz varonil a sus espaldas.

Apenas la muchachita lo miro entre su enmarañado cabello, encontrándose con los ojos más fríos que jamás había conocido.

-Ven conmigo y estarás segura-Dijo mientras un brillo lujurioso aparecía en sus ojos.

La muchacha se levanto lentamente, de espaldas al señor mientras este la miraba de arriba abajo, lentamente se dio vuelta, dejando ver su ropa rasgada y manchada de sangre, al igual que su boca de donde le colgaba algo así como un pedazo de piel. Horrorizado miro el sujeto a la chica mientras ella empezaba a sonreír, en un abrir y cerrar de segundos, la cabeza del señor explotó. Lentamente ella se acercó y vació sus bolcillos, tomando su billetera y unas llaves que traía.

-Gracias por dejar de existir-Dijo divertida la muchacha.

Y así salió del callejón, perdiéndose en las calles de la cuidad.”

-Creo que llegamos tarde-Se escucho un murmullo en la obscuridad.

Era una especie de departamento, todo estaba desordenado y roto, o lo que se podía apreciar con la luz de la luna. De la ventana, entraban ligueros destellos amarillos, que se paseaban por la habitación al compás del viento, hicieron un pequeño remolino al centro de la habitación y 2 figuras tomaron forma, una de mediana estatura y la otra como la de un niño de 5 años.

-¿Estás segura de que es aquí?-Dijo la figura más grande mientras su cuerpo se iba materializando.

-La estuve siguiendo, no me pude equivocar-Dijo la otra más pequeña sin tomar su forma realmente.

El más grande empezó a deambular por la habitación, hasta toparse con una foto rota y un poco rasgada, se inclino y la saco del marco roto con mucho cuidado de no lastimarse a sí mismo. En la foto aparecía un muchacho de cabellera negra acompaña de una mujer no tan joven que se parecía mucho al joven junto a ella.

-Tal vez ya los descubrieron-Dijo pensativo ese sujeto.

-Entonces-Los pequeños destellos de luz giraron en torno al sujeto, convirtiéndolo nuevamente como antes y quemando la foto mientras esta caía-Tendremos que ir a buscarlos-Dijo enojada mientras los pequeños destellos de luz salían por la ventana, dejando nuevamente aquel lugar, sumido en un silencio sepulcral.

El amo y la bruja.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora