♠ Sweet Dreams ♠ [Corazón de melón] (Yaoi)

Capítulo 12

[Nathaniel]

Todo lo que estaba pasando era un error, un completo error.

-¡Me pedisteis que os contara mi mayor secreto, ya lo he hecho! ¿Porque queréis cambiarlo?

-¿¡Tu eres masoca o qué?! - me gritó Castiel ya mosqueado por el tema.

-Nathaniel, vamos a llamar, quieras o no. Tarde o temprano te darás cuenta de que es lo mejor para ti. - dijo Adhara más calmada.

Me callé, era una estupidez discutir con esos dos cabezones. Pero ya habíamos vuelto al instituto, tenía un día entero para disfrutar de las cosas tal y como son ahora, mañana todo cambiaría. Así que fuí a la sala de delegados a ordenar algunos papeles, cosa que me relajaba. Sí, cualquier alumno diría lo contrario, pero yo no. En ese momento entró la directora.

-Nathaniel, necesito que ordenes estos papeles para mañana. - dijo dejando una pila enorme de papeles en mi mesa. Gracias mundo, he dicho que me relajaba, no que me encantara.

-Sí. - respondí neutro.

-Pero no te preocupes, tendrás ayuda.

-¿Que? - pregunté desconcertado. A lo mejor le había dicho a Melody.

-Han castigado a Castiel por fumar en el recinto, así que se quedará a ayudarte.

No, por favor, cualquiera menos él.

-Bien. - volví a responder sin tono alguno.

Dicho eso la directora se fue.

Faltaban un par de horas para que tocara el timbre de final de clases. Me encontraba en clase jugando con el lapiz, distraido. Pero volví a mis sentido cuando el profesor Farrés me llamó la atención.

-Nathaniel. ¿Estás aquí?

-¿Que? - pregunté aun distraido, provocando risas por toda la clase, incluidas las del pelirrojo. - Lo siento profesor, estaba pensando en otras cosas.

-No, si eso ya lo he notado.

Y todos volvieron a reir de nuevo.

La clase siguió, intenté estar más atento, pero era imposible. No paraba de pensar en lo que pasaría mañana. Así que sin darme cuenta pasaron las dos horas que quedaban y me fui directo a la sala de delegados para poder empezar ya con todo el papeleo que tenía pendiente.
Pasó una media hora más o menos y escuché que la puerta se abria. Castiel.

-Tenias que estar aquí hace como una hora. - le dije sin mirarlo.

-Ya...paso. - dijo sentándose y tirando la mochila a un lado.

No habíamos hablado de lo que pasó en el campamento, no, el secuestro no, lo otro, cuando nos besamos. No, ni una palabra. Dios, si no hubiesen entrado esos tres no sé a donde habría acabado la cosa. Nos habíamos odiado por no-sé-cuánto tiempo y de pronto eso. Bien, muy bien hormonas.

Castiel empezó a ojear las hojas y de mala gana las ordenó por fechas, que seguramente era lo que le había explicado la directora. Pasaron unos minutos y junté el valor suficiente para hablar.

-Esto, sobre lo del campamento...

-¿Que pasa? ¿Te quedaste con ganas de más? - dijo con una media sonrisa - Lo siento, no eres mi tipo.

-Eres imbecil. - volví a bajar la vista a las hojas.

-Vamos, no te enfades por una broma de nada. Joder, si que eres sensible.

-Castiel, lo que pasó en la cabaña fue un error, no tiene que volver a pasar. - le aclaré.

Él simplemente asintió y volvió a ordenar las hojas. Pasaron unos minutos en los que estuvimos callados.