En la carretera.

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Llevábamos 8 horas de coche sin parar. Era como estar de nuevo en el terrible ataúd. Mis músculos tienen ganas de ser estirados, y algo en mi interior se retuerce, es una especie de sed y hambre al mismo tiempo. Gruño bajo por el molesto dolor.

-¿Qué pasa? -El rubio de ojos verdes me mira, me doy cuenta de qué no sé su nombre.

-Tengo sed. -No lo miro a la cara, si no que giro la cabeza y me concentro en el bosque que nos acompaña desde que salimos.

-En media hora estaremos en Kansas City, tienes que aguantar. -Suspiro, 30 minutos más.

-¿Puedo saber tu nombre? -Desvía la mirada hacia mí, yo sigo mirando por la venta.

-Justin. -Uhum, nombre sexy, chico sexy.

Ahora que sé su nombre, puedo intentar establecer conversación con él, y luego, tal vez, meterme en su mente. Sí, puedo leer la mente y controlar a los vampiros y humanos a mi antojo, pero es complicado.

-¿Hace cuánto eres vampiro? -Eleva las cejas, está sorprendido de que hable.

-Un siglo. -No es muy mayor, he conocido a vampiros de 500 años.

-¿Lo decidiste tú? -Ríe.

-No, mi padre era un mal hombre y pensó que esto sería lo mejor para Liam y para mi. -Supongo que Liam es su hermano, el que peores sensaciones me transmite.

-Siento odio hacia tu hermano. -Me sincero.

-Debes perdonar su actitud arrogante, es muy joven y cree que es capaz de conseguirlo todo por ser vampiro. -Oh, ya tenemos algo en común.

-¿Cómo de joven? -No más que yo, seguro.

-50 años menos que yo. -Tengo razón.

-Interesante.

El resto del trayecto guardamos silencio. Y al fin aparece la gran ciudad de Kansas. Edificios altos, todo es luz de diferentes colores, ya ha oscurecido. Esto nos favorece, todo es más fácil para nosotros en las sombras.

Justin aparca en una calle principal, por la que transitan miles de personas. Siento un cosquilleo en el estómago al bajar del coche, va a ser la primera vez que me alimente. Me arreglo el pelo y subo un poco mi falda negra de tubo, la cazadora de cuero y las botas con tacón de aguja harán el trabajo mucho más sencillo.

-¿Necesitas niñero? -Utiliza un tono divertido, pongo los ojos en blanco.

-Piérdete. -Sonríe.

-Vuelve al coche antes de que amanezca, no te buscaré. -Me guiña el ojo y lo fulmino con la mirada.

-Adiós, Justin, pásalo bien. -Me despido con la mano y comienzo a caminar entre la gente.

Voy andando y observando a quién me rodea. Hay muchas chicas jóvenes vestidas de fiesta, me dan asco. Quiero que mi primera víctima sea... como yo. Sigo con paso firme, sin decidirme. De pronto, escucho una risa pícara y huelo una fragancia masculina muy apetitosa. Me giro, buscando mi premio, y ahí está: tiene 19 años, es alto, moreno y tiene un tatuaje en el hombro izquierdo. Nos descubrimos con la mirada, y ahí es cuando entro en su mente, piensa que soy sexy.

Mis ojos lo obligan a alejarse del grupo de chicos con el que se encuentra, e ir hacia un callejón unos 20m más allá. Lo sigo por detrás, sin dejar de repetir en su cabeza que no se detenga. Cuando llegamos al callejón, me pongo detrás suya. Desconecto nuestras mentes.

-Hola. -Da un respingo y se gira, sonríe.

-Hola. -Me mira de arriba a abajo.

Lo empujo levemente contra la pared. Me arrastra de la cintura y ahora estamos pegados. Acaricio su mandíbula, y sonríe. Sus dientes blancos serían más bonitos aún con grandes colmillos, pero no quiero ser creadora, nunca fue mi decisión.

Una nueva entre vampiros [TERMINADA].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora