Una nueva entre vampiros [TERMINADA].

Vuelta al pasado.

"Dime qué debo hacer" -Le pido suplicante, sus labios se curvan y las arrugas de su frente se acentúan.

"Lo sabes, sé que lo sabes" -Me posa una mano en el hombro. Un escalofrío me recorre la columna vertebral.

"Sin Justin ya no sé nada..." -Susurro apenada.

"El río volverá a su cauce pequeña, tiempo al tiempo":

Me despierto agitada, respirando con irregularidad y empapada en sudor. Todo parece brillar a mi alrededor, como si me acabase de alimentarme directamente de un humano.

Doy unas cuantas vueltas en la cama, pero no consigo encontrar una postura cómoda. Me pongo en pie y me asomo a la ventana. La luna está completamente llena, lo que significa que Kathleen no duerme en casa. Me recojo el pelo en un moño y bajo a la cocina.

Hace más frío de lo normal. Bebo directamente del grifo, dejando que el agua me moje la comisura de los labios. Me limpio la boca con el dorso de la mano y me dirijo al porche.

Todo está en sumo silencio y la brisa otoñal me eriza el bello. Me siento en el banco abrazándome a mi misma y me columpio despacio.

-Hola Gabrielle. -Me pongo en pie de un salto, con todos los sentidos desplegados.

-¿Quién anda ahí? -Una sombra se mueve por el porche. Demasiado rápido hasta para mi visión vampírica.

-¿Ya me has olvidado, querida? -Un escalofrío me recorre todo el cuerpo.

Oh Dios, no me hagas esto.

-Dexter. -Al fin se dejó ver. Tal y como había estado siempre.

-Mi pequeña y traviesa vampira... Me has tenido dando muchas vueltas durante este año... ¿Una revancha, quizás? -Sonrío irónica.

-Algo así. -Da un paso hacia delante y yo retrocedo.

-No quiero hacerte daño Gab. -Lo miro a los ojos, unos ojos que han sufrido mucho; ¿de verdad he pensado eso?

-No te creo. -Su sonrisa se vuelve triste.

-Lo sé... Cuando nos volvimos a ver no supe como sobrellevarlo todo, fue tan repentino... He de decir que nunca dejas de sorprenderme. -Cojo aire despacio, mi corazón se acelera peligrosamente. ¡¿POR QUÉ?!

-Has venido a matarme. -Mis labios forman una linea recta. No quiero mirarlo a la cara.

-Te equivocas. -Levanto la cabeza y me atrevo a sujetar su mirada. Se muestra vulnerable, ¡sincero!- Quería disculparme, por todo en general, pero sobretodo por abandonarte, intentar controlarte e incluso matarte. Lo siento Gab, lo siento muchísimo.

El alma se me cae a los pies. No consigo asimilar que esas palabras hayan salido de su boca. Dos años después, por fin ha dejado el orgullo a un lado. Este es el Dexter del que yo me enamoré.

-Vale. -Respondo con sequedad. Un nudo se ha formado en mi garganta e intento reprimir las lágrimas.

-Entiendo que no me perdonas, pues. -Da media vuelta dispuesto a marcharse, pero yo, sin saber muy bien por qué, lo detengo posando una mano en su hombro. Siento una pequeña descarga eléctrica.

-No confío en ti Dex, pero no te odio. -Sin quererlo nuestras mentes conectan.

Me conduce por sus recuerdos hasta el día que me fui de Portland. Su imagen aparece en mi cerebro: estaba en el aeropuerto, roto de dolor, suplicando que me quedase, ¿todo esto es real?

-Gracias. -Dejo caer mi mano, estoy en shock. Él es un creador, uno de los vampiros más poderosos de América... verlo en tal estado era inimaginable para mi.