La promesa.

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Parpadeo repetidas veces para asegurarme de que es real, de que está ahí de verdad. Y aún así cuando lo veo muy claro, sigo en duda de que sea mi mente pasándome una mala jugada.
Me sonríe con dulzura, mirándome fijamente. Sus ojos verdes se tornan más claros con la luz, y más oscuros en la sombra.

-Justin.

Me pongo de pie lentamente, asegurándome de que no me caeré de bruces. Se acerca a mi y no me contengo más, me lanzo a sus brazos.

Me estrecha fuerte contra su pecho, ese calor que sólo él sabe darme, su olor… Ah, como lo he echado de menos.

-Te hice una promesa, y siempre cumplo mis promesas.

Lo miro con una sonrisa tímida, es demasiado bonito para ser cierto. Se inclina lo justo para que nuestros labios rocen, y el roce se convierte rápidamente en un beso apasionado, de esos de película. 

Finalmente nos separamos por la falta de aire. Respiro su fragancia, estoy muy abrumada. Nos quedamos abrazados, recordando los escasos momentos que formaron nuestra historia. Pero mis tripas interrumpen el precioso escenario, rugiendo fuertemente.

-Debes estar hambrienta, llevas durmiendo dos semanas. -Doy un paso hacia atrás sobresaltada.

-¿DOS SEMANAS? -Asiente, ahora todo tiene sentido. Estoy desfallecida por la falta de sangre.

-Vamos, tenemos "comida" suficiente en el frigorífico. -Me coge la mano y me besa la frente.

-¿Y mis padres?

-Eso… creo que lo mejor es que hables tú con ellos. -No suena nada bien eso…

Salimos al pasillo y es cuando por fin me veo en el espejo. ¿Habéis visto Amanecer, cuando Bella está embarazada? Pues yo estoy incluso peor que ella.

Mi piel es blanca como la leche, mi pelo está sucio, desaliñado, como pasado por los años. Mis labios de un tono morado, mis piernas y brazos se asemejan a los alambres, y se me marcan todos los huesos.

-Aw. -Justin me separa del espejo con suavidad.

-Necesitas alimentarte. En un par de días te habrás recuperado.

-Si tú lo dices… -Bajamos.

Todos están allí y en pie: mi hermana, Aaron y Dylan, mis padres, Michaela y
Zac, y una chica pelirroja que no reconozco. Sus caras radiantes de felicidad me hacen a mi sonreír, pero hasta eso me cuesta.

Cuando llego al hall Olivia me abraza suavemente.

-Gracias. -Susurro antes de que se separe.

Mi madre se me acerca y me sujeta del brazo para que Justin pueda descansar de mi peso. Me lleva hasta la cocina despacio, siento las miradas de los demás a mi espalda, la mirada de Aaron confundido.

-Siéntate cariño. -Me dejo caer en la silla más próxima y observo a mi madre con cansancio.

Abre el frigorífico y saca varias bolsas de sangre. Coge un vaso y vierte la primera. Le pone una pajita y me lo tiende.

Sorbo despacio, pero en cuanto noto mi cuerpo revolviéndose de placer por el dulce sabor de la sangre de un trago me he acabado el vaso.

No tardo más que 10 minutos en beberme todas las bolsas que había.

-Habrá que conseguir más… Tranquila, encontraremos la manera,

Es el momento de hablar con mi madre seriamente, supongo.

-Oye mamá… -Me mira, parece cansada y mayor.

-¿Sí cielo?

-¿Sabías lo que yo… era? -Asiente lentamente, el sabor de la sangre se acentúa.

Una nueva entre vampiros [TERMINADA].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora