Capítulo 10.

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Zayn observó a través del pequeño agujero de la puerta y vió a dos oficiales parados frente a él. Ellos no podían verlo, claro, pero se llevó un buen susto. ¿Qué iba a hacer? Juliette estaba en la única habitación del departamento, no había dónde más buscar, no había más que ver.

Sus manos sudaban mientras abría la puerta.

Carraspeó.

- ¿En qué puedo ayudarles, oficiales?- preguntó fingiendo un acento americano perfecto.

- Qué tal.- saludó uno de ellos. - Soy el oficial Corner, y él el oficial Hernández. Trabajamos en investigaciones, y queríamos saber si podía ayudarnos respondiendo algunas preguntas.

Un nudo se formó en su garganta.

- No veo en qué podría ayudar.- sonrió nervioso.

- Son solo un par de preguntas. Nos llevará solo unos minutos en la estación de policía... ¿Podría acompañarnos?

Juliette escuchaba atentamente lo que sucedía. Era la oportunidad perfecta para salir de eso, no habría una mejor. Solo tenía que gritar, pero... algo se lo impedía. Veía en Zayn algo especial, algo diferente. No era malo, para nada. Y le gustaba, le gustaba mucho. Delatarlo sería... una estupidez. Se quedó callada, y no habló hasta que sintió la puerta de la entrada cerrarse. El departamento quedó en completo silencio.

Dió unos pasos hasta la sala, no había nadie allí. Solo para asegurarse, tomó la manija de la puerta entre sus manos e intentó abrirla. Estaba cerrada, claro.

La ansiedad la carcomía por dentro, no sabía qué iba a pasar con Zayn, ni cuánto tiempo iba a estar sola en el departamento.

Paseó la vista por toda la sala. A un lado, junto al viejo sofá, había una pila de bolsas. Se acercó a ellas y las investigó; comida, artículos de limpieza e higiene, y ropa. Todo lo que necesitarían para una estancia en ese lugar. Se dió una ducha que la ayudó a relajarse, mucho; se puso algunas de las prendas de las bolsas y comió. Luego de un rato se sentía como nueva, y volvió a la sala para esperar a que Zayn volviera. Pasó mucho tiempo, ya era de noche, y Juliette cayó en un profundo sueño.

...

Abrió la puerta de entrada lentamente. Las luces dentro del departamento estaban apagadas. Pasaron varios minutos antes de que las encendiera, no sabía que Juliette estaba dormida, solo le agradaba el hecho de estar en esa silenciosa oscuridad después de tanto alboroto. Cuando la luz iluminó la habitación, la vió sobre el sofá. Ella se incorporó de a poco, desperezándose lentamente.

- Lo siento... No quise despertarte.- dijo él, con la voz cansada.

- No te preocupes,- sonrió ella. - te estaba esperan...- alcanzó a decir antes de verlo en esas condiciones. - Zayn...- murmuró asustada levantádose. - ¿¡Qué te pasó!?

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