Capítulo 5.

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- Suéltame.- murmuró ella. Zayn deslizó las manos por sus brazos, haciéndola estremecerse por dentro. ¿Acaso ese hombre la conocía completamente? Parecía saber qué hacer y cómo hacerlo para que ella cayera rendida a sus pies... Estaba a punto. - Te buscan...- agregó, observando a la puerta.

Él se volteó rápidamente.

- Mierda.- masculló al ver a la pelirroja que había encontrado en la calle hacía unas horas, ahora parada en el umbral. Soltó completamente a Juliette y salió de la habitación. Estaba molesto. Dió un fuerte portazo al salir, tanto que Juliette llegó a dar un pequeño salto en su lugar.

Le pagó a la prostituta lo acordado y la despidió.

Seguía molesto, incluso más que antes. Tenía una mezcla de enojo y excitación, muy peligrosa mezcla que hacía que se sintiera aún más necesitado por penetrar a la hermosa rubia que estaba en la habitación.

Caminó nuevamente al lugar, Juliette seguía parada junto a la pared. Lo miró asustada, aunque fingiendo calma.

- Es tarde...

- Ya no tengo sueño.

- ¿No confías en mí?- preguntó el pelinegro observándola fijamente.

- ¿Por qué confiar en ti? Me secuestraste.- respondió con sus finas cejas alzadas.

- Cierto.- sonrió. - Te secuestré, y puedo hacer lo que quiera contigo...

- ¿Qué me vas a hacer?- la expresión de Juliette se tornó asustada e indefensa... Exactamente así estaba: indefensa frente a aquel desconocido, con mucha más fuerza y poder que ella.

Su rostro hizo que Zayn se estremeciera por dentro. ¿Cómo podía ser tan ridículamente ardiente y tan inocente al mismo tiempo?

- Aún no lo sé... ¿Se te ocurre algo?- se acercó a ella lentamente.

- Ya te lo dije... Jamás estaría con alguien como tú...- suspiró mientras él la envolvía entre sus fuertes brazos de nuevo. Acarició su espalda, su cintura y cadera, bajando hasta sus muslos, para presionarlos y acercarla nuevamente hasta él, hasta quedar completamente juntos. Con la otra mano acarició su rostro tiernamente, bajando hasta su cuello. Sus labios fueron a parar directamente a él, recorriéndolo, recorriendo cada rincón sensualmente. Juliette se mordió los labios para no lanzar un gemido. Zayn dibujó una línea invisible de besos hasta su mejilla, parando justo frente a ella, rozando sus labios otra vez. - Y... jamás dejaría que me besaras los labios.- dijo mirándolo con fijeza.

Él rió.

- Nadie aquí va a besarte los labios.- susurró separándose bruscamente para luego levantarla en el aire y llevarla al colchón.

Una vez allí quitó su vestido, casi sin darle tiempo de reaccionar, y la empujó para que cayera boca arriba sobre la improvisada cama. Se posó sobre ella lentamente y volvió a besar su cuello. Comenzó a bajar, llegando a sus hombros, su pecho, esos exquisitos senos. Los acarició con los dedos y pasó sus labios sobre la tela de encaje negra, haciendo que la respiración de Juliette comenzara a agitarse, y su pulso a acelerarse. Para su sorpresa, él no se detuvo para quitar su sostén, solo continuó bajando por su abdomen; su destino en ese momento era otro, y estaba cerca. Sintió los dientes de Zayn morder suavemente el hueso sobresaliente de su cadera, y luego sintió cómo deslizaba una de sus manos por el costado de su pierna, quedando debajo de la fina tela de sus bragas.

La excitación se apoderaba de su cuerpo nuevamente, al igual que Zayn, y no podía hacer nada para detenerlo. No quería hacer nada para detenerlo.

Nuevamente sintió sus dientes, ahora mordiendo su braga, deslizándola hacia abajo.

Recordó la escena de hacía un rato: él, penetrando a aquella mujer, haciéndola gemir y gritar de placer, recordó lo mucho que se había excitado tan solo con escucharlos... Esa noche iba a pasarlo muy bien si se dejaba llevar por él.

Cuando por un corto momento volvió a la realidad, Zayn ya se había deshecho de sus bragas.

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